Tensión en México por la elección del candidato presidencial oficialista para suceder a López Obrador

CIUDAD DE MÉXICO.- La elección del candidato oficialista a la presidencia de México que será la apuesta para reemplazar a Andrés Manuel López Obrador se tensó, luego de que este miércoles uno de los principales aspirantes cuestionara la validez del proceso y exigiera su repetición horas antes de que se proclame al ganador.

El excanciller Marcelo Ebrard denunció “irregularidades” en una encuesta de la que saldrá el aspirante de la izquierda, que a su juicio favorecen a su principal rival, la exalcaldesa de Ciudad de México Claudia Sheinbaum.

“Si no se repone el procedimiento, si no se hace bien esta encuesta, pues entonces no estamos cumpliendo los objetivos que nos hemos planteado, así me favorezca”, dijo Ebrard en un discurso en medio de gritos de apoyo de su equipo y partidarios.

Ebrard denunció que hay “inconsistencias” en 14% de los formularios, así como el despliegue de propaganda electoral en zonas donde los encuestadores se disponían a recabar información. Previamente había vinculado a Sheinbaum con el uso de recursos públicos en la campaña.

Pese a ello, el proceso de escrutinio avanzaba, según el presidente del partido Morena, Mario Delgado, quien prevé anunciar al vencedor en las próximas horas. La encuesta consultó a 12.000 personas.

De ganar Sheinbaum, dos mujeres disputarían por primera vez la presidencia de México, pues el domingo pasado la senadora Xóchitl Gálvez fue ungida como candidata de una coalición de partidos opositores y de momento no se vislumbra un tercer postulante.

Física de 61 años, Sheinbaum aventaja a Ebrard en la intención de voto, según dos sondeos publicados recientemente en medios mexicanos.

Segunda economía latinoamericana y socio principal de Estados Unidos, México está sumido en una espiral de violencia por el accionar de cárteles del narcotráfico, a lo que se suma una extensa lista de feminicidios.

Las fricciones entre Ebrard y Sheinbaum representan una prueba de unidad para Morena, favorito para los comicios de 2024, mayoritario en el Parlamento y gobernante en 23 de los 32 estados mexicanos.

Muy popular, el presidente Andrés Manuel López Obrador se jactó el martes de no haber “inclinado la balanza” a favor de ningún aspirante. “Se acabó el dedazo”, dijo en alusión a la designación del candidato por el presidente saliente. “Va a ser la gente que fue consultada en la encuesta” la que decida.

Si no resultara triunfador, Ebrard podría dejar Morena, según algunas versiones. Bromeando, la candidata Gálvez ya le ofreció incluso unirse a su campaña.

“Hija del 68″ contra “liberal progresista”

De confirmarse, el duelo entre Sheinbaum y Gálvez promete ser un choque de orígenes, personalidades y estilos.

Nieta de abuelos judíos provenientes de Bulgaria y Lituania, Sheinbaum exhibe un talante reservado y prudente, sin carisma, según sus adversarios.

“Soy hija del 68″, dice la exalcaldesa, quien reivindica la herencia de las luchas sociales y no haber pertenecido jamás al PRI, el viejo partido hegemónico durante 70 años en el siglo XX.

Procedente de la burguesía intelectual capitalina, Sheinbaum promete continuar las políticas de López Obrador, limitado a un único mandato de seis años, según la Constitución.

Afirma que defenderá a los más pobres, incluyendo a las comunidades indígenas, y celebra los buenos resultados macroeconómicos del actual gobierno (moneda fuerte, finanzas sanas).

Vestida a menudo con prendas de tradición indígena, la opositora Gálvez, de 60 años, es originaria de un pueblo del central estado de Hidalgo.

Xóchitl (flor en idioma náhuatl) nació en una familia pobre, de padre indígena otomí y madre mestiza. Ingeniera y emprendedora exitosa, Gálvez no duda en salpicar sus discursos de malas palabras.

“Mi regla de oro: no quiero rateros, ni huevones, ni pendejos”, repitió el lunes en una entrevista con la AFP, al día siguiente de su designación. Afirma también que combatirá la violencia con “ovarios”.

Duelo

Gálvez retó además a Sheinbaum a hacer campaña por sí misma, sin ayuda del presidente, a quien le atribuyen un favoritismo por la exalcaldesa. “Ella [por Sheinbaum] puede sola, que le diga: ‘Usted dedíquese a gobernar y déjeme ser la candidata’”, dijo a la AFP.

Gálvez se declara liberal y progresista, sintetizando el ideario de los tres partidos que la respaldan: el liberalismo económico del derechista PAN, el ideal de justicia social del izquierdista PRD y la herencia institucional del PRI.

“Conmigo, no habrá vuelta atrás a los derechos ganados, tanto de la comunidad LGBTQ+ y de las mujeres”, prometió.

El aborto fue despenalizado por completo este miércoles por la Suprema Corte de Justicia, mientras el matrimonio igualitario es legal en los 32 estados.

Combativa, Xóchitl cree que puede recuperar terreno después de haber despertado y unificado a la oposición en apenas dos meses de campaña.

Agencia AFP

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