El economista Juan Carlos de Pablo habló sobre las principales cuestiones políticas y económicas que acaparan la atención del país, en un contexto donde la devaluación tras las PASO de agosto repercutió en un índice de inflación mensual de dos dígitos (12,4%) por primera vez en 20 años, y donde temas como la dolarización, el cierre del Banco Central o el futuro electoral en octubre —o noviembre— dominan el día a día.
De Pablo enfocó en el problema general de la política económica de cara al 22 de octubre. Por ejemplo, respecto del dólar, criticó las medidas tomadas por el Banco Central el 14 de agosto y dijo: “Sin avisar, sin explicar, dispusieron un salto devaluatorio del 22%. El resultado lo vemos en la inflación. Cuando algunos periodistas me decían que el Fondo [Monetario Internacional] lo exigía, yo les respondía: ‘Si yo soy Massa y el día posterior a una elección me exigen eso, les digo que no. Y si no me mandan la plata, yo no les pago’”, y aclaró que la cuestión se trata de “contabilidad creativa”.
Además, sostuvo que las medidas posteriores anunciadas por el ministro de Economía, Sergio Massa, surgieron como un subproducto de esa “decisión inexplicable”.
Respecto de la inflación y el número arrojado este miércoles por el Indec, el economista recalcó que, en realidad, no hubo ninguna sorpresa, ya que todas las estimaciones posicionaban este valor entre el 11% y el 12%. Sin embargo, opinó que la devaluación, principal influencia para este resultado, fue parte de una jugada del Gobierno: “Hicieron el salto devaluatorio y el cambio oficial lo están manteniendo. La jugada es ver si esto lo pueden transformar en un fogonazo inflacionario y que después baje. Si en septiembre la inflación da 8% o 9%, el Gobierno va a decir ‘clink, caja’”.
Además de las cuestiones netamente económicas, De Pablo hizo referencia a los últimos movimientos políticos tras las PASO, y analizó la designación de Carlos Melconian como posible ministro de Economía en caso de que Patricia Bullrich, candidata de Juntos por el Cambio, llegara a la presidencia. “A Carlos [Melconian] lo veo con mentalidad de ministro. En medio de la campaña electoral parecía que lo habían contratado porque comunica bien. Carlos es un excelente comunicador. Pero creer eso es casi un insulto”, sostuvo en una charla que brindó para socios de la empresa Planexware.
También aclaró que, sea quien sea el próximo ministro de Economía, va a tener que ir al FMI, porque Massa no va a cancelar la deuda. Para sostener su postura preguntó: “¿Conocen alguna persona que vaya a hacer un esfuerzo local para honrar la deuda con el Fondo? Ninguna. Moraleja: vamos a seguir en negociaciones hasta el día del juicio final”.
Al hablar de los resultados electorales de las PASO, el economista hizo hincapié en la poca diferencia que hubo entre los tres candidatos principales (Patricia Bullrich, Sergio Massa y Javier Milei), implicando que es imposible hacer proyecciones: “Cuando la diferencia es tan chiquita, no hay encuesta, desde el punto de vista metodológico, que te dé alguna pista. Menos si te dan números con decimales. No hay que perder el tiempo mirando las estadísticas. No hay información ahí”, sugirió.
También habló sobre Javier Milei, candidato presidencial por La Libertad Avanza, desde distintos aspectos. Un punto clave al que le prestó atención fue el pedido del candidato libertario de postergar la discusión sobre el presupuesto, la posible adherencia de Massa a este pedido y la oposición de Juntos por el Cambio. “No hay nada más difícil que armar un presupuesto en condiciones normales. Hoy, imposible. El presupuesto es una autorización de gastos y un pronóstico de ingresos. Votar una proyección es imposible”, explicó.
A su vez, aclaró que el Milei que él conoce no es el “loquito” que aparece en la televisión y sostuvo: “Si yo le hiciera coaching para los debates, le diría: ‘Mirá, Javier, vos sos candidato a presidente, no a ministro de Economía. Tené cuidado’”.
Con este escenario en puerta, la cuestión principal de la política económica por venir es, sobre todo, complicada. El economista detalló que “política económica son las prioridades, el conflicto, decir que no y poner el pecho”. Si bien cualquier tema como la dolarización puede ser importante, no está dentro de las prioridades, por lo tanto, no es parte de la “política económica”. “Lo único que importa es con qué arrancará el próximo gobierno. El próximo presidente o presidenta nos tiene que entusiasmar”.
Entusiasmar, para él, implica no plantear un ajuste fiscal, sino hablar como presidente. “Para dolarizar o cerrar el Banco Central tiene que haber una reforma constitucional. ¿Se imaginan al próximo presidente arrancando su gestión con el planteo de una reforma?”, reflexionó, y concluyó, con esto, que en la Argentina “no hay tiempo para aburrirse”.
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