Mariana Dasso comenzó con la actividad tambera comprando a su familia 60 terneras Holando Argentino de muy buena genética hace más de 30 años. Hoy tiene 840 vacas en ordeño, que producen 29 litros de leche por animal y por día, y entrega un total de 24.000 litros diarios, con un rinde prácticamente de 20.000 litros por hectárea vaca total por año. Opera con una carga de 3,8 animales totales por hectárea entre vacas y crías, en un sistema pastoril con alta suplementación. Simultáneamente, desarrolló su pasión por los carruajes antiguos, con los que ha ganado varios premios en competencias y certámenes.
El campo La Viaraza tiene 470 hectáreas cercanas a Zapiola, un pequeño pueblo del partido de Lobos. La historia comenzó con el abuelo de Mariana, médico fundador de La Oxígena, que instaló un tambo, y continuó con su padre –Carlos Dasso- abogado, que hoy tiene 103 años y sigue preguntando en qué niveles de producción está el campo. Este hombre tenía una fuerte inclinación por el tambo y tomó la posta de la producción lechera con 16 años.
Hoy todas las empresas tamberas de la familia Dasso dan mucho empleo y son el sostén de la comunidad de Zapiola, un pueblo cercano de 700 habitantes. Con esos antecedentes, Mariana tomó la lechería “como un mandato familiar, como la continuación de algo que sabían hacer”, más allá de su formación de artista plástica.
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En las 470 hectáreas de suelos arcillosos y overos, Mariana tiene implantadas pasturas de alfalfa y pasto ovillo en los lotes buenos, y de tréboles blanco y rojo y festucas en los de menor calidad, que complementa con silos de maíz, de cebada y de raigrás, y altos niveles de suplementación. La ración está compuesta por alimento balanceado lactancia, maíz, subproductos de soja y de algodón, afrechillo de trigo y hez de malta.
El aprovechamiento del pasto se realiza con alambrado eléctrico y alta carga instantánea. Así, el esquema forrajero le permite producir cerca de 20.000 litros de leche por hectárea vaca total por año, con una carga animal elevada, de 3,8 vacas por hectárea. En el campo se ordeñan actualmente 840 vacas, que dan una producción promedio de 29 litros por vientre y por día.
Los resultados son consecuencia de alimentación intensiva, vacas de excelente genética, correcto manejo reproductivo y un gran equipo humano que trabaja en la empresa, que suma 20 familias entre empleados directos y prestadores de servicios. El equipo es liderado por una veterinaria -Emilia Varine- y cuenta con el asesoramiento técnico del ingeniero agrónomo Matías Scarpati. La Viaraza forma parte del CREA Cañuelas. Mariana enfatiza que, a diferencia de la cría vacuna, “en el tambo hay mucho trabajo, se genera mucho empleo y da como resultado un producto que se puede exportar, además de abastecer a la población”.
En las 470 hectáreas también se recrían las terneras para reposición, que son producidas con semen sexado de Select Debernardi, lo que aceleró mucho el crecimiento del rodeo. “Comenzamos con Pedro Testa a mejorar las vacas mediante selección genética convencional y últimamente utilizamos semen de toros genómicos, que muestran su performance de manera temprana, sin necesidad de esperar el desarrollo de las hijas”, diferencia Dasso. Con estas tecnologías modernas y con un buen manejo reproductivo, Mariana pudo crecer rápidamente en hembras y hoy se da el lujo de vender vaquillonas.
“Estamos trabajando para incorporar nuevas tecnologías y soñamos con poder hacer, algún día, galpones para las vacas en ordeño, lo que les daría gran confort, y facilitaría el trabajo de la gente; y en un futuro llegar a los robots de ordeño”, se esperanza Mariana.
Carruajes antiguos
En forma simultánea a la producción lechera, la empresaria desarrolló su pasión por los carruajes de época. “Siempre iba de un campo al otro con coches de caballos y me gustaba restaurar los coches familiares”, se entusiasma Mariana. “Hace dos años nos inscribimos, con mi gran amiga Sara Ramos Mejía, en el Club Argentino de Carruajes, la institución que aglutina a los entusiastas de esta actividad que mantiene viva la llama de la tradición”, rememora Dasso.
Así, en 2022 recibieron varias distinciones al presentarse con un dog cart y una yunta de caballos ardeneses. Y en 2023 participaron del certamen desarrollado en la Exposición Rural de Palermo, con un break tirado por una yunta de caballos Hackney, y tuvieron la enorme satisfacción de ganar la copa John W. Maguire, el primer premio Tiro de Yunta y el primer premio en la Prueba de Conos. “Fue un día inolvidable, acompañada por mis hijos”, asegura Dasso.
¿Cómo se desarrolla la actividad de los carruajes antiguos? Las convocatorias tienen lugar en distintas localidades, como San Antonio de Areco, Chascomús, la Exposición Rural de Palermo, etc., de acuerdo a las invitaciones que recibe el Club. A veces también se organizan paseos, una excusa para reunirse haciendo lo que tanto los apasiona.
Cada coleccionista lleva un coche restaurado. “Se requiere un paciente y meticuloso trabajo de recuperación con artesanos para ponerlos en condiciones”, resalta Mariana. En los certámenes hay coches muy diversos como breaks, dog carts, Phaetons, Vis a vis, Americanas, etc. Los presentadores del coche deben ser dos: un conductor y un groom; a veces también van acompañantes, de acuerdo a la capacidad del coche, todos vestidos de época, con aperos adecuados para los caballos.
En las competencias, los jurados evalúan los caballos, el atalaje, el carruaje, la conducción y la presentación general del coche, sobre la base de puntajes para cada ítem. Los premios son copas, trofeos, medallas y cucardas para los caballos.
“Se ingresa a esta actividad por el orgullo de estar, de participar en algo que rescata nuestra tradición. Es una gran satisfacción volver a dar vida a estos coches con sus caballos; es traer al presente un pedacito del pasado y de honrar esa esencia criolla de este querido país”, resume finalmente Dasso.
