CÓRDOBA.- “Nunca hemos vivido una situación así; si se extiende habrá empresas que deberán cerrar. Hay una virtual cesación de pagos del sector y esto derrama a toda la cadena, afecta a todo el intercambio comercial de la Argentina”, dice Jorge Pereira, presidente de la Asociación Argentina de Agentes de Carga Internacional (Aaaci), entidad que representa a unas 300 empresas dedicadas al transporte internacional de carga que emplean a 9000 trabajadores en forma directa.
La entidad lleva varios meses advirtiendo sobre los “graves inconvenientes” que atraviesan las compañías por las últimas normas dictadas por el Banco Central (BCRA) y el Ministerio de Economía.
Pereira señala que ya desde la comunicación A 7771 del BCRA de junio el trabajo del sector se vio “fuertemente” afectado. Es la norma que incorporó el servicio de transporte internacional y gastos conexos a la obligatoriedad de obtener la autorización del Sistema de Importación de la República Argentina y pagos de Servicios al Exterior (Sirase) para hacer efectivos los pagos a los agentes del exterior por los servicios prestados.
Subraya que ante la falta de autorizaciones de las Sirase las empresas están en una “virtual cesación de pagos” con los proveedores del exterior, afectando tanto las operaciones de importación como exportación.
Sergio Massa anunció que para que las Pymes industriales se puedan abastecerse desde el exterior de bienes e insumos que necesitan para mantener en funcionamiento sus líneas de producción, liberará SIRAs por unos US$ 700 millones. “Nosotros también somos Pymes y para trabajar necesitamos que se liberen SIRASEs”, subraya Pereira.
El ejecutivo indica que a la norma de condicionamientos de los pagos, en julio se le agregó la alícuota del 7,5% del impuesto PAIS para la adquisición en el exterior de los servicios de fletes y otros servicios de transporte por operaciones de importación o exportación de bienes, cuando fueran prestados por no residentes. Recae sobre los montos a transferir al exterior y se devenga cuando los agentes de cargas ingresan al MULC para pagar las facturas.
Es “retroactivo” dice Pereira ya que se pagará recién al momento en que se autorice el giro de divisas sobre trabajos realizados y facturados antes de la existencia del impuesto. “No hace más que agravar la situación, transformando nuestro país en un ‘puerto sucio’ en donde las líneas aéreas, marítimas y terrestres más importantes del mundo ya cobran sus fletes directamente en el exterior con los graves perjuicios que eso significa para la economía en general”, añade.
-¿Cómo estaba el sector antes de estas resoluciones?
-Hasta abril o mayo de este año era un sector que operaba normalmente, era competitivo y muy necesario para el comercio exterior, tanto para la importación como para las exportaciones. Después se cercenó mucho el pago de los fletes desde la Argentina; las líneas marítimas y aéreas no aceptan cargas a pagar en el país, con lo que estamos a un nivel similar a Cuba y Venezuela, de ‘puertos sucios’. Los agentes de carga en su mayoría somos Pymes, no somos multinacionales, cuando el importador compra FOB elige el embarcador que usará con lo que puede pedir precio y servicios, pero si no se nos permite transferir al exterior, afuera no nos embarcan o lo hacen pero después no dejan retirar la mercadería.
-¿Con las importaciones es lo mismo?
-Es exactamente igual. Tampoco se pueden pagar fletes de exportación en la Argentina. El exportador no sabe que hacer y esto afecta incluso más a las economías regionales. Hay exportadores que salen vía Chile hacia destinos en el Pacífico y hay que pagarle al armador en Chile el viaje a destino y eso no se puede hacer porque nadie toma una carga que sabe que no puede cobrar. Hay un uso y costumbre en las normas del comercio internacional y las estamos quebrando y eso, obviamente, tiene un costo. En general, en el mundo, en estas operaciones el cliente no quiere involucrarse en el flete, eso queda a cargo del exportador. Quiere la mercadería puesta en destino, no hacer más trámites ni burocracia.
-Estos problemas que describe, ¿derraman en toda la cadena?
-Efectivamente es así. Lo único que pretendemos es una solución, queremos que nos escuchen y ver cómo solucionar el problema…
-¿No se reunieron con las autoridades?
-Hemos tenido dos reuniones en las que nos han prometido que a fines de junio o inicios de julio nos liberarían a razón de US$40 millones por semana. La primera semana fueron US$10 millones y después salen SIRASE por US$10.000 que es como tirar un cubito en el medio del mar y esperar que el agua se enfríe. El problema es muy difícil; insisto que lo que pedimos es que nos atiendan, están perjudicando toda la operación de comercio internacional en un momento en que más que nunca es importante exportar.
-¿Qué es lo que piden concretamente?
-Lo ideal es un tipo de cambio único, que se vaya a un tipo de cambio financiero para los fletes pero eso no lo quieren aceptar porque va a los costos. Al menos que veamos qué nos quieren y nos pueden dar. Los agentes de carga somos usuarios que cobramos para dar un servicio a los clientes; el exportador ingresa los fondos pero no se pueden transferir. La situación es muy delicada.
-¿Han pasado situaciones similares a las de ahora?
– Así como ahora, no. Nunca hemos atravesado una situación que no tenga visos de solución, nunca hemos pasado por un momento como este. Hemos tenido etapas con el dólar comercial a $5 y el otro a $9, pero esas cosas se iban solucionando. Estamos esperando que nos digan ” les podemos dar tanto por mes”. El ministro (Sergio) Massa anunció que liberarán SIRAs para las Pymes. Nosotros somos Pymes, nada más que en vez de SIRAs necesitamos que liberen SIRASE para empezar a trabajar.
-¿Cuánto necesitarían por mes, cuál es la cifra piso?
-No hay un cálculo exacto para hacer público, pero le puedo asegurar que no es una cifra estrambótica, para un país es una cifra lógica, no son millones de dólares.
-¿Qué proyección hacen si se extiende esta situación más tiempo?
-La verdad, no lo sabemos. Hay empresas que tendrán que cerrar porque no van a poder operar. Las que no prestan otros servicios y hacen solo fletes se llenan de pesos y no pueden transferir. No nos dan crédito afuera; es una lucha permanente a ver quién consigue, quién da, qué hacen los clientes. Es todo un problema y a eso hay que sumarle lo que perdemos con el 7,5% del impuesto PAIS para la adquisición en el exterior de los servicios de fletes y otros servicios de transporte por operaciones de importación o exportación de bienes. No existía y se cobra con la fecha en que se autoriza a transferir pero cuando se tomó el compromiso esa carga tributaria no existía. Solo queremos podemos trabajar, llegar a un entendimiento. Además, el Ejecutivo tomó atribuciones exclusivas e indelegables del Poder Legislativo como lo es el definir en materia tributaria.
-Las cargas quedarán paradas si no operan los agentes.
-Claro, habrá operaciones que no se podrán hacer salvo que el importador argentino compre a costo y flete y sea el exportador de afuera el que pague el flete. Tenga en cuenta que el que lo paga es el que elige el embarcador y a lo mejor cobra 100 lo que podemos conseguir a 80. Al final, se termina girando más divisas de las que se quieren ahorrar. Lo mismo el exportador, dirá “vendo FOB” y hay que ver si el cliente quiere comprarle. Los días pasan y cada vez es peor la situación, más trabada y compleja.
-Si se dan esas situaciones, ¿Cuándo se normalice el esquema es complicado volver al ruedo?
-Sí porque hay que empezar todo de nuevo. Es una estructura compleja donde en todo el mundo los operadores están acostumbrados a importar y exportar de una manera, es una maquinaria que funciona muy aceitada y que involucra a diferentes lugares. Es un mercado que, si se pierde, es difícil de reconquistar. Estadísticamente, más allá de la sequía, la Argentina exporta menos. Está escrito que el objetivo era llegar a los US$100.000 pero los niveles fueron cayendo en vez de ir mejorando. El transporte es una parte muy importante del comercio internacional. Ni las líneas aéreas aceptan flete pagadero en la Argentina. Los agentes seguimos operando con la idea, con la ilusión, de que nos autorizaran pero hasta ahora no hemos conseguido nada.