La Secretaría de Cultura mexicana difundió un hallazgo realizado en la Zona Arqueológica del Templo Mayor, ubicada en la Ciudad de México. Dentro de un cofre de piedra, se encontró una serie de esculturas y otros objetos que corresponde a la época del primer Moctezuma, quien gobernó hace casi 600 años. Dado el lugar donde se encontraron, los investigadores consideran que se usaron como parte de un ritual religioso, concretamente como una ofrenda de consagración.
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A lo largo de las últimas décadas, se efectuaron grandes avances para conocer cómo vivían civilizaciones en otros tiempos históricos. Gracias a la arqueología y la sofisticación de las herramientas a disposición, cada vez se puede conocer más sobre costumbres, rituales y todo tipo de interacción entre las personas. Dada la elevada cantidad de cuestiones que aún restan por conocer, la humanidad halla nuevos elementos de forma constante.
En esta ocasión, en el marco del Proyecto Templo Mayor, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) mexicano llevó a cabo una serie de investigaciones interdisciplinarias que arrojaron como resultado todo tipo de hallazgos. En este caso, los arqueólogos Alejandra Aguirre Molina y Antonio Marín Calvo descubrieron objetos que tuvieron un uso religioso.
Concretamente, lo que se halló fue un cofre de piedra que contenía 14 esculturas antropomorfas masculinas y una figura femenina de unos pocos centímetros. Talladas en piedras metamórficas verdes, tienen alturas que varían entre los 3 y 30 centímetros.
Junto con las mencionadas esculturas, dentro de la caja de piedra también se hallaron 137 cuentas de piedras metamórficas, arena marina, casi 2000 restos de caracoles, conchas y corales marinos y dos pendientes que tienen forma de serpiente de cascabel.
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En el texto oficial donde se dio a conocer la novedad, se informó que los objetos encontrados pertenecerían a la época de Moctezuma Ilhuicamina, quien gobernó Tenochtitlan entre 1440 y 1469. Durante su tiempo, perseguía el objetivo de que las ofrendas realizadas fueran una muestra de la riqueza del territorio conquistado. En el caso de las esculturas, habrían sido obtenidas en la región de los cohuixcas y los chontales, mientras que los objetos marinos se trajeron desde las costas del Océano Atlántico.
Estas especulaciones sobre el momento histórico y la región se basan en que las esculturas tienen características correspondientes al estilo Mezcala de la sierra norte de Guerrero. Con este dato y de acuerdo a lo que sostienen los registros históricos, los mencionados objetos provienen de la conquista de esa región.
De esta manera, el equipo de investigadores liderado por Leonardo López Luján concretó el descubrimiento de la ofrenda 186 del Templo Mayor. Por supuesto que el hallazgo no fue casual y se enmarcó dentro de una línea de investigación en la que los expertos buscaron continuar con un patrón que vieron en otras piezas encontradas.
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Lo que se observó en otras oportunidades, concretamente en las ofrendas 18, 19 y 97, eran cofres de piedras que fueron sepultados como ofrendas y que se ubicaban bajo de serpientes del Templo Mayor. A partir del seguimiento de este patrón y con el objetivo en mente de conocer más sobre otros registros similares, los investigadores encontraron esta nueva ofrenda.