Devaluación “proactiva”, tarifas bajo análisis y nuevo negociador para el “Plan Contención”

La devaluación no fue preacordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI) recalcaron en el Ministerio de Economía. “Fue proactiva”, afirmaron. Se trató -describieron en el quinto piso del Palacio de Hacienda- de una decisión tomada por el equipo de Sergio Massa ante las “especiales circunstancias políticas”, como denominaron la sorpresiva victoria del libertario Javier Milei, y a la debacle de los bonos en el arranque del mercado post PASO hoy, con caídas de hasta un 15%.

Otra respuesta, claro está, hubiera despertado muchas sospechas luego de los cientos de millones que usó el Gobierno en controlar los dólares libres en la previa de las internas obligatorias, pese al incontenible salto del blue. “Las presiones eran muy fuertes”, admitieron en el Gobierno. Ya no quedaban dólares. Las reservas netas del Banco Central (BCRA) eran negativas en más de US$10.000 millones, según los números que manejan en diversas consultoras privadas.

El Fondo, sin embargo, saludó hoy la actualización del tipo de cambio oficial y dio pistas de que está cerca de destrabar los giros (US$7500 millones en agosto), luego de la reunión del directorio, el 23 de este mes. “Los montos [de los desembolsos] no están completamente definidos”, advirtieron, no obstante, en Economía.

Mientras, el Gobierno trabajará en un “Plan Contención” para frenar remarcaciones de precios. Hoy ya se veían incrementos automáticos de entre 20% y 30%, productos sin valores, clientes queriendo comprar todo y proveedores sin querer vender nada. Un caos. El Gobierno no ve como imposible meses con alzas de dos dígitos en los próximos meses cuando mañana se difundirá el IPC de julio, que estaría cerca de 7,4%. Admiten a además que –si quiere cumplir la meta fiscal- deberán analizar nuevas subas de tarifas y negociar con los petroleros por posibles nuevos incrementos en el precio de la nafta. Todo en momentos en que comienza la campaña para las elecciones del 22 de octubre (la primera vuelta).

“Las tarifas ya han tenido sus ajustes”, indicaron en Economía. De hecho, en la semana previa a las internas del domingo, habían llegado facturas con alzas de más del 400% a los segmentos altos, principalmente por los incrementos de junio (agosto ya había sumado otro, más acotado). “Habrá que analizar el impacto de la devaluación y el desafase de subsidios”, admitieron. Los subsidios son una clave para alcanzar la meta fiscal con el Fondo de 1,9% del PBI. De hecho, nuevos aumentos de tarifas y la contención de la masa salarial (pública) aparecen en el staff level agreement con el FMI.

Los referentes económicos de la oposición trabajan con la hipótesis de que el déficit primario estará más cerca del 3% del PBI a fin de año. De ese total, un 2% del PBI representarán los subsidios a la energía y al transporte.

En la actualidad, el segmento de altos ingresos (N1), que representa al 35% de los usuarios de gas y electricidad, recibe menos de 3% de subsidios. Es decir, pagan prácticamente el costo total de generación eléctrica y gas. Para los usuarios de ingresos medios y bajos, los subsidios crecieron exponencialmente, ya que apenas pagan con sus tarifas entre el 14% y 18% del costo total. Esto quiere decir que todavía el 65% de los usuarios tiene más del 80% de sus tarifas subsidiadas.

Con relación al precio de la nafta –como las tarifas de los servicios públicos, tienen componentes en dólares- se seguirá “negociando” con las empresas. Los precios de las naftas venían aumentando mensualmente por debajo del IPC.

El traslado a precios

La decisión de hacer subir el dólar oficial bruscamente, fijarlo en $350, y subir 21 puntos las tasas de interés en el BCRA -afirman cerca de Sergio Massa- debería tener un pass through (traslado a precios) “más bajo que en otras ocasiones” porque ya hay “muchos precios de la economía” funcionando al dólar financiero. Se trata de un argumento inverso al que utilizaba el Gobierno cuando el blue y los dólares financieros se escapaban y el oficial se movía poco antes de las elecciones, y más próximo al de la oposición cuando analizaba cómo sería la salida del cepo luego de diciembre próximo.

Los técnicos de Economía, explicaron, que esta decisión generaría una mayor previsibilidad como herramienta en esta etapa que el crawling peg (microdevaluaciones) diario (mensualizado en un 7% para Hacienda, pero en un 12% para el mercado) para las empresas privadas y ayudará, creen en el Gobierno, a estimular la liquidación de divisas del campo.

Pero Economía no se confiará. Los equipos técnicos de Massa trabajan para otorgar una batería de beneficios fiscales (diferimentos de anticipos impositivos, según supo LA NACION) y letras del BCRA para importaciones -garantías de un tipo de cambio fijo- a las empresas se sumen a los nuevos acuerdos de precios que se comenzarán a negociar desde mañana o el miércoles. “Están siendo citadas las empresas para estos días, probablemente el miércoles. Vamos a seguir con el esquema de Precios Justos a partir de un acuerdo, pero poniendo el ojo sobre la estructura de costos de las empresas, para que el sendero surja de eso y no de una lista de 15 precios que acerquen”, alertaron a este medio desde la Secretaría de Comercio. Sin embargo, la figura de Matías Tombolini, cuestionada por Cristina Kirchner, perderá poder.

Economía creó una unidad encabezada por el director de Aduana, Guillermo Michel, que deberá negociar acuerdos de precios. Fuentes oficiales informaron que Michel “liderará el equipo que negociará los nuevos acuerdos de Precios”. También se conoció hoy que la máxima figura de la Aduana -muy cercano a Massa- estará secundada por Tombolini (secretario de Comercio), Gabriel Rubinstein (viceministro de Economía) y Carlos Castagneto, titular de la AFIP.

El Gobierno había comenzado a propalar el argumento por el que las firmas se habrían cubierto por demás frente a la inflación e inestabilidad cambiaria. Por eso, tendrían mayor margen para absorber parte de la suba del dólar. “El acuerdo con las empresas estará en línea con sus costos”, dijeron en Economía, haciendo alusión al acceso al MULC que tienen las compañías y a los precios asociados a “los paralelos”. Se mirará el impacto del impuesto PAIS y la devaluación, indicaron, no obstante, a la hora de evaluar los nuevos costos de las empresas frente a la propuesta oficial.

El sábado ya Economía había hecho girar un análisis de rentabilidad empresaria realizado por Rubinstein. Según los números de la Secretaría de Política Económica, de acuerdo a la evolución de los Márgenes Empresariales Brutos (MEB), “en los últimos años y meses, la suba de los Márgenes Empresariales Brutos, ha sido muy marcada, pasando en el total del IPC, de valores del 25% en 2017 a más del 46% en los meses de abril a junio 2023″. Vale aclarar que se da en tiempos de brecha cambiaria y expectativa de devaluación, y cuando es el Gobierno el que habilita sólo a algunas empresas importadoras –o sea, de manera absolutamente discrecional- la posibilidad de acceder al tipo de cambio oficial.

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