“Hasta en los votantes de Milei hay miedo al salto al vacío”

Luego de su triunfo sobre su exaliado Omar De Marchi, el gobernador electo de Mendoza, Alfredo Cornejo, recibió a LA NACION en la residencia oficial de la gobernación. Defendió la unidad de Juntos por el Cambio y se mostró confiado de las chances de Patricia Bullrich de cara a octubre. “Yo percibo que hasta en los votos de Milei hay una parte que le da miedo el salto al vacío”, apuntó el dirigente radical, para quien “sería saludable para la democracia argentina” que exista un “centro” representado por la coalición opositora sobreviva a una virtual derrota.

Consideró que “hay más tolerancia hacia las ideas liberales que la que había hace diez años atrás”.

–¿Qué se siente ser el político mendocino más poderoso de la historia democrática de la provincia? Usted es el primer exgobernador en repetir mandato.

–El concepto de poder es un concepto que habría que definir. Deberíamos preguntarnos, de la teoría a la práctica, el poder para qué. ¿Para un programa o el poder por el poder mismo? En Mendoza, nadie debería tener ningún temor porque el poder está acotado. En la provincia hay expreso equilibrio de poder. No hay reelección, de hecho yo no fui reelecto. Yo he sido electo nuevamente, no reelecto, después de dejar un periodo. Nuestra Constitución impide que pueda ser candidato un familiar directo del gobernador. Por eso, no te creas que tener el poder en Mendoza es asimilable a tener el poder en alguna que otra provincia de la Argentina. Hay límites concretos y un mayor control al poder político. Lo que ocurre es que yo ejerzo la autoridad, pero ejercer la autoridad no es autoritarismo. Y la autoridad no es un patrimonio de la autoridades, sino de la sociedad.

-¿Cómo se explica que en Mendoza gane el oficialismo cuando a nivel nacional lo que parecería primar es el cambio?

–La vara de Mendoza es más alta que la de la Nación. Acá hay un sistema institucional funcionando sin torpezas, con sus más y con sus menos. Mendoza no es un cantón suizo, nadie está diciendo eso. Es apenas una casita bonita, digna, en un barrio que está feo. En ese contexto es mejor retener algo probado que otra cosa. Cada elección es una elección distinta.

–¿Cree que su triunfo puede darle un envión a Patricia Bullrich en el último tramo de su campaña? Ayer pidió el voto por ella.

–Creo que es mejor un cambio seguro, con diez gobernadores detrás, que un salto al vacío a probar y ver si esto funciona, que es la hipótesis Milei. Me parece que esa línea argumentativa es más fuerte que el apoyo personal mío a Bullrich. Yo percibo que hasta en los votantes de Milei hay una parte que le da miedo el salto al vacío. Piensan “me la estoy jugando, pero todavía tengo más para perder de lo que ya he perdido”. De los últimos 20 años, 16 ha gobernado el kirchnerismo y cuatro Cambiemos. Y como la Argentina ha hecho sus experiencias, es obvio que esté buscando una tercera fuerza. En esta oportunidad el azar lo puso a Milei, pero podría haber sido otro. Aunque creo que hay más tolerancia hacia las ideas liberales que la que había hace diez años atrás. Yo eso lo veo positivo como tendencia, pero que esté consolidado dependerá de la legitimidad del próximo gobierno y ahí es adonde están los interrogantes

–En ese sentido, ¿no crees que el sello Juntos por el Cambio ya quedó viejo?

–De los últimos 20 años, Juntos por el Cambio gobernó cuatro. Que la sociedad argentina lo juzgue solo por cuatro años cuando en dos décadas no hemos parado de tener crisis, también lo veo injusto. Comprendo la del observador independiente y que el ciudadano en su metro cuadrado vea que su poder adquisitivo no pare de caer.

–¿No considera que la identidad de la coalición se desgastó en los últimos años?

–El paso por el gobierno te desgasta. Por eso creo que si Milei en menos de un año no aumenta el salario real de las personas, también va a tener un problema mucho más grave porque no va a tener quién se lo sostenga en el territorio. Cambiemos tenía por lo menos cinco gobernadores, 70 diputados, 18 senadores. Yo veo que la coalición está mucho más integrada de lo que estaba en 2015, cuando prácticamente los dirigentes no se conocían entre sí. El desgaste es cierto, pero también te digo que hay una mayor armonía en las segundas y terceras líneas y mucha mayor coincidencia. Ocho años después, hemos hecho nuestra experiencia en los bloques, de convivencia. Hoy en día, en todos los equipos de Patricia están mezclados radicales con Pro y Pro con radicales. Yo nos veo más integrados y mejor preparados para asumir un gobierno nacional.

–Durante el gobierno de Mauricio Macri usted fue una voz disidente al interior de Cambiemos. Un gesto que llamó la atención porque la UCR no se caracterizó durante esos años precisamente por marcar demasiadas diferencias.

–Con mis críticas a los aumentos de tarifas creo que construí una relación de mayor equilibrio, pero en un contexto malo. Era 2018 y ya comenzaban a haber problemas en la economía. Esa discusión fue muy rica, porque nosotros no dijimos que no había que aumentar la tarifa, dijimos que se necesitaba mayor sostenibilidad en el tiempo. Espero que entre sus autocríticas Mauricio comprenda esto, porque lo he hablado con él.

–Si Bullrich no llega a la segunda vuelta, ¿votaría por Milei o por Sergio Massa?

–Nunca me ha gustado elegir entre Frankenstein y Drácula. Yo prefiero esperar el realismo de qué es lo que van a dar las elecciones. Tengo mucha esperanza de que eso no suceda.

–¿Imagina un bloque de gobernadores cuyanos con Marcelo Orrego (San Juan) y Claudio Poggi (San Luis)?

––Yo intentaría hacerlo, solo que no podemos hacer un escenario sin saber quién es el presidente. Creo que en cualquier escenario, incluso en el de Patricia presidente, que es el que anhelo, los gobernadores en general tienen que hacer valer su federalismo, pero no en forma radial con cada uno sacando su tajada personal, sino en forma de proyecto. Hay varias provincias argentina que necesitan, por sus sectores económicos, el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea (UE). ¿Por qué no asociarse en función del crecimiento económico y no en función del ajuste? Yo prefiero que veamos cómo podemos crecer, y sin lugar a dudas el acuerdo con la UE sería beneficioso, como por ejemplo en un mayor intercambio en algunos alimentos.

–Si Juntos por el Cambio pierde la elección, ¿corre riesgo de romperse?

–Sería un error. Generaría un retroceso en la Argentina y creo que no sería saludable para el país, porque la mayoría de los países democráticos, populismo mediante, por derecha o por izquierda, después termina yéndose al centro. Nosotros podemos representar ese centro.

–¿Le llamó la atención la foto de Gerardo Morales y Gustavo Valdés junto a Massa?

–Supongo que fue producto de una convocatoria del Norte Grande sin ninguna consideración política ulterior. La discusión de la ruptura no está dándose en Juntos por el Cambio hoy, nadie me ha planteado eso a mí. Si se está dando en algún lado, repito, sería un error.

–¿Los coquetos de Macri con Milei no dan cuenta de eso?

–Las tensiones la pueden generar actores de afuera de la coalición, sea Massa o sea Milei, pero la Juntos por el Cambio, si se mantiene firme, no tendría por qué romperse. Creo que sería saludable para la democracia argentina que haya un centro y ese centro lo pueden representar bien el radicalismo y el Pro influyendo fuerte en eso.

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