En las filas de Unión por la Patria había una fuerte expectativa por el acto del sábado por la noche, en Tucumán. Desde diferentes tribus peronistas que conviven bajo el sello oficialista, se ponía el acento en esa actividad de relanzamiento de la campaña, con los principales referentes en un mismo escenario. Se lo presentía como una forma de mostrar unidad en medio de un diagnóstico que también muchos compartían: que la campaña del oficialismo venía desarrollándose de forma compartimentada, como si corriera por muchos carriles separados al mismo tiempo.
Pero el acto en Tucumán también marcó la reaparición pública de Máximo Kirchner, que había estado ausente en ese tipo de encuentros después de la derrota de Unión por la Patria en las PASO. Alejado de los anuncios e inauguraciones que encabezó Sergio Massa tras los comicios, se manejó entre reuniones en el búnker y comunicaciones telefónicas con miembros de La Cámpora y con integrantes del comando de campaña oficialista.
Aunque no se presentó en actos, el diputado y jefe de La Cámpora participa en el comando de campaña del oficialismo, en la calle Bartolomé Mitre del centro porteño.
“Una campaña no se compone solo de actos. Hay reuniones, charlas con la militancia, demandas logísticas y otras tareas que Máximo viene desarrollando en el búnker de Mitre”, afirma a LA NACION una fuente del camporismo. “Reuniones y teléfonos”, es la frase coincidente con la que dos fuentes de distintos sectores de Unión por la Patria definieron el papel en la campaña del hijo de la vicepresidenta Cristina Kirchner.
El último jueves, en el búnker de la calle Mitre, se definieron “ejes de campaña hasta las generales”, sintetiza un testigo de la charla, que indica que Máximo Kirchner fue uno de los presentes. “Está en el comité de campaña, representando a La Cámpora y al PJ bonaerense. Es un tipo particular, no hay un día que no baje a un barrio, sin fotos”, lo describe el mismo informante.
“Su base es el Congreso”, dice una fuente que conoce la dinámica camporista. “Se está juntando con los compañeros en los distritos, hablando de la importancia de organizarse para militar a Massa. Es todo muy cerrado, con primeras y segundas líneas, en el Instituto Patria. Está tratando de que no haya ninguna reserva en militar a Massa de parte de los compañeros”, describe otra fuente, que menciona entre esos interlocutores vinculados a La Cámpora a la nueva secretaria general de la organización, Lucía Cámpora (en reemplazo de Andrés Larroque); al exdiputado bonaerense Facundo Tignanelli, y al senador bonaerense Emmanuel González Santalla, entre otros.
Además de la ausencia en actos con Massa, tras las PASO tampoco se vio a Máximo Kirchner con Axel Kicillof, gobernador y aspirante a la reelección desde la boleta de Unión por la Patria. “Están al habla”, aseveran a LA NACION cerca del mandatario provincial, aunque no había actividades en conjunto agendadas para los próximos días. Fuentes del comando de campaña oficialista señalaron que Kicillof está representado en el búnker de la calle Mitre por Martín Insaurralde, jefe de Gabinete bonaerense y socio político de Máximo Kirchner.
Presidente del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires, Máximo Kirchner no puso en marcha reuniones partidarias después del resultado electoral del 13 de agosto y los intendentes tuvieron pocas noticias de él. “En estas semanas no, porque la mayoría está trabajando territorialmente”, justifica un jefe comunal la falta de reuniones del partido provincial tras las PASO. Los intendentes están preocupados por sus elecciones distritales. “Estamos en el distrito. Sé que Máximo tiene oficina en Mitre con Wado [por el ministro del Interior, Eduardo de Pedro] y están organizando la campaña. No lo he visto últimamente”, admite un mandatario municipal.
La presentación de un libro con foco en la juventud podría ser una excusa para un desembarco del hijo de Cristina Kirchner en el conurbano, posiblemente en el distrito de Merlo.