LA PLATA.- En el cierre de campaña de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof se prepara para visitar Merlo con los candidatos a intendentes, legisladores nacionales y provinciales. La presencia del candidato a presidente, Sergio Massa, se da por hecho, pero aún no está confirmada. Pero los organizadores sueñan con la presencia de Cristina Kirchner para insuflar energía a los militantes.
Amantes de las cábalas, los militantes peronistas se ilusionan con que la vicepresidenta llegue por sorpresa junto a Kicillof, como sucedió en el cierre de 2019, cuando la exmandataria respaldó de manera contundente a su candidato a gobernador.
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Los ánimos internos cambiaron: Cristina se mostró sólo dos veces en esta campaña, a modo de respaldo de la candidatura de Massa. Y no intervino aún para levantar la mano de Kicillof, su favorito político que se empeñó en quedarse para competir en la provincia, ante el enojo de algunos de los compañeros que vieron un acto esquivo a poner el cuerpo a la campaña presidencial.
Kicillof afirma ahora que hubiera sido candidato si Cristina Kirchner se lo pedía, en un intento por dejar en claro que no rechazó una oferta de quien considera su única conductora. La expectativa está puesta entonces en la decisión que tome la vicepresidenta de asistir para respaldar o no el cierre en la provincia, donde Unión Por la Patria tiene mejores chances que en la Nación, según los sondeos y porque no existe la segunda vuelta en este distrito.
El acto en Merlo tendrá por anfitrión a Gustavo Menéndez, intendente de licencia y candidato a revalidar su puesto. En el micro estadio del Club Deportivo Merlo entran 4000 personas. Pero los organizadores esperan que algo más del doble de militantes queden afuera al calor de la tarde.
La organización, a cargo de la gobernación y de la jefatura de Gabinete provincial que encabeza Martín Insaurralde, apostó a un espacio relativamente pequeño para no distraer a los punteros que recorren el conurbano repartiendo las boletas de Unión por la Patria.
En el conurbano, donde votan 9 de los 14 millones de electores de la provincia, se juega la suerte no sólo de Kicillof, sino también de Unión por la Patria. En la franja de municipios del área metropolitana el oficialismo espera superar los 35 puntos este domingo, para compensar los votos que pueda perder Massa en el interior de la provincia y del país.
La primera sección electoral -donde está ubicado Merlo- es una de las paradas más bravas que se juega el oficialismo. No sólo por el tamaño de la región, donde hay más de 4,7 millones de personas habilitadas para votar, sino porque arriesga las bancas de la Cámara de Diputados que ganó en 2019, cuando sacó el 51% de los votos.
En el desafío ahora de empujar la reelección de Kicillof, el oficialismo depende del arrastre de 18 intendentes e intendentas de estos 24 distritos. El peronismo sabe que aquel 51% conseguido en 2019 es imposible de repetir este año.
El peso de la primera sección es, además, clave para retener el control del gobierno provincial: prácticamente emparda a la poderosa tercera sección, al oeste y sur de la Capital, donde el peronismo tiene su mayor caudal de votos. Los distritos gobernados por el peronismo con más volumen de electores son Merlo; Moreno, conducido por la intendenta del Movimiento Evita Mariel Fernández -que competirá en la interna contra el dirigente del Frente Renovador Damián Contreras-; y San Martín, donde Fernando Moreira buscará la reelección enfrentando en la interna a Leonardo Grosso, del Movimiento Evita.
Le sigue Tigre, en manos de Julio Zamora, quien enfrenta una feroz pelea contra la titular de AySA, Malena Galmarini. Morón es otro de los grandes: gobierna Nuevo Encuentro de la mano de Lucas Ghi. También Malvinas Argentinas, que tiene nuevamente como precandidato al ministro de Infraestructura, Leonardo Nardini; Pilar, gobernado por Federico Achaval, y José C. Paz, en manos del histórico barón Mario Ishii. Esos ocho distritos acumulan el 54,6% de los electores de la sección.
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Hay otros intendentes de peso que saldrán a juntar votos. Por caso Juan Zabaleta, en Hurlingham, que antes deberá dirimir su interna con el camporista Damián Selci, y Alberto Descalzo, que dejó la precandidatura para su hijo, Pablo Descalzo.
De los diecinueve partidos que componen la tercera sección electoral, catorce están gobernados por el peronismo. Un detalle a tener en cuenta: los alcaldes de Unión por la Patria miden más que Kicillof y que Massa. El miércoles darán una muestra de lealtad, pero el domingo, una vez que se conozca el resultado de los sufragios, llegará la hora de analizar si repartieron cortadas sus boletas para asegurar su suerte antes que garantizar el triunfo provincial o nacional.