Agustín Biagioni: “El consumidor, cada vez más, quiere saber cómo se produce”

ROSARIO.- “El consumidor, cada vez más, quiere saber cómo se produce y se preocupa más por su salud. Todo lo que tiene que ver con el uso de insumos biológicos se degrada mucho más rápido y tiene menor impacto en el ambiente, por lo tanto, la intranquilidad es menor”.

La frase es de Agustín Biagioni, director global de Marketing de Rizobacter, y la dijo en una entrevista con LA NACION en el marco del XXXI Congreso Aapresid en esta ciudad. La empresa, que lanzó la tecnología de inoculación múltiple que permite al productor tratar la semilla de leguminosas con una variedad de microorganismos en la misma formulación con más beneficios, está atenta a las demandas que van surgiendo tanto de los productores como de los consumidores. Tras hablar en el congreso sobre qué se entiende por biorrevolución en este marco, el ejecutivo habló con este medio sobre el presente y el futuro del negocio en línea con las distintas tendencias.

Le ganó un juicio al Estado y sentó un precedente inédito para el campo

— ¿En qué consiste el concepto de biorevolución?

— En estos 47 años, la empresa arrancó con producto biológico, para reemplazar fertilizante nitrogenado, fijando el nitrógeno del aire usando bacterias y leguminosas. Eso después fue creciendo y la empresa desde el origen es biológica. Durante la mayor parte de vida de la empresa éramos la única empresa biológica. Lo que estamos viendo en los últimos cinco años, quizás un poco más, es que todas las empresas grandes están mirando hacia el terreno de los biológicos, o sea, hay una transición y vemos que está creciendo muchísimo el mercado de productos biológicos. Nosotros ahí tenemos una ventaja grande porque todo, desde la estructura comercial, técnica, de marketing piensa como biológico, sabe cómo desarrollarlos y sabe cómo posicionarlos en el mercado. Eso es lo que nosotros llamamos biorrevolución a punto, aquellos productos que antes eran más de un nicho, de algún productor particular hoy se están haciendo masivos y eso tiene un impacto enorme en el ambiente, porque todo lo que sea un producto biológico ayuda a preservar la biodiversidad, a que tarden más en aparecer resistencias a ciertos productos químicos y, por supuesto de cara al consumidor, a bajar la carga toxicológica.

¿La sociedad está demandando estas tecnologías?

— Desde hace 47 años trabajamos en esto, en ese momento era una revolución productiva donde vino el uso de glifosato. Por un montón de cuestiones, nosotros siempre estuvimos con la parte de lo que es rizobios y todo lo que tiene biológicos. Desde el origen lo vemos de esa manera. Lo que está pasando hoy en día, es que la sociedad lo está demandando. Vemos que en Europa, por ejemplo, se están prohibiendo montones de productos: se habla de que se van a restringir el uso de 50% de los ingredientes activos registrados en Europa para el 2030. Ahí lo que va a haber es la posibilidad de usar solo una X cantidad de productos químicos, el productor va a tener que seguir controlando enfermedades, seguir controlando plagas y seguir controlando malezas y para poder hacer eso va a necesitar recurrir a los insumos biológicos. Ahí es donde vemos que esa demanda de la sociedad se está convirtiendo en regulaciones y está haciendo que empresas como las nuestras estén teniendo un perfil muy interesante no sólo para la Argentina, como una empresa líder, sino para mercados como Estados Unidos y Europa.

¿Cuál es la importancia que tiene esto dentro de la producción de alimentos?

— El ser humano busca siempre una etiqueta, que algo me lo resuelva, donde tenga ya sea un sello o una etiqueta que diga esto es bueno o esto es malo. O sea, uno busca esa dicotomía porque le facilitaría la decisión y la realidad que es todo más complejo, creo que hoy en día hay permeabilidad en los consumidores, para buscar más información. El consumidor, cada vez más, quiere saber cómo se produce y se preocupa más por su salud y todo lo que tiene que ver con el uso de insumos biológicos se degrada mucho más rápido y tiene menor impacto en el ambiente, por lo tanto, la intranquilidad es menor. La forma en la que se produce también es amigable y de cara a los alimentos en sí, lo que se haga de manera biológica va a permitir reducir el riesgo de que tenga alguna traza de elementos químicos.

La inversión que hace la empresa en estos productos… ¿En qué consiste y cuáles son las herramientas que usan para desarrollar todas estas tecnologías?

— Desde sus orígenes, la empresa invierte el 30% de las ganancias en investigación y desarrollo, eso ha sido política de la empresa desde sus orígenes, eso nos ha permitido desarrollar una paleta de productos que hoy hacen que una de las líneas, el emblema que son los inoculantes, sea la empresa número 1 del mundo. Se hace un cuarto de todo el producto que se hace en el mundo de esa categoría que son los inoculantes de soja a nivel global. Con todo eso, la empresa está invirtiendo para incrementar el 40% la capacidad de la planta de producción de biológicos. Estamos invirtiendo en Brasil en una planta muy grande para crecer en ese mercado y tenemos, a través de una fusión con Marrone, una empresa de biológicos en California, Estados Unidos, acceso a un portafolio que lleva invertidos en 10 años US$145 millones en desarrollar otro tipo de productos biológicos.

—¿Quiénes están detrás del desarrollo de estas innovaciones?

— Somos un grupo de más de 800 personas consolidado. Están desde el científico que está dentro del laboratorio y es el que siente amor por los microorganismos y está pensando cómo los microorganismos pueden responder mejor y cómo traccionar hasta ciertas cuestiones, pero después puede ser una persona que hasta cierto punto conoce poco de campo. Tenemos un equipo de desarrollo de producto que lo que hace es tomar esa idea de concepto y comenzar a unir los puntos y acercársela a un productor, eso se transforma en un producto. Después se empieza a transformar en un agronegocio y a pensar de qué forma el distribuidor y productor ganen plata. Ese negocio y perfil es una persona que va a estar buscando permanentemente cómo todos cumplan su rol dentro de la cadena.

¿Qué busca el productor argentino?

— En la Argentina se busca eficiencia a través de la tecnología, por las presiones que tenemos. En cualquier parte del mundo a donde vayamos el Estado apoya a los productores, acá, en la Argentina se ve al productor [más] como fuente de recursos, que como algo que hay que incentivar. Desde esa perspectiva se ha logrado un sector que es extremadamente eficiente en medio de las presiones y en tecnologías las empresas son muy rápidas y ágiles en desarrollo. Esa tecnología muchas veces se exporta y llega a muchos rincones del mundo, producto de haberlas lanzado y desarrollado acá.

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