Un debate se gestó dentro del armado bonaerense de la candidata presidencial de Juntos por el Cambio (JxC): ¿inclinarse o no hacia la derecha? Bajo la presión de fidelizar las adhesiones que el espacio obtuvo en las PASO y descontar la diferencia que los separa de sus competidores, Néstor Grindetti y Patricia Bullrich, que funcionaron en tándem durante la mayor parte de la campaña en la provincia de Buenos Aires, calibran su mensaje y reflexionan acerca de sus posibilidades. En esa discusión, dos posturas se contraponen: mientras que una porción de intendentes propone endurecer el discurso para dicotomizar con el oficialismo, en la mesa chica de la exministra de Seguridad se habla de “profundizar su identidad”, libre del “lastre de la interna”. En la campaña bonaerense no hay margen de error: sin ballottage, se juega a todo o nada. Además, supone el 37% del padrón electoral del país, decisivo para la candidatura nacional y para llegar con vida a una posible segunda vuelta.
Si bien JxC sacó 32,92% de los votos en las primarias de la provincia de Buenos Aires, solo un poco más de la mitad de este porcentaje corresponde a lo que cosechó Grindetti, que apostó al efecto arrastre de la boleta de su candidata presidencial. En tanto, 1.297.127 de los sufragios corresponden a las adhesiones de Diego Santilli, su exrival en la interna. En términos individuales, el alcalde de Lanús quedó tercero, después del gobernador Axel Kicillof (36,41%) y la candidata de Javier Milei, Carolina Píparo (23,76%).
Por eso, una porción de intendentes son categóricos en relación con la estrategia a seguir: hay que ir por los votos de Milei, aquellos que apalancaron a su postulante bonaerense en el segundo lugar en las PASO. El primer argumento que exponen es en términos de los resultados electorales de las primarias: “Está claro que la gente pide un cambio profundo”. El segundo es una cuenta matemática sencilla. Para ganarle al kirchnerismo se puede pescar más en los casi 24 puntos que sacó Píparo que en los 16 que obtuvo Santilli. Según su lectura, la foto de unidad que ayer expusieron Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta “es un error”. “Hay que esconder todo lo que tenga olor a paloma”, señaló una persona del ala dura del bullrichismo.
Sin embargo, en el entorno de la exministra de Seguridad son cautos. “Es una semana para pensar”, señaló a LA NACION una persona de su equipo bonaerense. Bullrich quedó en el centro entre el candidato oficialista Sergio Massa, que apunta a acaparar los sufragios del peronismo y la izquierda, y el aspirante libertario a la Casa Rosada, quien pretende capturar las adhesiones de la derecha. Una posición incómoda en términos discursivos y que podría no terminar de enamorar ni a unos ni a otros. “Es menos que mi segunda marca”, dijo el Milei sobre la referente nacional de JxC.
Los argentinos decidieron el rumbo y la fuerza que debemos tener en Juntos por el Cambio. Ahora vamos a trabajar juntos por el cambio profundo que necesitamos en esta Argentina. pic.twitter.com/bvkKKUmj3k
— Patricia Bullrich (@PatoBullrich) August 16, 2023
Mostrar experiencia de gestión y liderazgo es una de las estrategias de Bullrich para contrastar con el líder libertario. En su entorno enfatizaron que haber superado la interna permitirá emprender una nueva etapa de campaña en la que se buscará “fortalecer la identidad de Patricia” para “mostrar gobernabilidad y un cambio viable”. La lectura dentro del espacio bullrichista es que la contienda se dirime “en las puntas”. Por eso, esperan fortalecer las categorías de los extremos de la boleta (presidente e intendente), sobre todo la papeleta nacional. El medio, es decir, la postulación de Grindetti, no es una prioridad en este esquema.
A pesar de las diferentes posturas respecto de cómo encarar la estrategia de esta nueva campaña, que comenzará oficialmente el 2 de septiembre, una persona que forma parte de este grupo de intendentes dejó en claro que se descuenta el acompañamiento a Bullrich independientemente del camino que se tome. No obstante, el equipo de campaña de la exministra de Seguridad en la provincia deberá cuidar que los alcaldes propios no localicen la contienda y repartan su boleta con la de Milei si el candidato libertario sigue creciendo. Cada jefe comunal resguardará su casa matriz y priorizará retener su territorio desde donde construir poder, tal como lo hicieron en las PASO para mitigar la sangría de votos que provocó la falta de acuerdo para ir en un esquema en “V”. Es decir, que las boletas locales pudiesen ir enganchadas de las dos opciones dentro del espacio tanto a nivel provincial como nacional. La duda principal es cómo se hará el recorte, si con los alcaldes y Grindetti, o sin esta porción de la papeleta.
El punto en común entre el ala dura de intendentes y la mesa chica de campaña de la exministra de Seguridad es el de reforzar la figura de la candidata presidencial en la provincia de Buenos Aires: “Todavía tiene mucho margen para crecer”, señalan. Sin embargo, difieren en el cómo. Mientras que los alcaldes hablan de armar una “escuadra que la respalde en la batalla discursiva” y señalan su preocupación ante la integración con el larretismo con la frase “algunos van a restar”, en el entorno de Bullrich trabajan para coordinar el trabajo con los equipos técnicos del jefe de Gobierno porteño y definir los roles de cada uno.
La exministra de Seguridad está convencida de que la pelea con Rodríguez Larreta fue la causante de que JxC quedara segundo, detrás de Milei. “Nos hizo mucho daño”, afirmó en declaraciones a LN+. “No salimos primeros porque nuestra interna siempre fue un debate respecto de la nitidez del cambio que nosotros le ofrecemos a la sociedad”, aseguró. Así, Bullrich busca blindar su liderazgo dentro del espacio. Ayer, en una entrevista televisiva en TN fue categórica respecto de su relación con Macri: “Si llego a la presidencia, voy a mandar yo: me lo gané”.
