En agosto, las exportaciones alcanzaron US$5854 millones y las importaciones, US$6865 millones. El intercambio comercial (exportaciones más importaciones) disminuyó 17,3% en relación con igual mes del año anterior, y alcanzó los US$12.719 millones.
La balanza comercial mostró en agosto un déficit de US$1011 millones, séptimo registro negativo del año. Solo con China, el saldo negativo fue de US$1291 millones, entre tres y cuatro veces más que el saldo negativo con otros importantes socios comerciales de la Argentina, como Brasil, Estados Unidos y la Unión Europea.
Así lo informa el Indec a través del documento Intercambio Comercial Argentino (ICA). Las compras y ventas externas de la Argentina, que necesita dólares desesperadamente, otra vez tienen saldo negativo en siete de los ocho meses de 2023. A pesar del torniquete a las importaciones, los dólares no llegan.
“Sabiamos que el saldo se iba a deteriorar producto de la sequia. Este mes todos cae, aunque más las exportaciones que las importaciones. Es una de las razones que explica la caída de las reservas. No hay nada inesperado”, asegura el economista de Ledesma, Gabriel Caamaño.
Ventas y compras al exterior
Las exportaciones cayeron 22,4% con respecto a agosto de 2022 debido a una baja de 12,1% en las cantidades y de 11,7% en los precios.
En materia exportable, todos los rubros muestran números en rojo en su comparación con el mismo período de 2022 (agosto): las manufacturas de origen agropecuario (MOA), 28,0%; los productos primarios (PP), 26,1%; los combustibles y energía (CyE), 15,3%; y las manufacturas de origen industrial (MOI), 13,2%.
“En lo que va del año, las exportaciones cayeron significativamente y la causa más importante, sin dudas, es la sequía. Pero si miramos bien la evidencia, las exportaciones cayeron en todas las regiones del país y en todos los grandes rubros. Esta caída tan generalizada indica que además de la sequía, la situación cambiaria está incidiendo, desalentando las ventas externas y el racionamiento de las importaciones por el Gobierno también limita la disponibilidad de insumos para las industrias exportadoras”, analiza la economista senior de FIEL, Marcela Cristini.
“Otro aspecto importante es que las exportaciones, que nunca estuvieron bien diversificadas, ahora se han concentrado cada vez más en pocos productos. Casi el 80% se concentra en agroindustria, petróleo y petroquímica, minería y en la industria automotriz”, agrega.
Las importaciones también descendieron, un 12,4% con respecto a agosto de 2022. Hubo una caída significativa de los precios, en un 18,4%, y un aumento en las cantidades, del 7,4%.
“Como cayeron los precios de las importaciones más que los precios de lo que exportamos, eso nos dio un pequeño alivio por vía de mejora en términos del intercambio”, dice Cristini. Pero de todas maneras no alcanzó para revertir la mala performance del mes de agosto.
Hubo menos importaciones de vehículos automotores de pasajeros (VA), 88,1%; combustibles y lubricantes (CyL), 54,3%; resto, 32,8%, fundamentalmente por la menor compra de bienes despachados mediante servicios postales (couriers); bienes intermedios (BI), 10,2%; y bienes de consumo (BC), 3,8%. Mientras que bienes de capital (BK) no registró variación alguna, piezas y accesorios para bienes de capital (PyA) tuvo casi la única noticia en positivo del ciclo de agosto, con un crecimiento del 17,3%.
Como dato llamativo, CyL disminuyó 54,3% (US$726 millones), por una baja de 32,5% en los precios y de 31,7% en las cantidades. De todos los subrubros, combustibles y lubricantes elaborados fue el que más cayó (US$578 millones).
“Es cierto también que los precios internacionales de nuestros productos este año no son tan remunerativos como los del año pasado, pero son suficientemente altos para un país tan competitivo como la Argentina en agroindustria, minería y petroquímica. Las mermas exportadoras se explican por falta de incentivo cambiario, problemas de insumos y financiamiento y todo esto tiene también consecuencias en las inversiones que se pausan hasta que despeje el escenario”, analiza la economista de FIEL.
Balance de enero a agosto
En los ocho primeros meses de 2022 el panorama era otro. Las exportaciones sumaron US$59.720 millones y las importaciones, US$57.527 millones. Hubo un superávit de US$2193 millones. En los ocho primeros meses de este año, la balanza es negativa en US$6205 millones.
Lejos está el país de lograr la balanza comercial favorable en casi US$7000 millones en el total de 2022, o el doble en 2021, con muy buenos números también en 2020 y 2019.
Para Cristini, el gobierno solo apunta al cortísimo plazo con sus programas de promoción de algunos productos de los que sabe que existe oferta a la espera de mejores condiciones. “Esos programas confirman la expectativa de productores y solo logran recaudar algunos fondos para las reservas del BCRA, sin resolver los problemas de fondo”, dijo.