KIEV.- En este momento, los combates más importantes del conflicto bélico en Ucrania se están desarrollando en un par de campos de cultivo y líneas de árboles que rodean una localidad agropecuaria que hasta el inicio de la guerra no tenía ni mil habitantes.
A fines de agosto, los paracaidistas ucranianos lograron perforar la principal línea defensiva rusa al oeste de la aldea de Verbove, y desde entonces vienen abriéndose paso a través de las fortificaciones y han logrado abrir un corredor para enviar más vehículos blindados.
A esa batalla Ucrania ha enviado a algunas de sus unidades de elite, equipadas con vehículos blindados provistos por Occidente, así como tropas de asalto aéreo. Según los analistas y los militares, la elección de centrar la contraofensiva en Verbove, en la región de Zaporiyia, responde a múltiples razones, desde la relativa debilidad de las defensas rusas en ese lugar hasta las facilidades que ofrece para futuros embates.
Esa hendidura que Ucrania ha creado en la línea de frente es crucial para lograr el principal objetivo de la guerra: partir en dos a las fuerzas de ocupación rusas que actualmente controlan el 20% del territorio ucraniano. Para lograrlo, Kiev tiene que hacer llegar a sus tropas lo más cerca posible del Mar de Azov. Pero el camino más directo, por la ruta que sale de Orikhiv hacia el sur a través del polo de transporte de Tokmak, es el mejor defendido: allí los rusos pasaron meses cavando trincheras, fortificando posiciones de ametralladoras y cohetes, e instalando obstáculos antitanque y otras defensas a lo largo de la ruta.
Las primeras incursiones de los ucranianos, en junio, eran con largas formaciones de vehículos blindados que fueron inmediatamente repelidos. Entonces Ucrania cambió de táctica y empezó a avanzar con pequeñas unidades de infantería que fueron sometiendo metódicamente las posiciones rusas. Esa táctica empezó a rendir frutos en agosto, cuando las fuerzas ucranianos tomaron la localidad de Robotyne y recuperaron rápidamente más territorio hacia el este y la aldea de Verbove.
Para la toma de Robotyne, Ucrania desplegó algunas de sus unidades de asalto aéreo más poderosas, incluida la 82a Brigada.
Sus mayores avances fueron al oeste de Verbove, donde la principal línea defensiva rusa rodea la aldea: es exactamente en ese punto donde los ucranianos han logrado perforar una pequeña brecha, y ahora están tratando de ensancharla.
Según los analistas militares, una de las razones de la decisión de Ucrania es que el camino directo a Tokmak, a través del pueblo de Solodka Balka, está plagado de fortificaciones rusas mucho más sólidas.
Al oeste del área de Verbove, por el contrario, algunas trincheras rusas no tienen búnkeres de alojamiento ni posiciones de tiro cubiertas, señala Emil Kastehelmi, analista de datos de inteligencia de fuente abierta del Black Bird Group.
“En este este momento, los ucranianos están centrando sus ataques en el punto donde las defensas parecen ser un poco más débiles que en otros lugares”, apunta Kastehelmi. Los soldados que combaten en el lugar dicen que los enfrentamientos son intensos y que los avances son metro a metro.
La brecha en las inmediaciones de Verbove también abre una ruta hacia la ciudad de Berdyansk, sobre la costa del Mar de Azov, lo que podría obligar a Rusia a dispersar menos sus tropas.
El camino alternativo a través de Solodka Balka llevaría a las fuerzas ucranianas a una zona más fortificada y más fácil de defender para las tropas rusas. El análisis de imágenes satelitales de la zona realizado por Kastehelmi muestra trincheras cubiertas y posiciones de combate, zanjas antitanques e hileras de bloques de hormigón de forma piramidal conocidos como “dientes de dragón”, entre otras defensas.
La comparativa debilidad de las posiciones rusas al oeste de Verbove puede deberse a varios factores, como limitaciones de recursos y mano de obra, o falencias de ciertas unidades en sus áreas de responsabilidad.
Las imágenes satelitales más recientes muestran que las fuerzas rusas se apresuran a cerrar esas brechas hasta donde avanzaron los ucranianos, tanto en la línea del frente como más hacia el sur.
Las fuerzas rusas empezaron a consolidar la línea defensiva existente cuando sintieron el embate del avance ucraniano, apunta Brady Africk, del centro de estudios American Enterprise Institute. Los nuevos esfuerzos de fortificación de los rusos van desde agregar obstáculos menores hasta cavar zanjas antitanques de kilómetros de largo, según el análisis de imágenes satelitales realizado Africk.
A partir de mayo, las fuerzas rusas empezaron a colocar nuevas hileras de “dientes de dragón” cerca de Romanivske, a unos 20 kilómetros al sureste de Verbove. Entre julio y agosto, las fuerzas rusas sumaron fortificaciones cerca de Chervonoselivka, y a finales de agosto también aparecieron nuevas trincheras y barreras cerca de la ciudad de Ivana Franka.
“Las fuerzas rusas están empleando una estrategia archiconocida: a medida que los ucranianos avanzan, construyen más fortificaciones para enfrentarlos y dificultarles el avance”, explica Africk.
Algunos de los obstáculos son más difíciles de detectar. Incluso en las posiciones donde las imágenes satelitales muestran debilidades evidentes o un amplio espacio para avanzar, la amenaza de los campos minados sigue latente…
Los campos minados por los rusos, combinados con un efectivo uso del fuego de artillería pesada, los drones, los aviones de combate y helicópteros de ataque, están convirtiendo la contraofensiva en un camino largo y desgastante, señala Seth Jones, vicepresidente del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, un grupo de expertos con sede en Washington, D.C.
En comparación con las anteriores ofensivas ucranianas en las regiones de Kharkiv y Kherson, el actual ritmo del avance ucraniano es muy lento, porque el terreno, las fortificaciones y la tecnología desplegados en esta guerra favorecen la situación defensiva y no de ataque, señala Jones.
“Es el mismo problema que enfrentaron los rusos en las primeras etapas de la guerra, durante su ofensiva sobre Kharkiv y Kiev, ya que la ventaja estaba del lado defensivo”, dice Jones.
Según Jones, el punto de quiebre podría ser la calidad y la moral de las fuerzas rusas que defienden las trincheras.
Sin embargo, hasta ahora no se ha producido un colapso de la línea defensiva rusa que le permita a los ucranianos avanzar más e intentar rodear a las tropas rusas.
“El frente ruso no se derrumbó, y ni siquiera está realmente en estado reactivo”, dice Kastehelmi. “Siguen en condiciones de llevar adelante una defensa organizada”.
Por Anastasia Malenko
Traducción de Jaime Arrambide