CÓRDOBA.- Mucha expectativa y, en la misma medida, preocupación. Esa fue la combinación que marcó la presentación de Carlos Melconian como eventual ministro de Economía de Patricia Bullrich en caso de llegar a la presidencia. Más de mil empresarios de todos los sectores de la economía se mezclaron con dirigentes y candidatos de Juntos por el Cambio (JxC) en el hotel cordobés donde se realizó la reunión de “Voces federales” organizada por la Fundación Mediterránea, institución a la que se sumó el economista.
No hubo presentación de un plan económico, sí de las características que tiene el diseño en el que trabajan alrededor de 80 economistas y al que Melconian invitó a sumarse a quienes venían acompañando a Bullrich. La mayoría de los presentes tampoco esperaban que hubiera detalles. Pero estaban convencidos de que la incorporación de “Melco” es clave para reforzar el discurso económico de la candidata.
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Tanto antes como después de la presentación en el hotel V Centenario se multiplicaron las mesas de cafés entre los asistentes y el eje apuntó a que el economista podrá ser el espadachín en la pelea contra Javier Milei. Claramente -aunque Bullrich subraya que no piensa ni en el libertario ni en Sergio Massa, sino en la gente- esa es la preocupación que hay entre sus filas; leen que el desafío mayor es no solo que no les saque votos, sino que ellos puedan pescar en ese río.
Los empresarios, que comparten en líneas generales lo que dice el libertario, también están convencidos de que es difícil llevarlo adelante. Para esa duda, Melconian usó la frase: “Hay un programa, es realista, es implementable, tiene sentido común, es práctico y no es dogmático”.
En la casi media hora que habló el economista mostró que había pensado lo que iba a decir y, además, usó un “ayuda memoria”. Dos veces mencionó que el programa que de manera “apartidaria” elaboraron en la Fundación “ahora tiene liderazgo político”. Con eso dejó el escenario para que Bullrich se explayara.
En la que fue su primera presentación en Córdoba después de las PASO -un distrito considerado “clave” por JxC, ya que siempre le dio victorias nacionales menos en las internas abiertas-, Bullrich estuvo acompañada por toda la dirigencia local, tanto quienes la acompañaron desde el arranque como quienes militaron con Horacio Rodríguez Larreta.
La candidata decidió improvisar. Sus palabras fueron fluctuando entre diferentes temas: habló de la inseguridad, de la incertidumbre que vive el país y también de economía. Incluso en un tramo se refirió a la economía “humanista”. Volvió sobre la idea fuerza de su campaña previa a las PASO, la del “cambio” y varias veces reiteró la necesidad de “orden”.
Cuando terminó, después de la foto de rigor, se fue sin acercarse a los asistentes. No hizo tampoco la caminata céntrica que estaba prevista en el programa original. “Una lástima; era la posibilidad de tener un mano a mano con los empresarios; este es un público amigable y estaba entusiasmado”, reflexionó ante este diario un integrante de la lista de diputados nacionales de JxC en Córdoba.
Fueron varios los que suscribieron a esa idea. “Melconian apostó a la esperanza, a las posibilidades de salir adelante -sostuvo un legislador nacional-, hay que ‘colgarse’ de eso. Para entrar al ballottage se necesita de un tono diferente al que se tuvo hasta las PASO. El partido cambió, hay que jugar diferente. Perdió una oportunidad acá”.
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Además de los dirigentes partidarios, los hombres de negocios se mostraron algo desconcertados con el discurso. “Debería haber hablado más de liderazgo, de por qué acompañará este programa, de por qué lo eligió”, opinó el director de una compañía agropecuaria.
Desde el grupo de economistas de la Mediterránea se limitaron a comentar que ultiman detalles para la ejecución del plan si es que, finalmente, les toca ponerlo en marcha. LA NACION los consultó por la expectativa generado en torno a lo que puedan aportar a la campaña. “Nosotros no ganamos elecciones. Trabajaremos fuerte, impondremos agenda, explicaremos. Pero la tarea es de todos”, fue la respuesta.