MENDOZA (Enviado especial).- En el marco de una meteorología atípica para la provincia de Mendoza, con lloviznas que cayeron desde temprano por la mañana, un sentimiento prima por igual en las filas de las dos coaliciones con chances reales de llegar a la gobernación: la incertidumbre. Con un nivel de participación del 71%, uno de los más bajos de la historia mendocina desde el regreso de la democracia, la jornada electoral transcurrió en un clima de tranquilidad, algo que contrastó con los dardos cruzados que se lanzaron los dos principales candidatos.
Alfredo Cornejo (Cambia Mendoza) y su exaliado Omar De Marchi (La Unión Mendocina) aprovecharon los micrófonos para dispensarse acusaciones de alto calibre. “Hay denuncias en Las Heras por reparto de mercadería, espero que la Junta Electoral proceda con la mayor celeridad”, exhortó el dirigente radical en la rueda de prensa posterior a su voto en la escuela Julio Lemos, de Godoy Cruz. La referencia de Cornejo no fue para nada casual: quien gobierna ese municipio, ubicado al norte de capital mendocina, es ni más ni menos que el compañero de fórmula de De Marchi, Daniel Orozco. Las Heras forma parte del Gran Mendoza, una zona que concentra el 70% del electorado de la provincia, cuyo padrón total es de casi un millón y medio de personas.
Milei, Cristina y el peronismo: las Fuerzas del Cielo chapotean en el barro
El candidato de La Unión Mendocina votó pasado el mediodía en su Luján de Cuyo natal, y tras ser consultado por los dichos de Cornejo fue tajante: “Eso es mentira”. Acto seguido, no ahorró munición gruesa contra su exsocio: “Graves son otras cosas que han estado pasando en el Consejo de la Magistratura, con audios donde sale claramente cómo se han elegido los jueces en este último tiempo, en el que salen dos consejeros diciendo ‘tendría que haberle puesto un 4 pero le puse un 6 porque el petiso me lo dijo’. ¡Esos son los temas graves, muchachos!”.
Sin mencionar a su rival, De Marchi habló de “la terrible desesperación que tienen algunos por perder” y denunció lo que denominó “trampitas de última hora”, pero se mostró confiado de que la “campaña sucia” de Cornejo “no torcerá la voluntad de los mendocinos”.
A lo largo de la semana, en las filas del cornejismo vacilaron entre la confianza de contar con un triunfo a la mano y el temor por la emergencia inesperada de un “efecto Milei” que catapulte a De Marchi en la recta final. Admiten que, de haber existido un apoyo directo a La Unión Mendocina de parte del libertario, la situación hubiera sido muy distinta. Sucede que el diputado nacional se encargó de remarcar cada vez que pudo su cercanía personal con el candidato presidencial de La Libertad Avanza, pero sin arriesgar del todo un apoyo político. “Tenemos un gran diálogo”, repitió ante la prensa este mediodía.
Con una impronta decididamente transversal y provincialista, La Unión Mendocina –conformada por un variopinto abanico de fuerzas políticas, que van desde el Partido Demócrata y el Partido Libertario hasta la Coalición Cívica– obtuvo el segundo lugar en las PASO del 11 de junio con el 21%, por detrás de Cambia Mendoza que alcanzó el 43% de los votos. Las elecciones se celebraron apenas un mes después de que De Marchi tomara la decisión de romper su alianza política con Cornejo.
La incógnita de cara a los resultados es si Cornejo logrará conservar la totalidad de los votos aportados por el diputado nacional Luis Petri (derrotado en las primarias y hoy candidato a vicepresidente de Patricia Bullrich, de quien se espera su presencia en el bunker oficialista) o si, por el contrario, parte de ese caudal (17%) será capitalizado por su exaliado. En caso de alzarse con la victoria este domingo, la UCR se garantizaría extender su hegemonía en la provincia cuyana por 12 años, algo que solo había logrado el peronismo entre 1991 y 2003.