QUITO.— La Revolución Ciudadana, el partido del expresidente Rafael Correa, apostó por Luisa González, una virtual desconocida para la mayoría de los ecuatorianos, como candidata a presidenta para las elecciones anticipadas de agosto con la misión de lo que en su campaña han llamado “recuperar la patria”.
La apuesta salió bien, ya que González se encamina a ganar la primera vuelta de las elecciones, aunque no con los votos suficientes para evitar un ballottage.
Con continuas alusiones a las obras y proyectos que se ejecutaron en los diez años de mandato de Correa (2007-2017) —quien tiene su residencia en Bélgica y no puede volver a Ecuador porque pesa sobre él una condena a ocho años de cárcel—, la exasambleísta recorrió los tradicionales bastiones de su partido político prometiendo volver a tiempos mejores, en un momento en que el país está sumido en una ola de violencia y vulnerabilidad ante la acción del crimen organizado.
González dijo que Ecuador “necesita unidad, un acuerdo mínimo, con todos lo sectores, un acuerdo para llevar el país al desarrollo”. Señaló que los principales desafíos son la inseguridad imperante en todo el país, el hambre, el desempleo y la salud.
La única candidata mujer a presidenta ha desarrollado una fuerte campaña pública a favor del expresidente aludiendo a que es tiempo de “recuperar” la patria y admitió que el exmandatario será su asesor. Pero aclaró: “Quien va a dar la cara y tomará las decisiones es Luisa González y la decisión final será mía”.
Pese a ir de la mano de la Revolución Ciudadana y haber sido asambleísta en el corto periodo de gestión de Guillermo Lasso como presidente —de mayo de 2021 a mayo de 2023—, Luisa González era una política desconocida hasta su presentación oficial como candidata a presidenta.
En el juicio político que la Asamblea Nacional impulsó contra Lasso y que derivó en la disolución del Congreso y el adelanto electoral, la candidata presidencial no tuvo protagonismo ni fue interpelante del mandatario.
Ante el reciente asesinato del postulante presidencial, Fernando Villavicencio, comentó que “cuando matan una persona, todos estamos en riesgo y más aún a un candidato presidencial”.
González era la única mujer entre los ocho postulantes a la presidencia de Ecuador y dejó afuera de la contienda a otros cuadros de ese partido con más posicionamiento público como la gobernadora de la provincia del Guayas, Marcela Aguiñaga; el alcalde de Quito, Pabel Muñoz, y el flamante alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, que rompió con 20 años de gestión municipal socialcristiana.
La abogada, de 45 años, comenzó su campaña en terreno conquistado, como las provincias de Guayas o Manabí, en las que la Revolución Ciudadana tiene fuerte influencia.
Correa no puede regresar a Ecuador debido a que pesan sobre él una sentencia a prisión de ocho años y varios procesos penales abiertos por corrupción que él ha atribuido a una persecución política, pero ha liderado con pronunciamientos públicos a través de redes sociales la promoción de la candidata. A menudo se desplaza a México y Argentina para coordinar la estrategia de proselitismo político.
En las elecciones presidenciales de 2021, Revolución Ciudadana también escogió a otro virtual desconocido, Andrés Arauz, quena pesar de llegar a la segunda vuelta y con una considerable ventaja inicial sobre su oponente perdió en el ballottage ante el ahora presidente Lasso.
Arauz es el compañero de fórmula González, que obtuvo el título de abogada en la Universidad Internacional del Ecuador y tiene dos maestrías, una en Alta Gerencia del Instituto de Altos Estudios Nacionales y otra en Economía Internacional y Desarrollo de la Universidad Complutense de Madrid.
Los hitos profesionales más importantes de la candidata se produjeron en el sector público durante la década que Correa gobernó Ecuador, en la que se desempeñó en diferentes cargos en los ministerios de Producción, de Turismo, de Relaciones Exteriores, la Secretaría de la Administración Pública y la presidencia, entre otros.