En medio de la incertidumbre que se generó tras la conferencia de prensa del secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, quien ayer dijo que los exportadores tendrán un 25% de disponibilidad en las divisas del Programa de Incremento Exportador [PIE] para comprar soja en el exterior, productores y empresarios consideraron que eso se trata de “una tomada de pelo”. Plantearon que esto provoca un parate en las operaciones, porque no se sabe “cómo va a terminar impactando en el sector”.
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“Habrá que ver si los exportadores realmente buscan la soja y ofrecen ese mejor precio, porque hay que ver el margen que tienen con las plantas de crushing: si tienen margen positivo o no a estos precios. No está para nada bueno que todo el tiempo cambien las reglas del juego, es muy difícil la operación diaria argentina. Se ha hecho extremadamente difícil para los que manejamos compañías muy grandes, las pymes y, obviamente, para el productor. Cualquiera que tenga una empresa que quiera manejar con responsabilidad se hace extremadamente difícil porque todo es muy corto plazo. Es como el juego de la oca, sacás una tarjeta y te mandan dos casilleros para atrás”, dijo Enrique Flaiban, CEO de Los Grobo, a LA NACION.
En esa línea, añadió que esta situación los tomó por sorpresa, aunque indicó que la empresa, con la expectativa de un cambio electoral, se comenzó a preparar para un ambiente “de mucha incertidumbre”.
“Si bien nosotros estamos bien parados, esto no quiere decir que esté bueno, porque estamos todo el tiempo operando a ciegas. Es un problema porque cambian las reglas todo el tiempo. Nosotros comenzamos el año fiscal el 1 de julio y en dos meses de operaciones, prácticamente, hubo dos semanas y media que no se pudo operar. No se compró ni vendió nada porque no había precio”, afirmó.
La implementación del Impuesto PAIS a las importaciones fue uno de los detonantes del stop en el mercado. Hasta que se entendieron las implicancias establecidas en el decreto publicado en el Boletín Oficial y que su funcionamiento no significaba una afectación [este año, debido a la sequía, se recurrió a una mayor compra de la oleaginosa en el exterior por parte de la industria], nadie dio un precio. “Esto causó que durante 10 días no hubiese precio, y ahora de vuelta con el tema de la implementación de que no es un dólar soja, sino un incentivo a los exportadores de productos terminados de soja, lo que tampoco tenemos claro. No sabemos cómo terminará impactando en los productores y en compañías como las nuestras, por tanto, la comercialización está prácticamente parada”, aseveró.
Explicó que a esto se le sumó la devaluación del Banco Central poselecciones PASO, que también generó un cimbronazo a nivel general. “Hasta ese momento se había movido bastante con el dólar maíz, pero a partir de ahí se dejó de mover. Hoy lo que está moviéndose es porque se está entregando lo comprometido en su momento, pero es un gran problema”, expresó. A su vez, resaltó que ahora están con mucha incertidumbre, porque al tener una gran estructura tienen costos fijos que son muy grandes. La firma emplea a 700 personas: tiene 36 sucursales, 16 plantas de acopio, un molino harinero y una planta de agroquímicos en Zárate con Agrofina. El ejecutivo explicó que ante estos imprevistos “no pueden parar las ventas” por falta de precio, por lo que como toda empresa deben armar una estructura financiera para poder sostenerse cuando la comercialización está frenada o con pocas transacciones.
“Estamos terminando de ver cómo empieza a desarrollarse este cambio respecto al precio de la soja, quizás algo más mueva. Hay entre 8 y 10 millones de toneladas de soja en stock, pero para que eso se mueva, el que recibe los pesos tiene que saber dónde los coloca, tiene que darles una colocación. Podés pagar insumos: vender soja a $450, terminás comprando insumos a $350, ahí te haces una diferencia. El negocio del agro termina siendo más financiero que de producción”, detalló el CEO.
Tras el anuncio de Massa, en el sector privado se habló de que el grano contaría con una opción de liquidarlo con un mix entre el tipo de cambio oficial al 75%, y al CCL en un 25%, que daría en promedio un dólar de entre $420 y $450. Pero el secretario de Agricultura aseguró que con el 25% las empresas exportadoras podrán comprar el grano en el exterior, por lo que no se va a usar ese valor para mejorar el precio a los productores locales.
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Ariel Bianchi, productor agropecuario de Conesa, provincia de Buenos Aires, dijo que estas no son medidas para el campo. “Son medidas para un grupo de amigos del Gobierno, en este caso no sé si son amigos por interés o por qué, pero trabajan en tándem con los grandes exportadores. La medida es muy, muy confusa no solo desde la forma en que se anunció, sino para un productor común y que este pueda entender el sistema”, explicó.
Además, añadió que esto “termina siendo un subsidio más a la producción”, con la diferencia de que ahora va a los exportadores. “Así como nosotros, con retenciones, estamos subsidiando a la harina, los consumidores de maíz, ahora también estamos subsidiando a los exportadores, porque en realidad si nos manejamos con el anuncio de lo que uno tiene que creer es lo que dice el secretario de Agricultura. Es una medida que le permite al exportador utilizar ese beneficio que le da el Gobierno para importar soja y no para pagar mejores precios al productor”, puntualizó.
En ese sentido, añadió que cualquier medida que tome el Gobierno para mejorar el precio de la soja hoy no le sirve al que produce, sobre todo en este año que fue afectado por la seca. “El que produce tuvo que vender lo poco que cosechó del grano a un determinado precio, y hoy quedaron deudas que están en soja. Hoy ya hay un desfasaje que se hace imposible de alcanzar para poder seguir cumpliendo con los compromisos; es una medida que ni siquiera le resultan neutras, sino perjudicial al productor”, afirmó.
Diego Pascuale, productor agropecuario de Carcarañá, Santa Fe, agregó que la situación que se planteó desde Massa y hasta Bahillo, que apuntaba originalmente a otro dólar soja, igualmente ya no le servía a nadie, porque la brecha cambiaria ya es muy grande. “Esto responde a lo que sucede en el Gobierno: una línea que responde a tal o cual persona dice una cosa y las líneas que están abajo desmienten lo que dice el de arriba. Es totalmente inviable sembrar en estas condiciones, volviendo de una sequía, es una tomada de pelo muy grande y una falta de seriedad y criterio”, puntualizó.
Dijo, además, que “no toman al sector como lo tienen que tomar, con la potencia que tiene, si no lo ven básicamente como una caja” para recaudar dinero. “Es lamentable que todos los días tiren parches que no han servido absolutamente para nada. Han devaluado y nosotros no nos hemos dado cuenta de las devaluaciones en los precios de las commodities y los animales. Sí cuando vamos a comprar las cosas como todos los ciudadanos. Lejos de ser gobernantes, parece que son directores de su propio bolsillo. Están viendo cómo hacer para llegar sin sobresaltos a terminar el mandato, pero la situación del productor no deja de cambiar porque es una preocupación muy grande tener que afrontar la próxima campaña con los gastos que venimos de la anterior, que fue una sequía muy grande”, resumió.