El miércoles pasado, el régimen chino prohibió el uso de iPhone y otros dispositivos de marcas extranjeras por parte de los trabajadores en agencias del gobierno central. La medida significó un golpe considerable para Apple, la empresa pública más grande del mundo en valor de mercado.
De hecho, las acciones de Apple cayeron el jueves casi un 3% en el índice Nasdaq en que cotiza, acumulando, así, dos días de retrocesos en la bolsa, que se han saldado con una caída en la capitalización de cerca de 200.000 millones de dólares (186.888 millones de euros). El viernes, la empresa tuvo un repunte de 0,35%.
La compañía tecnológica perdió así un 6,4% de su valor desde la cotización registrada al cierre del martes, cuando sus títulos se negociaban a unos 190 dólares (177,5 euros). En este contexto, JP Morgan recortó el precio objetivo de las acciones de Apple. Pasaron de US$235 a US$230, según analistas de la firma, que destacaron: “Las restricciones harán más difícil para Apple seguir generando ganancias en su participación en el mercado Chino”.
JP Morgan destacó también que las restricciones se dan a la par del lanzamiento, la semana pasada, de un móvil 5G de Huawei -por su parte sometido a restricciones tecnológicas por parte Estados Unidos-. “El desempeño de las acciones de Apple en el segundo semestre dependerá de lo que pase con el iPhone15″, indicó.
El mercado chino es el principal para Apple, el cual es fuente de, aproximadamente, una quinta parte de sus ingresos. Asimismo, es su emplazamiento más importante a la hora de producir móviles y dispositivos para la marca a nivel mundial.
Según la Oficina Nacional de Estadísticas de China, alrededor de 56,3 millones de trabajadores urbanos estaban empleados por “unidades estatales” en 2021. Estos empleos tenían un salario promedio aproximadamente un 8% por encima del promedio urbano nacional, lo que representa un segmento atractivo para una empresa que se especializa en dispositivos premium. Y como Apple ahora envía aproximadamente 230 millones de iPhones a nivel mundial cada año, 56 millones serían una parte notable del grupo de posibles compradores, especialmente en un mercado global de teléfonos inteligentes maduro con perspectivas de crecimiento limitadas.
China también ha implementado otros castigos creativos para las empresas estadounidenses, como la retención de la aprobación de fusiones y adquisiciones importantes, lo que ha complicado los planes de crecimiento de importantes empresas de semiconductores estadounidenses como Qualcomm.
Tirar una piedra a Apple también crea importantes ondas en el estanque tecnológico. La compañía es uno de los mayores compradores de chips del mundo para sus dispositivos, por lo que el índice PHLX Semiconductor cayó un 2% el jueves.