Se descartó implementar un dólar maíz, pero está en análisis la posibilidad, no definida aún, de hacer la versión 4 del dólar soja.
Según pudo saber LA NACION de distintas fuentes consultadas, la opción de un dólar maíz fue rechazado en el Gobierno porque es “mucho lío”. En rigor, fuentes al tanto de las tratativas indicaron que se hizo un diagnóstico de los beneficios versus los costos. Los beneficios indicaban que, contra proyecciones preliminares que daban que podían ingresar unos US$3000 millones con este cereal, finalmente se concluyó que no iban a entrar mucho más allá de 1000 millones de dólares. Los costos, señalaron, son el temor a una suba de precios que impacte en producciones que transforman el cereal en carnes, leches y otros productos.
“No va a haber”, remarcaron a este medio tras una consulta sobre el tema. En mayo pasado, a LA NACION le habían señalado que estaba en análisis un dólar maíz. De acuerdo a lo que trascendió ahora, se estimó que el volumen de venta que se podía llegar a realizar con este mecanismo no superaba los 4 millones de toneladas.
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Ayer, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires redujo, por el impacto de la sequía, de 36 a 34 millones de toneladas su cálculo de cosecha de maíz de 2022. Es un número muy inferior a los 52 millones de toneladas. El cereal tiene el cepo de los “volúmenes de equilibrio” que fija el Gobierno: hasta el momento, lo permitido para colocar en el exterior es de 20 millones de toneladas. De ese número, ya han sido anotadas Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) por 12.715.276 de toneladas. En tanto, al 14 del actual se llevaban vendidas de maíz al mercado 13,11 millones de toneladas.
Según las fuentes consultadas, había una expectativa de que se pudieran vender 8 millones de toneladas con el eventual dólar maíz, pero después de diversas proyección se determinó que como mucho se comercializarían algo más de cuatro millones de toneladas.
El caso de la soja
En este marco, trascendió que, archivado un dólar maíz, el Gobierno no descarta un dólar soja versión 4. “Es probable”, dijeron. “Va a haber”, agregaron otras fuentes consultadas. Hasta el momento, cerca del secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, no brindaron información ante una pregunta de este medio al respecto.
Según la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), la reciente versión 3 del dólar soja aportó US$5127 millones. En su momento, cuando hizo una evaluación de ese mecanismo que tuvo un tipo de cambio a $300, Ciara-CEC fustigó la herramienta lanzada por el ministro de Economía, Sergio Massa. Apuntó “que se debe trabajar en la unificación del tipo de cambio y que estos regímenes no promueven condiciones normales de mercado”.
Consultadas por LA NACION, fuentes de la agroexportación rechazaron la posibilidad de un dólar soja 4. Respondieron que no les interesa. Vale recordar que, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la campaña actual dejará 20,5 millones de toneladas, una pérdida de más del 50% versus la producción anterior.
También con datos al 14 del actual, lo vendido en la oleaginosa ronda los 10,69 millones de toneladas. Según trascendió, si finalmente se decide la implementación del dólar soja 4, este duraría por 30 días y la expectativa es que se comercialicen entre 5 a 7 millones de toneladas.
Aunque no está definido el tipo de cambio, que se entiende debería ser más atractivo que los $300 de la edición III del dólar soja, hay proyecciones que prevén ingresos de más US$3000 millones.
“Va a hacer difícil que la gente venda” si no hay un nuevo incentivo, señalaron a este medio. Por la pobre cosecha de soja, la industria procesadora recurrió a mayores importaciones bajo el régimen temporal para traer grano de países de la región, como Brasil y Paraguay.
“De enero a abril de este año ya se importaron más de 3,05 millones de toneladas de soja, un máximo histórico para el acumulado de los primeros cuatro meses del año. Además, es un volumen muy cercano a las 3,3 millones de toneladas que se importaron en todo 2022. El volumen de importaciones de soja se hace fundamental para evitar una capacidad ociosa aún más grande en el complejo industrial-oleaginoso del Up River, que aún así persiste con márgenes negativos en su operatoria”, señaló un reciente reporte de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
En ese informe la BCR había agregado: “En mayo, estimaciones preliminares de embarques dan cuenta un ingreso de buques con soja al Up River superior a las 612.000 toneladas, con soja en su totalidad proveniente del Brasil. Sin embargo, resulta muy probable que las importaciones sean superiores cuando dispongamos de los datos de comercio exterior, ya que también debe considerarse el volumen de soja ingresada en barcazas principalmente desde Paraguay”.
Los analistas del mercado de granos son cautelosos sobre un eventual dólar soja 4 en medio del contexto electoral. Paulina Lescano reflexionó: “Creo que ahora va a ser mucho más difícil que vendan [los productores]. El que necesitaba plata o pagar deudas ya vendió”. La analista añadió que de la campaña en curso resta por comercializar unos 10 millones de toneladas.
Destacó que hoy el mercado está atento a lo que pasa en Estados Unidos con el clima, donde la previsión de una producción récord está sintiendo el efecto de una sequía, aunque falta bastante para la definición de rindes en la región del cinturón maicero-sojero. Acotó que, por más que en la Argentina no se ha trasladado toda la suba que hubo en el grano en el mercado internacional, “el productor ve que en el mundo puede subir”. Según Lescano, además “mucho de lo que queda [de soja sin vender] es para pagar alquileres”.
Para Eugenio Irazuegui, de Zeni, el eventual impacto de un dólar soja 4 “va a depender mucho de en qué nivel” se ubique el tipo de cambio.
“Cuanto más cerca sea de los tipos de cambio negociados sin restricciones, va ser mayor el impacto [de ventas]. Estoy hablando de los tipos de cambio alternativos, del MEP o el Contado Con Liquidación”, dijo. Según Irazuegui, hoy el mercado de soja está “prácticamente vacío de oferta”. Insistió: “Cuanto más se acorte el diferencial cambiario, mayor impacto”.