El FMI pidió acelerar el ajuste para bajar la inflación, pero las medidas de Massa van en la dirección opuesta

WASHINGTON.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha hecho especial hincapié en la necesidad de acelerar la reducción del déficit fiscal para bajar la inflación y encarrilar la economía argentina, una meta que quedó plasmada de manera muy nítida en las últimas declaraciones de Kristalina Georgieva y del staff del organismo. Los recientes anuncios del ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa, incluida la eliminación del pago del impuesto a las ganancias para la gran mayoría de los trabajadores, marcha en la dirección opuesta, abriendo un nuevo punto de fricción con Washington.

El último informe del staff, difundido luego de la aprobación de la última revisión del programa vigente con el Fondo, a fines de agosto, ofreció una hoja de ruta para la Argentina en la cual sobresale la política de “acelerar los esfuerzos de consolidación fiscal”, una tarea que, en la visión del Fondo, aparece como un requisito ineludible en la ardua misión de arreglar la economía. Massa, indicó el Fondo, se comprometió además a avanzar en esa dirección. La importancia que el Fondo le asigna al equilibrio fiscal –una de sus recetas históricas– quedó en boca de Georgieva, directora Gerente del organismo, quien le dedicó un apartado especial en su comunicado que acompañó la difusión del informe.

“Más allá de este año, se acordó que la consolidación fiscal se aceleraría mediante medidas de ingresos y gastos de alta calidad. Esto ayudará a eliminar la financiación monetaria del déficit, apoyará la desinflación y fortalecerá el balance del banco central”, dijo la funcionaria en el comunicado que acompañó el último informe del staff.

El anuncio de Massa, realizado en un acto de campaña en la Plaza de Mayo junto con líderes sindicales, acarrea un costo fiscal aproximado de alrededor de un billón de pesos, equivalente al 0,3% del producto bruto interno (PBI) del año próximo, según estimaciones privadas. El acuerdo con el FMI prevé una meta de déficit fiscal del 1,9% del PBI para este año, que está en duda dada la volatilidad y la fragilidad que muestra la economía. Massa anunció otras medidas desde las primarias presidenciales con un costo fiscal, como el otorgamiento de una suma fija para empleados públicos y privados de $60.000.

El FMI y el Ministerio de Economía no respondieron a la consulta de LA NACION acerca de si la decisión de eliminar el impuesto a las ganancias para la mayoría de los trabajadores fue discutida entre el equipo de Massa y el staff.

El Fondo ha puesto el ajuste fiscal al tope de las prioridades para la política económica de la Argentina. Al hablar de las políticas que el país debería implementar a mediano plazo, el staff dijo en su último informe difundido en agosto que “abordar la alta inflación y mejorar la sostenibilidad externa y fiscal requerirá, ante todo, acelerar los esfuerzos de consolidación fiscal mediante una mayor dependencia de medidas estructurales duraderas y de alta calidad en materia de ingresos y gastos”, en línea con el mensaje de Georgieva.

Además de esos objetivos, el staff reiteró que la Argentina debería avanzar en una “mayor armonización del régimen cambiario” con la eliminación gradual de los múltiples tipos de cambio y las restricciones vigentes, un giro que el Fondo reclama desde hace rato. De cara al futuro, y una vez que se reconstruyan las reservas del Banco Central, el Fondo insistió también en una “flexibilización gradual” y condicionada del “cepo”.

El organismo también dejó en claro que el ajuste fiscal está por encima de medidas de alquimia monetaria, como la dolarización que propone el candidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei. Rodrigo Valdés, director del Departamento del Hemisferio Occidental, el funcionario de mayor rango del staff para la Argentina, lo dejó en claro en una entrevista reciente con el diario español El País.

“Y algo muy importante para nosotros es que lo que uno haga en el mundo monetario cambiario no sustituye lo que es necesario hacer en el mundo fiscal”, afirmó Valdés al hablar de la Argentina. “Esta parte requiere un esfuerzo enorme de los países y siempre uno entiende que el corto plazo y el largo plazo están en tensión. Pero aquí no hay sustituto para lo fiscal. Todos los países requieren una política fiscal sostenible que lleve a tener deudas no demasiado altas y dolarizar o no dolarizar no sustituye esa tarea”, remarcó el funcionario.

La hoja de ruta que planteó el FMI para la Argentina en el análisis del staff incluye otras medidas de largo aliento, un enfoque “más ambicioso”, en las palabras del staff, para abordar los desequilibrios macroeconómicos y poner al país en una senda de crecimiento sostenible.

“Resolver los desafíos profundamente arraigados de la Argentina probablemente llevará muchos años y requerirá acciones políticas firmes por parte de futuras administraciones”, advirtió el Fondo, en un mensaje dirigido al futuro gobierno, sea del color político que sea. “Para hacer frente a la alta inflación y mejorar la sostenibilidad externa y fiscal se requiere, ante todo, acelerar los esfuerzos de consolidación fiscal que también protejan las medidas prioritarias de gasto social y de infraestructura”, insistió el staff.

Y agregó: “Esto debería ir acompañado de nuevas correcciones en los precios relativos y una flexibilización gradual, basada en condiciones, de las medidas de gestión de los flujos de capital a medida que se abordan los desequilibrios y mejora la cobertura de las reservas. También se requieren reformas por el lado de la oferta para impulsar el potencial exportador de la Argentina y mejorar su viabilidad externa”.

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