CIUDAD DE MÉXICO.- El triunfo del liberal Javier Milei en las PASO generó todo tipo de repercusiones regionales y el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, no se quedó al margen. En su tradicional conferencia de prensa matutina, evocó a los fantasmas del nazismo y de Hitler para opinar sobre la coyuntura actual de la Argentina.
El presidente mexicano dijo que la inflación y las crisis económicas “ayudan siempre a la derecha y al conservadurismo, que es un poco lo que está pasando en Argentina” y recordó el caso de Adolf Hitler aunque aclaró que no estaba comparándolo con Milei.
AMLO, como se lo llama en México, consideró que el ascenso de Milei es consecuencia de la crisis económica que vive la Argentina después de que, en su opinión, el Fondo Monetario Internacional (FMI) le “dio la espalda” al gobierno de Alberto Fernández.
AMLO: “Hitler se consolida como dirigente después de una inflación. Las inflaciones y las crisis económicas siempre ayudan a la derecha. Es un poco lo que está pasando en Argentina. No estoy comparando a Milei con Hitler” pic.twitter.com/2z4iX8mOLi
— El Economista (@ElEconomista_) August 14, 2023
“Esto precipitó una crisis económica, que desde luego afectó al pueblo de Argentina y produjo inflación. Aquí es importante recordar que, entre otras cosas, Hitler se levanta, se consolida como dirigente, después de una inflación que se padeció antes de que él llegara al poder”, comentó en su conferencia de prensa diaria.
“Las inflaciones y las crisis económicas le ayudan siempre a la derecha, al conservadurismo, que es un poco lo que está pasando en Argentina. No estoy comparando a Milei con Hitler, para que se aclare, estoy haciendo una referencia histórica”, explicó.
A diferencia de anteriores presidentes mexicano, López Obrador ha intentado ejercer una influencia muy activa en asuntos de América del Sur. En particular ha hecho un uso discrecional de la llamada doctrina Estrada, un pilar de la diplomacia mexicana por el cual el país evita entrometerse en asuntos internos de otros países, en particular el reconocimiento o no de la legitimidad de los gobiernos extranjeros, que recibió su nombre del antiguo canciller Genaro Estrada Félix.
AMLO recurrió varias veces al principio de “no injerencia” a la hora de justificar su rechazo a condenar o actuar ante violaciones de derechos humanos en Venezuela, Cuba o Nicaragua, o condenar la invasión de Rusia a Ucrania. Pero no dudó en entrometerse en las crisis políticas de Bolivia o de Perú, donde exigió la restitución del expresidente Pedro Castillo, desplazado por el Congreso, una inconsistencia en su política exterior atada a sus creencias ideológicas. En 2019, López Obrador le ofreció asilo a Evo Morales. También respaldó –al igual que otros líderes regionales– a la vicepresidenta Cristina Kirchner tras su condena condicional en la llamada causa Vialidad.
También ha mantenido una buena sintonía con el gobierno de Alberto Fernández, y juntos, con algunos altibajos, han buscado establecer una suerte de eje progresista en la región.
Agencia AP