Es tentador creer que podemos confiar solamente en nuestra experiencia personal para desarrollar nuestra comprensión del mundo. Sin embargo, es una aproximación limitante y errada. El mundo es grande, diverso y desigual y – la mayoría de nosotros- , podemos experimentar muy poco de él personalmente a lo largo de nuestra existencia. Para tratar de entender cómo es el mundo de una manera abarcativa, debemos desarrollar nuevas habilidades y explorar estadísticas globales.
Por supuesto que nuestras interacciones personales son parte de lo que informa y forma nuestra visión del mundo. Construimos una imagen de las vidas de los que nos rodean a partir de nuestras interacciones con ellos. Max Roser es profesor de Oxford, fundador y director de la organización Our world in Data, un organismo que recopila y presenta todo tipo de cifras de la humanidad para entenderlas en contexto para la toma de decisiones. “Cada vez que conocemos gente y escuchamos sobre sus vidas, agregamos una perspectiva más a nuestra visión del mundo. Esta es una excelente manera de ver el mundo y ampliar nuestra comprensión. Pero podemos aprender poco de sobre nuestra sociedad sólo a través de interacciones personales”, advierte. Como nuestra experiencia personal tiene un horizonte finito, Roser propone esta pregunta para que pensemos juntos: ¿A cuántas personas conocés personalmente? Tomamos una definición amplia de lo que significa conocer a alguien e incluimos a todas las personas que conocemos al menos por su nombre.
Oda a la pereza
Un estudio realizado en los Estados Unidos preguntó a cuántas personas conocen los estadounidenses por su nombre y descubrió que la persona promedio conoce a 611,1. Supongamos que somos más sociable que el estadounidense promedio y conocemos a 800 personas. En un mundo de 8000 millones de habitantes, esto significa que conocemos sólo al 0,00001% de la población. Es difícil visualizar cuán pequeña es esta fracción que me dejó con la boca abierta y sintiéndome un puntito mínimo de nuestro planeta Tierra.
Roser nos invita a ser escépticos cuando la gente dice cosas sobre “el mundo actual” basándose sólo en lo que escuchan de personas que conocen. No podemos ver gran parte del mundo a través de nuestra experiencia directa. Pienso en la gran cantidad de decisiones y juzgamientos que esgrimimos desde nuestro micromundo. “El horizonte de nuestra experiencia personal es estrecho. Por cada persona que conocés, hay diez millones de personas que no conocés”, grafica Roser. Además, lo más probable es que las personas que conocemos sean bastante similares a nosotros, algo muy lejano de ser representativo de cómo es el mundo (o hasta de nuestro país) en su conjunto.