En septiembre, los bonos y acciones locales se tiñeron de rojo. Tras haber acumulado grandes alzas en los primeros ocho meses del año, después de las elecciones primarias, la tendencia se revirtió, ante un escenario de creciente incertidumbre política, inestabilidad macroeconómica y toma de ganancias. Tampoco ayudaron los vientos que soplaron desde el exterior.
En ese escenario, el principal índice accionario de la Argentina se posiciona actualmente en las 705 unidades, al ajustar por el tipo de cambio contado con liquidación (CCL). Se trata de valores mínimos pre-PASO. Tan solo un mes atrás, el S&P Merval se encontraba por encima de los 830 puntos: acumula una caída en torno al 15,8%.
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“El Merval se acerca al piso marcado tras la mala racha de comienzos de mes. Es cierto que ni el contexto global ni el regional ayudan, pero el ‘high beta’ [mayor volatilidad] argentino y la gran incertidumbre política actual hacen de las suyas para potenciar las pérdidas”, señalaron desde la sociedad de bolsa Delphos Investment.
Al observar el panel principal, las compañías más afectadas pertenecen al sector financiero. El BBVA acumula una baja del 29% en pesos en lo que va de septiembre. Le siguen en la lista el Banco Macro (-28,5%), el Banco Supervielle (-27,8%) y el Grupo Financiero Galicia (-23,1%).
Para Fernando Camusso, director de Rafaela Capital, la mala performance que vienen teniendo los activos de renta variable se explica por el aumento de los desequilibrios que presenta la economía. Mientras que en otros puntos del globo hay inversiones que están pensadas para aquellos ahorristas que miran hacia el mediano y largo plazo, en la Argentina “todo es un trade”. Los operadores, tanto locales como extranjeros, buscan constantemente las ventanas de oportunidad que se presentan en el mercado de capitales “pero en un supercorto plazo”. Y ese momento, fueron las PASO.
“El Merval llegó a estar cerca de los 900 dólares, los bonos también tuvieron un rally alcista. Entonces, tras las elecciones, se liquidaron las posiciones y tomaron ganancias. Fue un trade, porque hoy las señales pasan por la política y no están claras para nadie. No está habiendo los volúmenes que uno podría esperar que lleguen del exterior, los inversores extranjeros no están mirando con ansias a la Argentina. Hasta que políticamente el país no se ordene, los dólares no van a aparecer”, agregó.
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La mala racha también impacta a los bonos soberanos de deuda, que acumulan caídas promedio del 10,6% en dólares en lo que va del mes. Según Alain Fainsod, CCO de la mesa de operaciones de Cocos Capital, gran parte de ese rojo se debe al escenario de recurrente déficit presupuestario, escasez de divisas en el Banco Central (BCRA), crecimiento de los pasivos remunerados en el corto plazo y la alta inflación.
“Si bien el desempeño de mercados emergentes ha sido malo en este período, los factores que principalmente explican esta performance de los activos financieros argentinos considerados de mayor riesgo, son el sostenido deterioro de la macroeconomía local y un resultado de las elecciones PASO que no logra reducir la incertidumbre sobre el rumbo del orden económico que prevalecerá en Argentina en los próximos años”, sumó.
Con fuerte caída de precios, ¿hay oportunidad de compra?
Ahora, la mirada de los inversores está puesta en qué sucederá el próximo 22 de octubre, cuando se lleven adelante las elecciones generales. Sin embargo, los analistas del mercado no están tan seguros de que vuelva a sucederse un rally tal como sucedió en la primera mitad del año. Incluso a pesar del reajuste de precios.
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“Sería poco probable volver a observar el rally que finalizó en 29 de agosto con el Merval en US$849, durante el cual el índice corría por encima de la depreciación del peso. Aunque las empresas posean activos cuya cotización es primordialmente en dólares, los ingresos futuros de las mismas, que explican la mayoría de sus valuaciones, en general disminuirían en dicha divisa de haber una nueva devaluación o incluso una liberación del tipo de cambio. En definitiva, una aceleración de los tipos de cambios financieros que presionen sobre el dólar mayorista poco ayudaría al índice”, agregaron desde Portfolio Personal de Inversiones (PPI).
Podría haber algunas oportunidades puntuales. Sobre todo si se tienen en cuenta aquellas compañías que poseen ingresos dolarizados, como las energéticas y el sector Oil&Gas, según PPI. Desde Delphos Investment sumaron que de continuar el efecto de ajustes de precios relativos del mercado podrían verse beneficiadas empresas como Central Puerto, que se ubica 14% por debajo del cierre del 11 de agosto. En un plazo más largo, Ternium y Aluar podrían subir a la par de los dólares financieros.
“A partir de octubre, los activos empezarán a incorporar en precios escenarios más disruptivos. Por ejemplo, una primera vuelta, a medida que se vaya conociendo información. Pero todo lo que sucede es trade, que no refleja otra cosa que la gran incertidumbre política. Porque, económicamente hablando, no hay incertidumbre, son puros desequilibrios. El inversor, que hizo alguna ganancia en dólares con bonos globales, los vendió y ahora sigue mirando a la Argentina como lo hacía antes: de reojo”, dijo Camusso.
En cambio, en el mediano plazo, Alain Fainsod se mostró positivo con los bonos soberanos en dólares. “Creemos que es el único activo argentino que en sus paridades expresa los riesgos de la macroeconomía local”, cerró.