En su laboratorio electoral, el oficialismo armó un plan para tratar de bloquear una victoria de Milei en la primera vuelta

El peronismo gobernante parece haber dejado atrás una etapa de superficialidad en el análisis de lo que representa la figura de Javier Milei. Si bien antes de las PASO celebraba el crecimiento del libertario porque provocaba un fuerte ruido político en Juntos por el Cambio (JxC), tras el porrazo de agosto el oficialismo pasó del estado de shock inicial a fijar una estrategia de confrontación con el candidato que ganó las primarias.

Tanto, que el objetivo que se pusieron los responsables de la campaña de Unión por la Patria (UP) de cara a las elecciones del 22 de octubre es podarle a Milei un millón de votos, de los poco más de siete millones que obtuvo en las PASO. No se trata de un número al azar: se basa en el dato estadístico de que el 14 por ciento de los que ahora votaron a La Libertad Avanza (LLA), lo habían hecho antes por el extinto Frente de Todos en 2019.

Los especialistas en análisis de datos electorales que asesoran al ministro-candidato Sergio Massa demarcaron el “tijeretazo a la melena del león” en 4,5 puntos porcentuales a nivel nacional. Si se toman los números de participación en las PASO, cada punto porcentual significó unos 220.000 votos, aunque la cifra podría variar en octubre, explicaron a LA NACION fuentes de la campaña oficialista, que será relanzada este fin de semana.

Massa desembarcará esta noche en San Miguel de Tucumán para encabezar un acto junto a los gobernadores oficialistas del norte, quienes quedaron en deuda por la baja performance de UP en una región del país que suele ser favorable al peronismo. “Ahora armaron un esquema donde prometen 700 mil votos más para nosotros y 200 mil menos para Milei”, graficó un funcionario al tanto de las conversaciones de los últimos días.

Después de haber quedado en off side, algunos gobernadores ya desempolvaron sus viejas mañas, esta vez para socavar a Milei. En Santiago del Estero, la provincia cuya jefatura política ejerce Gerardo Zamora, los libertarios se quedaron sin candidatos a diputados nacionales tras una filtración de audios escandalosa. En La Rioja, el gobernador Ricardo Quintela directamente amenazó con renunciar en caso de que Milei llegue a la Presidencia.

Desde Tucumán, Juan Manzur -que en unas horas será el anfitrión de una cena de alto voltaje político en su residencia de Yerba Buena- aseguró que el PJ provincial estará en condiciones de arrebatarle 100.000 votos a Milei en las elecciones de octubre. “Todos los gobernadores del norte van a jugar fuerte”, afirmaron en el equipo de Massa, donde hacen una lectura similar sobre el comportamiento electoral de los intendentes peronistas del conurbano.

“Apretar las clavijas”

En ese denso conglomerado urbano, el objetivo del oficialismo pasará por quitarle a Milei al menos 300.000 votos de los que obtuvo en las PASO. ¿Pero cómo lo hará el PJ si el candidato de LLA parece seguir en alza? “Vamos a apretar las clavijas”, deslizó un referente local. Ya se sabe que los libertarios no cuentan con una estructura partidaria y que sus boletas fueron “cuidadas” por los intendentes que fomentaron el corte. Pero eso podría cambiar.

El propio Massa y otros dirigentes como Eduardo “Wado” de Pedro, Máximo Kirchner y Malena Galmarini se encargaron de hablar tanto con los gobernadores como con los intendentes del conurbano para que, en octubre, “pongan lo que no pusieron” en las primarias. Los dos camporistas integrarán la delegación que acompañará al ministro-candidato a Tucumán. La presencia del hijo de Cristina Kirchner fue pensada para acallar rumores.

De hecho, la vicepresidenta no participó del tramo decisivo de la campaña previa a las PASO y Máximo circunscribió sus apariciones a distritos donde La Cámpora tiene anclaje local, como Quilmes -donde gobierna Mayra Mendoza– y Hurlingham, el distrito que se convirtió en un campo de batalla interno con el intendente Juan Zabaleta. “Hoy ya tenemos consolidado el voto de UP”, justifica por su parte la ausencia kirchnerista un dirigente massista.

Esa aseveración se basa en los números de las últimas encuestas, entre ellas una de la consultora Analogías, que está vinculada a La Cámpora y ubica a Massa con el 28,1 por ciento de intención de voto, detrás de Milei (31,1%) y delante de Patricia Bullrich (21,2%). Otros sondeos que son de consumo interno en el oficialismo ubican “la media de las fluctuaciones” en 35-31-24, en el mismo orden de aparición de los candidatos que la encuesta citada.

Claro que la aspiración oficialista de llegar al ballottage presidencial el 19 de noviembre se vuelve difusa ante la perspectiva de que Milei siga potenciándose y gane la elección en primera vuelta. En ese contexto, el plan para podarle un millón de votos se vuelve preventivo para UP, ante la posibilidad -analizada por el equipo de Massa- de que JxC “se pinche” y haya una migración de votos hacia “la opción opositora que se presenta como la más fuerte”.

Un trabajo interno del comando de UP indicó que si bien Milei logró “transversalizar a sus electores”, ya que pasó de “obtener el voto de varones y jóvenes a llegar a todos los sectores, con importantes diferencias por provincias”, el libertario no crecerá más del 5 por ciento en el período entre las PASO y las elecciones generales. El laboratorio electoral peronista funciona a pleno, pero no disipa las dudas sobre objetivos que parecen muy difíciles de alcanzar.

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