LA PLATA.- El presidente Alberto Fernández y el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, vuelven a encontrarse hoy tras 50 días sin verse en público en la antesala de la reunión del Partido Justicialista (PJ), convocada para mañana, y en medio de las tensiones del Frente de Todos por las presiones al jefe del Estado para que desista de ir por una reelección.
La foto de hoy tendrá lugar en Ensenada y servirá para mostrar, por un lado, unidad institucional ante la aceleración de la crisis económica, y por otro lado que el peronismo solo está dispuesto a acompañar al Presidente si este se aviene a “bajar” al territorio del Gran Buenos Aires.
La última vez que Kicillof y Fernández compartieron un acto fue en Morón y allí Fernández dejó una frase que puedo ser un indicio de la recomposición de la oferta electoral del partido gobernante que se discutirá mañana: “No importa quien presida el país en diciembre, lo que importa es que sea uno de los nuestros”, deslizó ante los gestos de frialdad de sus compañeros.
El lugar para la cumbre de hoy no es casual: el intendente local Mario Secco es uno de los mayores articuladores del peronismo. No solo en el Gran Buenos Aires. Es un interlocutor convalidado por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que suele ir a reuniones reservadas en su distrito, y a su vez oficia de anfitrión asiduo del gobernador y de intendentes. Acérrimo defensor del kircherismo mantiene además un vínculo formal fluido con el Presidente.
La excusa formal será el anuncio de la licitación del canal de Magdalena, una obra de envergadura para la zona costera. Actualmente los buques entran y salen por Punta Indio. Una vez que este hecho el canal de Magdalena se podrá eludir la navegación por el canal de acceso al puerto de Montevideo y por el canal de Punta Indio.
La obra ya había sido licitada en 201,4 cuando el ministro de Transporte era Florencio Randazzo y el actual gobernador era ministro de Economía durante la segunda presidencia de Cristina Fernández de Kirchner.
Por este motivo se espera que el Presidente pueda tener alguna mención conciliadora para con la líder del kircherismo con quien sostiene una fuerte tensión hace meses, agudizada con la decisión de Fernández de sostener su candidatura a la reelección el año que viene.
