CÓRDOBA.- La decisión de la candidata de Juntos por el Cambio (JxC), Patricia Bullrich, de que Carlos Melconian sea su ministro de Economía en caso de llegar a la Casa Rosada volvió a poner a la Fundación Mediterránea en el centro de la escena. En diciembre del 2021, un grupo de empresarios impulsó que el economista se sumara a la institución -que tiene en el Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) su centro de estudios- para coordinar la realización de un plan económico para el próximo gobierno. Siempre se lo presentó como “apartidario”, pero los resultados de las PASO aceleraron los tiempos. Este jueves, en Córdoba, será la presentación oficial del acuerdo.
El think thank nació en Córdoba en julio de 1977 y tuvo su época de oro cuando Domingo Cavallo llegó al ministerio de Economía en la administración de Carlos Menem y puso en marcha la convertibilidad. Melconian suele destacar esos años para referirse al último período de estabilidad de la Argentina.
Creada por Fulvio Pagani, de Arcor; Piero Astori, de Astori Estructuras (su hija María Pía es la actual presidenta de la entidad), y Pedro Venturi, la Fundación Mediterránea comenzó con 34 empresas. Hoy cuenta con unas 400 compañías socias, la mayoría pymes. Fuentes de la entidad aseguran a LA NACION que el fichaje de Melconian colaboró “positivamente” para sumar aportantes y para darle más visibilidad al Ieral.
Tener presencia en todo el país, que sus investigadores tengan libertad académica “retroalimentada” con el contacto con las empresas socias y que hagan propuestas concretas son los factores que distinguieron al Ieral a lo largo de su trayectoria y que, incluso, se mencionan como potencialidades a la hora de sumar socios.
El desembarco de Melconian provocó un cimbronazo en la institución. La incorporación no era esperada y, además, la noticia estuvo antes en los medios de comunicación que en la mesa de los socios y los economistas. El principal temor que cundió en Córdoba fue que el perfil del economista le quitara participación al interior. Después de varias reuniones, se acordó que el carácter federal seguiría siendo un argumento distintivo. “Voces federales” es, precisamente, el título de la presentación del jueves.
Las conversaciones con el estudio de Melconian habían empezado con el objetivo de llegar a un “acuerdo de colaboración” que no era el primero para el Ieral. Sin embargo, un grupo de empresarios de CABA plantearon que era “urgente” y “necesario” poner en marcha el diseño de un plan económico que le sirviera a quien llegara al gobierno en diciembre del 2023.
Faltaban dos años, pero ya estaban convencidos de que la situación era compleja y de que las dificultades se profundizarían. No los terminaba de convencer el reciclaje del equipo de economistas de JxC, y apostaron a una receta similar a la de los ‘90: alinear a todos los investigadores del Ieral detrás de una figura de alto perfil.
En esa mesa estaban, por ejemplo, Sebastián Bagó (h) y Jorge Brito (h). Roberto Urquía, dueño de Aceitera General Deheza (AGD), avaló desde el arranque la propuesta; en cambio la familia Pagani no se involucró. Sebastián Bagó padre fue quien, muchos años atrás, convenció a los mediterráneos de la necesidad de tener unas oficinas en CABA; por esa iniciativa alquilaron las que durante largo tiempo usaron en la Galería Jardín.
Con ideas económicas liberales, los mediterráneos aseguran que no son “liberales ingenuos” y que creen que el Estado debe fijar reglas de juego claras para que los privados puedan hacer su actividad. “Antes de proponer una medida se chequea con las empresas socias del sector al que se apunta, se escuchan esas opiniones, se las toma en cuenta”, dice un economista.
Algunas estimaciones marcan que la mitad del presupuesto del Ieral sale de los socios, mientras que el resto proviene de proyectos financiados por organismos internacionales como el Banco Mundial, la CAF o el BID.
Después de la decisión de armar un plan económico, al staff de investigadores se sumaron otros provenientes de diferentes instituciones. Cuando se presentó, en junio, el avance alcanzado había 80 profesionales que se dividen en grupos en función del área en la que trabajan.
El “apartidismo” es otra característica que los empresarios mencionan al hablar de la Fundación Mediterránea, aunque hay dos hechos que atentan contra esa definición. La decisión de Melconian de acompañar a Bullrich si gana es comparable a cuando Cavallo, en 1987, aceptó la propuesta de José Manuel de la Sota de ser candidato a diputado nacional por el peronismo. Fue un hecho clave en la posterior carrera política del economista.
Bullrich hasta había “medido” a Melconian para ser su compañero de fórmula. En ese momento, un empresario del núcleo de la Mediterránea dijo a este diario que si había un ofrecimiento concreto “la decisión” era del economista, pero que la institución mantenía su meta de ofrecer un plan al próximo gobierno.
Si Bullrich no gana
El resultado de las PASO precipitó las definiciones: ni Javier Milei ni Sergio Massa aceptarían la propuesta del Ieral. Ante la posibilidad de que, si Bullrich no gana, el diseño no se aplique, los financiadores del trabajo subrayan que una “agenda económica es siempre crucial, sea para acompañar una candidatura, sea para advertir a otros qué es lo que conviene hacer”.
Una “herencia” de Cavallo en la fundación es el estar dispuesta a “meterse en el barro; a no hacer solo diagnósticos”. Por supuesto que los impulsores de esta instancia admiten que ese esquema no siempre sale bien. De hecho, después de su participación en el gobierno de Fernando de la Rúa, la institución tomó distancia de Cavallo; ni siquiera mencionado en sus actividades públicas. En el 2020 llegó la reconciliación y el exministro disertó de manera virtual.
Este jueves Melconian repasará los principales puntos del programa en el que vienen trabajando; dejará abierta la posibilidad a que más economistas se sumen (un guiño para los de JxC) e insistirá en la necesidad de “moverse con racionalidad”. En la trastienda, los integrantes del equipo ya trabajan en una unificación del discurso.