Herido de muerte, el PJ enfrenta en Mendoza el desafío de la reconstrucción

MENDOZA.- El peronismo mendocino está herido de muerte y empieza a replantearse seriamente, cómo resurgir. El duro golpe que recibió en las elecciones a gobernador del domingo, en las que quedó en tercer lugar y rozando el cuarto puesto, muy lejos del ganador -el radical Alfredo Cornejo-, se convirtió en la síntesis de la crisis que vive el justicialismo en la provincia cuyana, que se caracteriza por su perfil antikirchnerista y más enfocada en el sector privado.

Por eso, las principales figuras del tradicional partido, de las diversas vertientes internas, buscan asimilar el fuerte mensaje de las urnas, que significó la peor derrota de la agrupación en la historia mendocina desde el retorno de la democracia. Bajo este difícil y complejo escenario, en el que los pases de factura están a la orden del día, ya piensan en la necesidad de encontrar una salida para volver a ser competitivos.

El cimbronazo no es menor: desde 1983 Mendoza tuvo cinco gobernadores radicales y cinco justicialistas, por lo que Cornejo llegó para romper esa paridad. Asimismo, la vuelta inédita de un exmandatario, apuntalada por ocho años consecutivos de gestión radical, le imprime aún más dolores de cabeza al PJ de cara al futuro. Repasando los antecedentes, la reciente performance del PJ, con la fórmula Omar Parisi y Lucas Ilardo, vinculada al kirchnerismo y que solo llegó al 15%, muestra una sorprendente perforación del piso histórico del 25 por ciento.

En tanto, es la segunda vez que el peronismo queda tercero en las elecciones a gobernador; la anterior fue en 1999. De hecho, el Partido Verde casi les arrebata el lugar: duplicó los votos de las Paso y quedó en el 12 por ciento.

Se trató, sin dudas, de una fórmula provincial peronista de menor peso, ya que el PJ mendocino, conducido por el kirchnerismo, bajo la supervisión de la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti, no logró seducir previamente a ningún intendente. Tampoco, los jefes comunales mostraron interés en someterse a la voluntad popular, en medio de la crisis económica nacional, con un gobierno nacional en declive.

Por eso, este año, las seis comunas justicialistas de Maipú, Santa Rosa, La Paz, Lavalle, Tunuyán y San Rafael decidieron adelantar los comicios. Tras sortear las PASO de abril, lograron retener sus territorios, el 3 de septiembre. Ese día, algunos caciques también fueron críticos de la dirigencia partidaria, sobre todo por la ausencia de apoyo en sus campañas locales. Este domingo, además de gobernador, los mendocinos eligieron los jefes de 11 comunas, en su mayoría radicales.

Tiempo de autocrítica

“Autocrítica es cuando uno se critica a sí mismo. Mi autocrítica es la misma: caminé todos los días; hace 120 días que me levanto a las 6 de la mañana y me acuesto a las 12 de la noche. Caminamos cinco veces la provincia. En realidad, la autocrítica la tienen que dar el PJ y sus dirigentes. Yo no he fallado, he dado todo por el peronismo. Hice todo lo que el peronismo necesitaba para ponerlo en el lugar que tiene que tener. Mendoza necesita alternancia y cambiar el signo político”, expresó el candidato del Frente Elegí durante la jornada electoral, con una frase contundente, tras el flojo resultado: “No cumplimos las expectativas. Desde mañana empezaremos a trabajar en la reconstrucción”.

Pero Parisi no escatimó en dardos a las comunas justicialistas: “Logramos ganar en Malargüe, ganamos en tres departamentos más, en los departamentos que no ganamos no habremos tenido el apoyo que necesitábamos”.

Por eso, el foco se vuelve a poner ahora en algunas figuras del PJ tradicional, vinculadas a las comunas de mayor peso territorial, por lo que ya hay quienes empiezan a pensar en 2027, sintiendo que existe alguna chance de prosperar para volver a comandar los destinos de la provincia.

En este tren, aparece con fuerza Matías Stevanato, jefe comunal de Maipú, quien se mostró distante de la fórmula a la gobernación y de la actual cúpula kirchnerista. Es más, su último juego electoral se limitó a dar su apoyo a la candidatura nacional de Sergio Massa y se mostró más en sintonía con la propuesta de La Unión Mendocina, la fuerza que creó Omar De Marchi tras romper con Cambia Mendoza, quien alcanzó el segundo lugar en las elecciones provinciales.

Es más, Stevanato como la mayoría de los intendentes peronistas no estuvo presente en el búnker justicialista.

El intendente reelecto ya había anticipado su posición, la noche del amplio triunfo en su municipio, pensando más en su futuro que en los comicios provinciales que se avecinaban: “Este modelo tiene que llegar a la provincia, necesitamos que se generen diálogos. Y estoy seguro de que este modelo va a conducir los destinos de la provincia”, expresó Stevanato luego de desestimar la candidatura de Parisi.

Del otro lado, el candidato a la gobernación le respondió: “Que Stevanato haga lo que quiera. No me confirmó nada, ni tiene que hacerlo. El pueblo mendocino nos va a acompañar más allá de lo que hagan los dirigentes”.

El resultado del domingo dejó en claro la realidad que vive el histórico partido en tierra cuyana y los desafíos por delante. No será fácil llegar a un acuerdo, aseguran a LA NACION los dirigentes consultados, pero reconocen que deberán dar un giro de peso, mirando más hacia la provincia, para sobrevivir y volver a dar pelea.

Los cinco gobernadores radicales fueron Santiago Felipe Llaver (elegido en 1983), Roberto Iglesias (1999), Julio Cobos (2003), Alfredo Cornejo (2015) y Rodolfo Suarez (2019).-

En tanto, los cinco mandatarios peronistas fueron José Octavio Bordón (1987), Rodolfo Gabrielli (1991), Arturo Lafalla (1995), Celso Jaque (2007) y Francisco “Paco” Pérez (2011).

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