Finanzas: medidas cambiarias con vistas al día de las elecciones

El Banco Central lanzó el dólar soja 4, a $455, hasta el 30 de septiembre, para llegar con aire a las elecciones generales de octubre. La entidad pasó de comprar US$13 millones en las cinco ruedas previas a hacerse de US$58 millones el jueves, lo que indicaría cierta adhesión de exportadores. Quedan US$4000 millones en manos de productores y US$2000 millones ya comercializados con precio a fijar. El Central compraría al menos entre US$700 y US$1000 millones si se liquidan los US$2000 millones, que usaría para intervenir en el dólar MEP.

Inflación de dos dígitos en CABA y en Córdoba

La inflación de agosto fue de 12,2% en Córdoba y de 10,8% en CABA. Los datos confirman la aceleración a velocidades inéditas en 32 años. La inflación núcleo semanal (clave, de ahora en más) cayó desde casi 7% en la semana de la devaluación hasta 3% en la última semana, alejando por ahora los temores a una espiralización. La curva de bonos ajustados por inflación, que ya había mostrado una fuerte compresión frente a este escenario, mostró bajas de entre 1% y 4% por una mayor percepción de riesgo de crédito.

Ceden las expectativas devaluatorias

Los contratos más cortos de la curva de Rofex evidenciaron una pausa en el crecimiento de las expectativas devaluatorias, probablemente al incorporarse en los precios que la brecha cedió y que hay un nuevo dólar soja, que presupone una suba transitoria de las reservas. Las tasas implícitas mensuales de octubre/noviembre y noviembre/diciembre descomprimieron, desde récords de 27,5% y 33,3% a 23,9% y 28,3%. De todas maneras, el mercado sigue descontando un movimiento abrupto cuando se descongele el dólar de $350.

Retroceso del dólar CCL, luego de su nivel récord

El dólar contado con liquidación (CCL) bajó 3% el jueves, de $762 a $739, por la primera liquidación masiva de exportadores en el dólar soja. De esta forma, extendió la caída desde el valor récord de $801 del 29 de agosto (la baja es de 7,7%). En ese momento, el retroceso se habría iniciado por venta, por parte del Banco Central, de bonos contra pesos (que afectó fuertemente las paridades). Ambos elementos podrían servir para contener por un tiempo la presión dolarizadora, pero están lejos de implicar un renovado apetito por el peso.

El autor es economista jefe de PPI

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