Por tercera vez en poco menos de cinco meses, el presidente Alberto Fernández viajará este lunes a Brasil para encontrarse un día después con Luiz Inácio Lula da Silva.
A diferencia de las dos visitas anteriores (la asunción de Lula, en enero, y una reunión para discutir estrategias comunes frente a la deuda argentina, hace tres semanas), esta vez se trata de una invitación directa del presidente brasileño, preocupado por mostrarse como líder regional y reflotar la Unasur, organismo regional ideado en 2008 junto a los fallecidos presidentes Hugo Chávez y Néstor Kirchner, inaugurado en 2010 y hoy prácticamente paralizado.
Tres candidatos imperfectos en el Gran Hermano kirchnerista
“El encuentro, en sí mismo, es potente. Lula está demostrando en estos meses que quiere liderar la región”, afirmaron a LA NACION desde la Cancillería, que encabeza Santiago Cafiero, parte de la delegación que acompañará al Presidente en el Tango 04, junto a la portavoz Gabriela Cerruti y el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello. El nuevo avión presidencial ARG-01 quedó en manos de Sergio Massa, que este domingo tenía previsto partir rumbo a China junto a Máximo Kirchner.
En el Gobierno descuentan que la sintonía entre ambos presidentes volverá a mostrarse durante las deliberaciones. De hecho, fue tomada como una “gran señal” la gestión que el mandatario brasileño llevó adelante con el FMI para que flexibilice sus exigencias de pago con la Argentina.
Donde no todas son rosas, al menos en un principio, es en el intento de Lula de recuperar la Unasur, frenada desde 2015 y que hoy integran formalmente, además de Brasil y la Argentina, Venezuela, Bolivia, Surinam, Guyana y Perú.
La Unasur no tiene actualmente oficina –la sede central, en Quito, fue cerrada hace casi dos años– y tampoco un secretario general, requisitos indispensables para su funcionamiento, mientras elementos como computadoras, libros y documentos están repartidos entre la Aduana de Buenos Aires y la casa Patria Grande, que maneja el kirchnerismo. La estatua de Néstor Kirchner, antes ubicada en la entrada de la antigua sede de la Unasur, está actualmente en el hall del CCK.
Resistencias
Países como Uruguay y Ecuador, no enrolados en la denominada Patria Grande de gobiernos progresistas, se resisten a reingresar en la Unasur, a la que ven como un “club ideológico”, como definió el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou a la Celac, durante la reciente cumbre de ese conglomerado, en enero pasado en Buenos Aires.
Mientras Paraguay (con nuevo gobierno desde agosto próximo), Colombia y Chile tampoco han mostrado entusiasmo por volver a la Unasur, fuentes del gobierno de Uruguay confirmaron a este diario que Lacalle Pou estará en Brasilia esta noche junto a su canciller, Francisco Bustillo, para participar de las reuniones.
Más allá del optimismo de Itamaraty, no está confirmada, como no suele estarlo hasta última hora, la presencia del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, que habitualmente sostiene el misterio sobre su presencia en las cumbres hasta minutos antes de su inicio, e incluso retrasa la confirmación de su ausencia, como lo hiciera horas antes del inicio del cónclave de la Celac, en el hotel Sheraton, al que faltó luego de enviar a una avanzada que recorrió Buenos Aires durante días.
Sí estarán, además de Fernández, Lula y Lacalle Pou, los presidentes Mario Abdo (Paraguay), Gabriel Boric (Chile), Gustavo Petro (Colombia), Guillermo Lasso (Ecuador) y Luis Arce (Bolivia), entre otros mandatarios.
Las opciones que se manejan, según fuentes diplomáticas, se orientan a un documento amplio, el armado de una “mesa” para avanzar en la resurrección de la Unasur o –en el peor de los casos– la construcción de un nuevo ente que represente a los presidentes sudamericanos. La Celac, que presidió Fernández durante 2022 y en la que Venezuela, Cuba y Nicaragua tuvieron histórico protagonismo, pasó en enero a manos de la pequeña San Vicente y las Granadinas, y no se espera un gran impulso ni actividad durante este año.
Antes de irse a Brasilia, Fernández tiene previsto recibir este lunes a Santiago Peña, ganador de las elecciones en Paraguay y cercano al expresidente Horacio Cartes.
Luego de su viaje a Brasil, Fernández llegará el jueves a Bolivia, donde está pautada la firma, junto al presidente Luis Arce (MAS), de una obra de integración eléctrica entre ambos países, pendiente desde hace meses.