En la 61ª. Asamblea anual, realizada en San Juan, la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) aprobó el informe semestral sobre el estado de la libertad de prensa en el país y afirmó que “sin libertad de expresión no hay democracia”, en el año en que se cumplen cuatro décadas de la vigencia del Estado de Derecho y las libertades públicas.
Advirtió, al respecto, que el aniversario de la recuperación de la democracia “coincide con un nuevo proceso electoral, en el que lamentablemente han reaparecido descalificaciones y agravios a la prensa por parte de algunos candidatos”.
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Si bien el informe no menciona casos puntuales, en el transcurso del año ADEPA condenó expresiones agresivas del postulante presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, así como del gobernador reelecto de La Rioja, Ricardo Quintela, y exprecandidato a legislador porteño Franco Rinaldi, de Juntos por el Cambio, entre otros.
En relación con los ataques a la prensa, ADEPA expresó que “una vez más, la labor periodística es más relevante que nunca para que la ciudadanía pueda ejercer su derecho a elegir en libertad y con información en la mano”.
Y formuló un llamado a los candidatos: “Quienes deciden postularse a cargos electivos saben que, al aspirar a ejercer una función pública deben someterse a un mayor nivel de escrutinio y que ningún actor de la vida cívica está exento de las críticas, aunque éstas puedan parecer duras y hasta injustas”.
El informe sostiene que “defender la libertad de expresión y la vigencia de una prensa autónoma es defender la base misma del sistema democrático y republicano”. Recuerda que en diciembre próximo se cumplen 40 años de democracia ininterrumpida y los valores que los fundadores de ADEPA le imprimieron a la institución se encuentran “más vigentes que nunca”.
“La democracia y el libre ejercicio del periodismo son caras de una misma moneda. No se puede pensar la una sin el otro”, dijo Etchevers, en la lectura del informe, que fue aprobado por unanimidad.
El informe de libertad de prensa incluye un anexo con los casos más graves registrados en los últimos seis meses, acerca de los riesgos regulatorios, ataques y amenazas a la prensa en la Argentina.
La misión de la prensa
“En los últimos años, el papel del periodismo fue muy importante para distinguir lo verdadero de lo falso en un ecosistema digital fuertemente intermediado por algoritmos y redes sociales, además de contaminado por mareas de desinformación desatadas o promovidas durante la pandemia, la invasión a Ucrania o los procesos electorales llevados adelante en varios países del mundo”, explicó la entidad, que reúne a más de 180 medios gráficos y digitales de todo el país.
“Las llamadas burbujas de sentido y la polarización extrema fueron subproductos de estos fenómenos, de los que plataformas y redes constituyeron un vehículo necesario”, alertó ADEPA.
En su informe, ADEPA reflexionó, también, sobre el papel que desempeñó la prensa en el período de 40 años de democracia.
“Al periodismo lo encarnan organizaciones e individuos concretos que se animan a desafiar el autoritarismo, que encienden luces sobre aquello que se quiere ocultar, que cuestionan lo que algunos difunden como dogma y que buscan explicar lo que parece ininteligible”, señaló.
Entre distintos casos, destacó la figura de Magdalena Ruiz Guiñazú, como miembro de la Conadep instituida por el gobierno de Raúl Alfonsín; el trabajo del fotógrafo José Luis Cabezas, que terminó costándole la vida; las interminables guardias periodísticas en Catamarca que fueron una bisagra contra la impunidad ante el caso de María Soledad Morales y las recientes coberturas en Chaco que visibilizaron el crimen de Cecilia Strzyzowski.
También recordó “la serie de crónicas que ilustraron cómo el gobierno argentino había vendido ilegalmente armas a Ecuador y Croacia, el pago de sobornos para aprobar una ley en el Senado y el trabajo de un reportero gráfico que resultó “clave para demostrar el asesinato policial de Kosteki y Santillán. Y citó “la revelación periodística de la trama sistemática de coimas que empresarios pagaban a funcionarios, para obtener beneficios en la adjudicación de obras públicas, y la denuncia de la existencia de un vacunatorio VIP en medio de la pandemia”.
A ello se suman otros casos emblemáticos con protagonismo informativo, como los atentados contra la embajada de Israel y la AMIA, la tragedia de Once, el incendio de Cromañón, la explosión intencional de la Fábrica Militar de Río Tercero y la Guerra de Malvinas.
Frente a estas menciones, ADEPA reiteró que “el papel de la prensa está intrínsecamente ligado a la democracia, por su función de herramienta de auditoría social, de instrumento de contrastación del discurso público y de foro de expresión de las distintas opiniones de la ciudadanía.
Y consideró “saludable que los representantes de las diferentes fuerzas políticas comprendan profundamente la función del periodismo”.
“No se trata de pedirles discursos complacientes, ni actitudes demagógicas hacia los medios. Tampoco de escapar al cruce riguroso e intenso de ideas y opiniones. Menos de pretender que aquello que se expresa en los medios no pueda ser confrontado con oposición de hechos y ejercicio de la razón. Pero sí se trata de creer sinceramente en la función del periodismo dentro del orden constitucional, y por ende respetarla a rajatablas. De reconocer que aquello que se necesita y se aplaude cuando se está en el llano, o cuando se quiere llegar con un mensaje a la sociedad, también debe ser aceptado cuando la prensa interpela, cuestiona o desagrada”, concluyó el informe.
Al deliberar en la tierra natal de Domingo Faustino Sarmiento, la entidad recordó que el prócer y estadista encarnó el ejemplo cabal de que “democracia, libertad de prensa y buen gobierno son términos que se fortalecen entre sí.
