En la Argentina quizá haya que cambiar la famosa frase de Bill Clinton, “Es la economía, estúpido”, por la más específica “Es la inflación, estúpido”. Sucede que este año se llega a las elecciones presidenciales con un salario real y un nivel de actividad en caída, al igual que ocurrió en 2019, oportunidad en la que el oficialismo no logró la reelección; pero para el votante, según un estudio, sigue siendo clave la credibilidad de las propuestas para bajar los precios.
Así lo afirma el informe que elaboró el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) titulado El contexto económico de las últimas cinco elecciones presidenciales, incluida la de 2023 Actividad económica, inflación y salarios reales como las claves. En él se consideraron las siguientes variables: precios, nivel de actividad y salarios reales. También se incorporaron las expectativas de crecimiento y de inflación que había al momento de cada votación.
El Banco Mundial proyectó que la Argentina caerá en recesión este año debido al impacto de la sequía
Nadin Argañaraz, director del Iaraf y autor del trabajo mencionado, comentó que se parte de la base de que para el votante es importante cómo viene el nivel de actividad económica por su relación con el nivel de empleo. “También cómo viene la suba de precios, por su impacto sobre el poder adquisitivo de su salario. Y, concretamente, cómo viene su salario real”, señaló el economista.
Pero, además, se supone también que a la hora de votar incide lo que se espera para el próximo año en materia de suba de precios y de cambio de nivel de actividad. “No es lo mismo una economía que viene mal pero todo indica que va a ir mejor, que una economía que viene mal y que todo indica que va a seguir esa tendencia”, dijo Argañaraz.
El economista del Iaraf indica que en la actualidad hay una caída del salario real que es menor a la de 2019, hay más inflación y hay una caída de actividad económica. “La diferencia es que la caída económica esta vez está dada por la sequía, y el año que viene no vas a tener ese problema. O sea que la cuestión clave es la inflación porque, si llega a haber una señal clara de que pueda bajar y estabilizarse, eso te torna un escenario económico mejor”.
En tanto, es interesante observar que en las elecciones de los años 2007, 2011 y 2015 el salario real creció a la par de un crecimiento del nivel de actividad. “El mejor contexto lo brindó el año 2011 con un aumento del salario real del 8,2%. Por ahora, el peor año fue el 2019, con una caída del salario real del 7,1%. Habrá que ver qué dinámica tiene el salario real en los próximos meses de este año 2023″, detalla el informe.
También resulta revelador combinar las expectativas de inflación con la variación interanual esperada del PBI. El año que combinó la mayor variación del PBI con la menor expectativa inflacionaria fue 2007. El año 2011 fue prácticamente igual a 2007. En 2015 se dio una menor variación positiva del PBI junto a una mayor expectativa inflacionaria, aunque muy lejos de lo sucedido en 2019 y de lo que sucede en la actualidad.
¿Qué cabe proyectar a nivel electoral, entonces? El análsis del Iaraf no hace especulaciones, sino que se limita a exhibir los datos.”Para los argentinos, la elección presidencial de este año 2023 se va a dar en el peor contexto inflacionario de las últimas cinco elecciones. En efecto, respecto a la elección de 2007 la inflación se ha quintuplicado”, se expresa en el texto.
Asimismo, la caída de actividad económica que se prevé para este año es similar a la que se esperaba para 2019. Ambas rondan el 3%. “Sin embargo, hay una diferencia importante. Mientras en 2019 se esperaba una retracción para 2020 (el siguiente a la elección), para 2024 ahora se estima un nivel similar al de este año. El salario real, aspecto clave para los trabajadores, cayó en los primeros 3 meses del año un 4,2% respecto de igual periodo de 2022. En la elección de 2019 hubo una caída del 7,1% en los tres meses previos a octubre. Ahora habrá que ver la evolución que va teniendo el salario real en los próximos meses”, se agrega.
El informe también destaca que, al estar focalizada la mayor parte de la caída de actividad de este año en la gran sequía, abre un escenario muy distinto para 2024. Hasta ahora se aguarda una recuperación de la economía el año que viene. Sin sequía y con aumento en la producción de energía y de otros recursos naturales, la economía va a contar con un flujo incremental de dólares que superaría los US$20.000 millones y eso es algo altamente probable.
“El aspecto relevante para delinear lo esperable con el salario real, tanto en lo que resta de 2023 como en 2024, es el nivel que tendrá la tasa de inflación. Urge la definición de un plan que permita bajar y estabilizar la tasa de inflación. Para el votante resulta clave la credibilidad de las propuestas que existan para bajar la tasa de inflación”, concluyó Argañaraz.
