Tras una tensa reunión de jueces de la Cámara de Casación, la jueza Ana María Figueroa pedirá una licencia extraordinaria a la Corte Suprema por 30 días, con la intención de que, en ese tiempo, el Senado le de un nuevo acuerdo que le permita seguir en el cargo. Figueroa ya que cumplió 75 años, edad tope establecida por la Constitución para continuar en la magistratura. Por eso es que los jueces que se reunieron hoy durante más de tres horas y volverán mañana a reunirse para ver si prospera este atajo.
“Estoy analizando pedir una licencia extraordinaria por 30 días, es un plazo razonable para que el Senado pueda tratar el acuerdo”, dijo Figueroa a los periodistas acreditados en los tribunales, en una conversación de la que participó LA NACION, sentada en la cabecera de la mesa de la sala acuerdos, entre sándwiches de miga y copas de agua semivacías. A su lado estaba el juez Mariano Borinsky.
La solución fue la salida que encontró el tribunal para evitar pronunciarse acerca de si Figueroa sigue siendo jueza o no, pero este recurso no dejó conformes a todos los jueces, ya que en el acuerdo hubo un sector más duro -integrado por Guillermo Yacobucci, Daniel Petrone, Diego Barroetaveña, Carlos Mahiques, Gustavo Hornos y Javier Carbajo-. Del otro lado estaba Alejandro Slokar, que respaldó la posición de la jueza y que fue quien propuso la salida de la licencia extraordinaria a la que acompañó Mariano Borinsky.
La licencia extraordinaria permite cubrir la vacante de la vocalía 10, de Figueroa, con otro juez que se sorteará entre sus colegas y cobrará por esa tarea un 30 por ciento más de su sueldo.
Claro que la concesión de esta licencia extraordinaria depende ahora de la voluntad de la Corte Suprema e implica el reconocimiento implícito de su condición de jueza, pues solo los magistrados pueden acceder a este beneficio.
La situación de Figueroa llegó a una situación insostenible para sus colegas, pues cumplió 75 años el 9 de agosto y no dejó su cargo porque espera el acuerdo del Senado. Los jueces de la Casación le mandaron un oficio a la Corte y al Consejo de la Magistratura diciéndoles que la jueza “habría cesado como magistrada”, pero no la corrieron.
El 8 de agosto, en un acuerdo, Figueroa les dijo a sus colegas que dejaba la presidencia en manos de su vicepresidente, Mariano Borinsky, y que dejaba de firmar sentencias. Se firmó un acta. Pero en la reunión de hoy Figueroa dio marcha atrás.
“Fui malinterpretada”
Le echó la culpa al secretario que estaba tomando nota: dijo que fue malinterpretada y que ella seguía siendo la presidenta de la Casación. De hecho en la reunión de hoy ocupó la cabecera de la mesa, donde se ubica el presidente. Borinsky no se la disputó.
El acuerdo general de hoy fue áspero y sorpresivo. Borinsky dio de baja una licencia y convocó a sus colegas que forzaron la reunión.
En la Cámara de Casación hay posiciones contrapuestas en torno a la continuidad de la magistrada. Su más enfático defensor fue el juez Slokar, que entiende que la jueza puede seguir a la espera de que el Senado le otorgue un nuevo acuerdo, ya que el trámite para conseguirlo está en desarrollo y su pliego recibió dictamen favorable en comisión.
De hecho, Slokar defendió a la magistrada y dijo que en al Cámara había “jueces usurpadores”. No dio nombres, pero Carlos Mahiques se sintió aludido, ya que llegó a la Cámara Federal de Casación trasladado desde la Cámara Nacional de Casación. Al final, el asunto no pasó a mayores.
El Ministerio de Justicia, con la firma del viceministro de Juan Martín Mena, le pidió por oficio a la Corte y al Consejo de la Magistratura que no removiera a Figueroa porque está en proceso la extensión de su mandato.
Pero otros jueces de la Cámara de Casación entienden que su colega ya cesó en el cargo. Son Yacobucci, Petrone, Barroetaveña y Hornos, que como presidentes de sus salas firmaron el oficio notificando del cumpleaños número 75 de su colega a la Corte y al Consejo.
Si bien el Gobierno presentó el pedido al Senado de nuevo acuerdo, el oficialismo no consiguió votos para convocar a una sesión y renovar el mandato. La jueza, cuando cumplió los 75, anunció que no firmaría más sentencias y esta decisión de autoexcluirse le impidió votar en las tres causas más sensibles que tiene el kirchnerismo en la Casación: Hotesur-Los Sauces, donde Cristina Kirchner y sus hijos están sobreseídos por lavado de dinero y se debe decidir si se reabre o no el caso; memorándum con Irán, con la vicepresidenta sobreseída sin juicio oral, y Oil Combustibles, donde Cristóbal López fue absuelto y Ricardo Echegaray fue condenado.
Figueroa es una magistrada afín al kirchnerismo. Es una de las denunciantes de la “persecución macrista” en la Justicia, se mostró preocupada por el avance del “lawfare” y viene fallando en coincidencia con las posiciones de Cristina Kirchner o de exfuncionarios acusados de corrupción.