Medir la pobreza más allá de los ingresos, una necesidad para el diseño de las políticas

La ciudad de Buenos Aires, al igual que otras ciudades latinoamericanas, está caracterizada por profundas desigualdades que se expresan visiblemente en su territorio. Cerca del 10% de la población vive en asentamientos informales, áreas de alta concentración de pobreza urbana, y está afectada por múltiples privaciones.

En ciudades espacialmente segregadas, conformadas por vecindarios heterogéneos, la medición de la pobreza es un desafío. La pobreza se mide habitualmente identificando a las familias cuyos ingresos no alcanzan para comprar una canasta básica de bienes y servicios.

Desde 2019, la Dirección General de Estadísticas y Censos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ha avanzado de manera complementaria con la medición multidimensional de la pobreza. Se suma así a la tendencia general que se observa en la región; 12 países latinoamericanos ya tienen mediciones oficiales de la pobreza multidimensional. Utilizan el método consensual para la identificación de hogares que sufren privaciones de determinados bienes, servicios y actividades que son considerados necesarios para vivir dignamente en la ciudad.

Debido a que los residentes de barrios informales sufren privaciones en aspectos que no se logran captar adecuadamente mediante la observación del ingreso –como la falta de acceso a servicios públicos, la falta de un domicilio legal que complica su acceso a un empleo o a servicios financieros, los altos niveles de inseguridad física y la amenaza constante de desalojo–, la medición multidimensional de la pobreza resulta particularmente relevante en estos territorios.

Por otro lado, la disponibilidad de recursos no garantiza el acceso a verdaderas oportunidades de bienestar, en la medida en que su aprovechamiento depende de factores individuales, sociales, ambientales e institucionales.

En el Centro de Desarrollo Humano Sostenible de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Católica Argentina (UCA), recientemente llevamos a cabo un estudio titulado “Medición de pobreza multidimensional en ciudades segregadas: evidencia desde Buenos Aires”.

Sobre la base del enfoque de las capacidades de Amartya Sen, construimos un índice de pobreza multidimensional para la CABA, a partir de las dimensiones de salud, hábitat, educación y trabajo. Para esta medición utilizamos el método de Alkire-Foster, el mismo que emplean 11 de los 12 países latinoamericanos que miden la pobreza multidimensional de manera oficial.

A partir de los datos de la Encuesta Anual de Hogares (DGEyC-GCBA), encontramos que el método de los ingresos subestima más la pobreza dentro de los asentamientos informales que en el resto de la ciudad (10% de las personas es pobre, pero esa situación está invisibilizada por el método). Pero, además, la medida permite ver que, mientras que solo una de cada 10 personas vive en barrios informales, en ellos reside la mitad de la población multidimensionalmente pobre de la ciudad.

El índice de pobreza calculado permite también analizar la amplitud de la pobreza, porque contabiliza la cantidad de privaciones que tienen los pobres. No solo hay más personas pobres en los barrios informales, sino que su pobreza es más profunda que la de la población pobre que reside en el resto de la ciudad. La posibilidad de medir la ocurrencia simultánea de privaciones que permiten las medidas multidimensionales muestra la relevancia de su uso por sobre otros métodos.

El método empleado para este estudio es diferente al propuesto por la DGEyC, porque mide privaciones de manera absoluta en un conjunto de dimensiones esenciales del bienestar humano, en tanto que la medida oficial se basa en dimensiones seleccionadas por los encuestados, que dejan afuera aspectos que presentan baja relevancia general en la ciudad, pero alta incidencia en los asentamientos informales. Se trata de aspectos como la falta de acceso a cloacas o el abandono escolar.

En ciudades segregadas como Buenos Aires es importante incluir en las mediciones una multiplicidad de aspectos, debido a que pueden tener importantes implicancias en términos de políticas. Un diagnóstico adecuado de la pobreza permitirá focalizar las acciones tendientes a su reducción en estos territorios.

Las autoras son investigadoras y docentes en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Católica Argentina (UCA)

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