En medio de las críticas de la oposición, de un sector de las agrupaciones piqueteras y sindicalistas oficialistas y de buena parte del empresariado por las medidas anunciadas ayer por Sergio Massa para inyectar recursos en medio del delicado escenario económico, el kirchnerismo se mantuvo silencio, aunque puertas adentro cerró filas con el titular de Hacienda. “En general hay satisfacción”, dijo con moderación una fuente del espacio. Pero tanto esa voz como otro funcionario consultado coincidieron en reconocer que las principales figuras del kirchnerismo no se expresaron públicamente sobre los anuncios.
Para algunos ese silencio se da, en parte, porque el kirchnerismo viene manejándose de esa forma en el último tiempo, pero también porque algunos referentes consideran que “falta la letra chica” y ver “cómo se ejecuta” lo anunciado. Otros admitían que podía haber cierta incomodidad por los montos anunciados, que se esperaba que fueran más altos, aunque había realismo respecto de las limitaciones para ampliarlos. Tampoco faltaron quienes postularon que el silencio se revertirá en las próximas horas.
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Sin embargo, la mayoría coincidió en considerar que nada de lo anunciado podría haberse dado sin el visto bueno de la vicepresidenta Cristina Kirchner. “Sergio es un visitante asiduo del Senado”, definió una fuente del oficialismo para describir las decisiones del ministro-candidato. “No hay margen para un lanzamiento sin consenso”, completó otro de los consultados. También resaltaron el apoyo que prestó la CGT.
“Atacar ahora, por más incomodidad que pudiera haber, es un agujero en el piso del bote”, evaluó otra fuente del oficialismo, en referencia al complejo escenario electoral que enfrenta la coalición gobernante. Sumar diferencias entre ellos, y más en un tema económico, es considerado de “alto riesgo” a menos de dos meses de las elecciones.
Este domingo Massa anunció, entre otras medidas, el pago de una suma fija de $60.000 para asalariados privados y estatales con sueldos netos de hasta $400.000; un bono de $37.000 para jubilados que perciben el haber mínimo, y la exención por seis meses del aporte impositivo para monotributistas de las categorías más bajas, entre otras medidas.
Según pudo saber LA NACION, parte del visto bueno del ala dura estaba en que Massa “cumplió” con parte de lo que se reclamaba, en especial lo referido a suma fija, algo sobre lo que se insistía desde el espacio, y aunque reconocían que hubieran preferido un monto mayor, contemplaban: “El que negocia con el FMI es él y los márgenes de los que dispone los conoce él también”. Agregaron que Massa es el principal interesado en que la situación mejore en vista a las elecciones de octubre. “Si se hubiera podido dar más, hubiera sido el primero en hacerlo, pero los límites de acción son acotados. Se hizo lo mejor que se pudo”, reconoció un hombre de buen diálogo con las tres terminales del oficialismo.
“Con una inflación como la que estamos teniendo, todo es poco y eso nunca es bueno porque somos conscientes de lo que pasa. Pero se hizo lo mejor que se pudo, con la soga al cuello como nos dejó el macrismo”, describió otro hombre del Gabinete.
Las medidas fueron leídas, en general, como “integrales” y por estas horas, desde distintos sectores del oficialismo, coincidían en resaltar que habían sido acompañadas por ministros y funcionarios de toda la coalición, como la ministra de Trabajo, Raquel “Kelly” Olmos, o la titular de Anses e integrante de La Cámpora, Fernanda Raverta.
Otra señal de la convivencia de tribus fue que Eduardo “Wado” de Pedro se mostró hoy en una reunión con Malena Galmarini, en AySA. En el oficialismo también señalaron que el ministro del Interior fue el encargado de abrir el plenario del Frente Renovador, el viernes en Parque Norte.
Esa presencia fue “lo más massista en términos públicos” que podía hacer De Pedro, interpretaron, para acotar que el ministro no se mueve sin el visto bueno de Cristina y Máximo Kirchner. Por carácter transitivo, ampliaban ese apoyo a las medidas económicas.
Dos candidatos con problemas para levantarse
A los gestos de De Pedro se suman las palabras de Axel Kicillof. El gobernador bonaerense opinó este lunes que los anuncios del ministro de Economía son “una respuesta que viene a compensar, pero más bien a reparar lo que siempre produce una devaluación, que era una imposición del Fondo Monetario para hacer el desembolso”.
Oficialistas con gestos de disconformidad
En las horas posteriores a conocerse, las medidas despertaron críticas de varios sectores, incluso de afines al Gobierno, como las de Hugo Godoy, jefe de ATE y de la CTA Autónoma, quien consideró que los anuncios de Massa “se quedaron a mitad de camino”. La crítica del sindicalista aliado del Gobierno se contradice con la postura de la CGT, que apoyó este domingo sin fisuras las medidas. ”$60.000 era lo que solicitábamos como suma fija en marzo, y la realidad es que la inflación está mucho más disparada de lo que estaba en ese momento”, afirmó Godoy.
Por su parte, Claudio Lozano, de Unidad Popular, una de las fuerzas que integran el frente oficialista, también tuvo una mirada crítica sobre los anuncios de Massa. “Es posible que evaluando las medidas desde el estrecho marco de acción que plantea el acuerdo con el FMI, estas puedan considerarse un esfuerzo por parte del gobierno nacional. Sin embargo, desde el punto de vista de la mayor parte de la población laboral, que vive el deterioro de sus ingresos de los últimos ocho años y que recibió el último saqueo al bolsillo de la devaluación del 30% acumulada en agosto, las medidas no solo son una compensación insuficiente, sino que además repiten el límite lamentable que siguen teniendo las políticas de ingresos hasta ahora aplicadas”, dijo.