El país político se encuentra en un inédito estado de indefinición en materia electoral. A menos de una semana del cierre de listas de cara a las primarias del 13 de agosto, las dos grandes coaliciones que se disputan el poder no terminan de pulir aún sus principales candidaturas y protagonizan una guerra de nervios para tratar de anticipar las movidas de sus oponentes. Los analistas atribuyen esta situación a la apertura de una etapa de transición en los principales liderazgos tanto del oficialismo como de la oposición, que agudiza las tensiones internas y exhibe la desprolijidad en la toma de decisiones.
Tras el deslucido pase a la historia del Frente de Todos, el oficialismo busca renovarse con el sello de Unión por la Patria. Según pudo saber LA NACION de fuentes partidarias, el contacto entre Cristina y Máximo Kirchner -instalados este fin de semana largo en Santa Cruz-, Sergio Massa, Eduardo “Wado” de Pedro y Axel Kicillof es fluido y constante. Entre mañana y el martes está prevista una reunión para definir las listas legislativas, con foco en la provincia de Buenos Aires, mientras que la proclamación de la fórmula de este sector mayoritario del peronismo llegará recién en las primeras horas del fin de semana próximo.
El tándem conformado por kirchneristas y massistas hará un intento por desarticular la precandidatura presidencial de Daniel Scioli. La negativa de Máximo de darle al embajador de Brasil la posibilidad de ir acompañado por la lista de Kicillof para la gobernación y de los intendentes del PJ del conurbano es el gran escollo a superar por este sector del peronismo no kirchnerista para presentar una nómina competitiva. A su vez, Massa sigue rechazando las primarias: “Si el gobierno va dividido a la PASO se suicida; parece que les gusta cabecear granadas en un gasoducto”, dijo el tigrense en la intimidad.
Massa aparece relegado si se concretan las primarias en el oficialismo. Una fuente de su confianza dijo que en ese caso no sería candidato, mientras que otra evaluó que “Wado” de Pedro y Kicillof serán las dos cartas que estarán sobre la mesa de los Kirchner al momento de la decisión final. En el kirchnerismo duro le ponen las fichas al ministro del Interior. La tesis de ese grupo es que el fracaso del experimento con Alberto Fernández prueba que, en esta oportunidad, deben llevar un “candidato propio” a la presidencial. Por eso, afirman, “la jefa” planteó su estrategia de los pisos electorales en un escenario de tercios.
“Si vamos con uno nuestro, puro, está claro que Wado quiere y Axel no”, dijo una fuente kirchnerista consultada por este diario, mientras desde La Plata multiplicaban mensajes con stickers “Kicillof 2023 gobernador″ en los chats de los principales funcionarios de la gobernación.
Instalado en su casa de La Ñata, Scioli se tomará un par de días para hablar con los dirigentes en los que pensó para completar la fórmula. Ayer firmó la planilla de la corriente interna “Todos unidos triunfaremos”, como una forma de advertir que no piensa bajarse.
En la interna oficialista apareció en los últimos días un tercero en discordia. El gobernador de Tucumán, Juan Manzur, que se vio fortalecido por la reciente victoria electoral del PJ en la provincia norteña, avisó que tiene intención de anotarse en las PASO como el “candidato de unidad” del oficialismo, aunque en los dos bandos en pugna lo consideran más bien como un compañero de fórmula en tanto representante del interior del país. Ambos tratan de seducirlo: Cristina lo llamó varias veces y “Wado” estuvo con él la noche del triunfo, mientras que Alberto Fernández le dijo que lo contaba entre sus aliados.
Antecedentes
Hace cuatro años Cristina Kirchner anunció la candidatura de Alberto Fernández -y se puso ella misma como compañera de fórmula- un 18 de mayo, exactamente un mes antes que este mismo domingo, por medio de un video que publicó en sus redes sociales. Y nada hace pensar que ahora lo hará de otra manera.
La demora en las definiciones también alcanza a Juntos por el Cambio (JxC). En 2019, Mauricio Macri designó a Miguel Pichetto como su candidato a vicepresidente el 11 de junio y había confirmado mucho antes que competiría por la reelección. Este año, la principal coalición opositora llega a la semana del cierre de listas sin tener certezas sobre los compañeros de fórmula de Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. Tampoco Gerardo Morales, Elisa Carrió, Facundo Manes, José Luis Espert ni el propio Pichetto -todos aún anotados como precandidatos presidenciales- los han oficializado.
Patricia Bullrich recién lo haría el próximo miércoles, a través de las redes sociales. Hasta anoche, el candidato más firme era el presidente de la UCR bonaerense, Maximiliano Abad, quien le sacaba un cuerpo a otros correligionarios como el mendocino Rodolfo Suárez y el formoseño Luis Naidenoff. En la lista de posibles acompañantes de la exministra de Seguridad también figuraban los economistas Carlos Melconian -habría rechazado la propuesta- y el diputado Ricardo López Murphy, quien anticipó que “aceptaría” una invitación de Bullrich. Otro nombre mencionado es el del mendocino Luis Petri.
En el bunker de Rodríguez Larreta, ubicado en el barrio de Núñez, siguen poniendo al jujeño Gerardo Morales como el preferido del alcalde para acompañarlo en la boleta presidencial. Pero tampoco dan de baja al gobernador cordobés Juan Schiaretti, cuya inclusión en JxC promovió Larreta, ni a otro radical independiente como el diputado Facundo Manes. Al tiempo que en el entorno de Miguel Pichetto anticipan una reunión de la mesa directiva de Encuentro Republicano Federal para el próximo jueves, cuando se definirán los pasos a seguir si no llega una propuesta del jefe de gobierno para secundarlo.
De acuerdo a fuentes del espacio, Larreta pide a sus aliados políticos que mantengan sus precandidaturas presidenciales porque considera que “los votos se traccionan desde el tope de la boleta” y no desde cargos intermedios. Así se entiende que promoviera la inclusión del diputado liberal José Luis Espert pese a que, en el plano formal, competirá contra él por la candidatura principal de JxC. La misma lógica se aplica a Elisa Carrió, quien sostendrá la postulación “para dar testimonio de su conducta” y presentará a su candidato a vice el mismo sábado 24. Anticipan que será alguien “alejado de los extremos”.
El que tiene todo definido es Javier Milei. El jefe de La Libertad Avanza anunció a su compañera de bloque en la Cámara de Diputados Victoria Villarruel el 16 de mayo, aunque desde entonces no paró de recibir malas noticias tanto por los resultados de las elecciones en las provincias como en el armado de la estructura nacional de la fuerza para sostener su propia candidatura presidencial. Milei sigue bien posicionado en las encuestas, que lo ubican como un serio aspirante a ser el candidato más votado en las PASO, pero últimamente su campaña se tiñó de más dudas que certezas.
Alejados del podio aparecen el cordobés Juan Schiaretti con su alianza “Hacemos por nuestro país”, en la que podría llevar como compañero de fórmula al bonaerense Florencio Randazzo o en su defecto a la socialista santafesina Mónica Fein; y la izquierda representada por las fórmulas Myriam Bregman-Nicolás del Caño y Gabriel Solano-Vilma Ripoll, que se enfrentarán en las primarias el 13 de agosto. Estas dos opciones están relegadas por la interna oficialista en el caso de Schiaretti, que busca representar al peronismo no K; y por los libertarios de Milei, que se llevan el “voto bronca” al que apunta la izquierda.
Razones de fondo
La indefinición en las dos grandes coaliciones es motivo de análisis entre los especialistas. “Es normal que tengan una puja por el liderazgo, teniendo en cuenta que Cristina y Macri han experimentado un debilitamiento muy significativo. Hay una puja aún irresuelta por la sucesión de los liderazgos fuertes. Macri perdió influencia, Cristina también y por eso no pudo imponer su voluntad de un solo candidato”, afirmó Sergio Berensztein. Por su parte, Lucas Romero dijo que “la política argentina atraviesa una etapa transicional, donde los dos liderazgos que la organizaron en los últimos 20 años están pasando a retaguardia”.
“Lo que está ocurriendo es que además de discutir las candidaturas, las grandes coaliciones están dirimiendo liderazgos”, abundó el titular de Synopsis. A su vez, Facundo Nejamkis hizo notar que “sin elecciones primarias, tanto Unión por la Patria como JxC hubieran quedado al borde de la fractura”. El director de Opina Argentina agregó: “Lo bueno que tiene el sistema de PASO es que permite que la fragmentación se ordene de cara a la elección general”.
Mientras que Shila Vilker, de la consultora Trespuntozero, redondeó una justificación ante la demora: “En un escenario tan incierto, donde todos tienen chances, cada decisión por más pequeña que sea puede marcar la diferencia entre la victoria y la derrota, un motivo más que suficiente para demorar las definiciones al máximo y no tomar decisiones apresuradas con una oferta que luego incline la balanza a favor del rival”.