Patricia Bullrich superó la primera posta en el camino hacia la Casa Rosada, lo que consideró una hazaña por el poder de fuego y los recursos que manejaba su rival, pero ahora lidia con un reto titánico con miras a los comicios generales de octubre. Tras el sorpresivo triunfo de Javier Milei (La Libertad Avanza) en las elecciones primarias, necesita calibrar su estrategia para retener el 11% que sacó Horacio Rodríguez Larreta, quien cayó por casi seis puntos en la interna de Juntos por el Cambio. A su vez, debe arremangarse para frenar la sangría de votos que sufre la coalición opositora y recuperar adhesiones para garantizarse un lugar en un eventual ballottage.
Horas después de que fuera proclamada como la candidata presidencial de JxC, la exministra de Seguridad reunió a sus colaboradores más estrechos y sus aliados en la provincia de Buenos Aires –Néstor Grindetti, consagrado como el postulante a la gobernación tras una disputa reñida con Diego Santilli, Cristian Ritondo y Sebastián García de Luca, uno de los arquitectos del triunfo de Bullrich en el territorio bonaerense-, para analizar los resultados de los comicios y comenzar a delinear la hoja de ruta con vistas a la pelea con Milei y Sergio Massa (Unión por la Patria) por la Presidencia.
Si bien la ola de votos que consiguió Milei dejaron a varios referentes de JxC en un estado de shock, la exministra y sus armadores transitan el día después en un clima de optimismo moderado. Saben que enfrentan un obstáculo inesperado y un escenario incierto -Milei arrasó cuando ellos daban por descontado que JxC sería la fuerza más votada del primer test nacional-, pero se alistan para dar batalla en octubre.
Elecciones 2023 | La autopsia de una derrota dolorosa y la urgencia de una reinvención
Consideran que, a partir de hoy, arrancará una nueva etapa en la cruzada de JxC por volver al poder. Antes que nada, después de casi dos años de una interna encarnizada por el liderazgo opositor, intentarán rápidamente cerrar filas y sanar heridas con Larreta y el ala moderada de JxC. Es clave para Bullrich conservar el 28% de los votos que obtuvo la marca del conglomerado opositor para evitar fugas. No les sobra nada. Por eso, la idea es reducir el nivel de confrontación pública y exhibir unidad. Ya consagrada como la aspirante presidencial, pondrá a prueba su capacidad de liderazgo para alinear a la tropa. Unidad, la ley primera.
Con la meta de subrayar el “volumen” del espacio, la exministra y sus asesores preparan para esta semana una cumbre con gobernadores y referentes parlamentarios de la fuerza. También negociarán una actividad conjunta o una reunión con Larreta, quien aún digiere el mazazo para sus aspiraciones presidenciales. Será un primer paso para poner a la vista la musculatura del frente y enviar el mensaje de que Bullrich promueve un “cambio profundo”, pero viable, ya que cuenta con capacidad territorial y capital político para aprobar reformas en el Congreso.
Cerca de la exministra aventuran que no saldrá a confrontar cuerpo a cuerpo con el libertario, quien la acusó antes de la PASO de haber lanzado una campaña sucia en su contra. En cambio, irá por una táctica de diferenciación. “Tenemos equipos, experiencia, gobernadores e intendentes. Necesitamos un mensaje más claro y dejar de ser noticia por las internas”, dice uno de los consejeros de la postulante presidencial de JxC, que tendrá ahora la tarea de consolidar su liderazgo e integrar a sus detractores internos. Las próximas horas serán vitales para recomponer vínculos.
En el entorno de confianza de la exministra de Seguridad hablan de “construir” una nueva táctica, ya sorteada la instancia de la interna. ¿La candidata deberá mantener un mayor equilibrio y ensayar gestos conciliadores para atraer a votantes del centro? El formato de la campaña no se modificará: Bullrich planea centrar su discurso en una propuesta de cambio “profundo y nítido”, y mantener la “cercanía” en sus recorridas por los distritos más influyentes de Buenos Aires y el interior del país. Considera que esa táctica le dio réditos y encaja con el “clima de época”, además de que ella no pretende una campaña en la que se la muestre rodeada dirigentes, como la que intentó Larreta en el tramo decisivo de la competencia para las PASO. “Va a mantener la identidad y su impronta”, aventuran quienes dialogaron con Bullrich en las últimas horas.
En el círculo que rodea a la exministra evalúan el giro abrupto en el tablero político nacional con prudencia. No obstante, aún confían en las posibilidades de JxC de vencer en primera vuelta. Si bien visualizan un “cambio de sentido” en la sociedad -con la revalorización de las recetas liberales-, los estrategas de Bullrich están convencidos de que hubo un “voto bronca” que “castigó” a JxC por el alto nivel de internismo. Sospechan que una porción del electorado propio rechazó la virulencia en la competencia por la candidatura presidencial. A su vez, creen que hubo “un movimiento de último momento” que alteró los cálculos: un grupo de votantes de Bullrich que emigró a las filas de Milei en los días previos a las PASO. Especulan con que emigraron ya sea por la agudización de la inflación y la problemática de la inseguridad o los “ataques” contra la figura de la exministra, por sus errores no forzados a la hora de desglosar sus planes económicos.
Un factor importante para los estrategas de Bullrich, que se entusiasman con que JxC logre una remontada en las elecciones generales y se ubique en el primer puesto, es el bajo nivel de participación que hubo en las primarias de ayer: apenas el 69%. Creen que, así como Macri logró movilizar a más votantes en 2019 con las marchas de “sí se puede” tras la derrota en las primarias, el frente deberá ahora convocar a sus seguidores que no concurrieron a las urnas. Además, visualizan que el kirchnerismo llegará más vapuleado a octubre por los efectos de la devaluación en los bolsillos y la tensión social por la crisis. “Entre cambio y continuidad, perdió la continuidad”, deslizan, para disimular el drenaje de votos de JxC.
En dos territorios confían en arrebatarle votos a Milei: Buenos Aires y la Capital. En ambos distritos el libertario salió tercero. En la provincia apelarán a una estrategia de voto útil para desbancar a Axel Kicillof. Frente a los seguidores de la oposición, machacarán con que para sacar al kirchnerismo de la provincia habrá que buscar la boleta de Bullrich y Néstor Grindetti. También monitorean la cosecha de Juan Schiaretti (Hacemos por nuestro país), que obtuvo el 3,83%.
Anoche, tras mostrarse en el escenario con Larreta y Mauricio Macri en el búnker de Costa Salguero, Bullrich se recluyó en su casa para celebrar el triunfo en la interna con sus colaboradores más cercanos y sus íntimos. Sus allegados repiten que logró un “milagro” al vencer a Larreta, ya que contaba con menos recursos y aparato y no controlaban la maquinaria de la ciudad. La pandemia fue un punto de inflexión en la trayectoria política de Bullrich, quien logró desde ese momento reposicionarse en el mapa opositor y desafiar a Larreta, que corría con ventaja en la pelea presidencial tras la derrota de Macri en 2019. A partir de la discusión por el armado de las listas de los comicios de 2021, nació la rivalidad con el jefe porteño. La pulseada por la Presidencia se convirtió en un thriller político para JxC, que nunca pudo gestionar la pelea de egos ni definir cómo debía posicionarse frente a la irrupción del fenómeno antisistema de Milei.
Referentes influyentes de la oposición que se toparon con la exministra en Costa Salguero la notaron serena, pero sorprendida por la cantidad de votos que había cosechado Milei. En la cúpula de JxC hubo tensión por el temor a que el frente opositor quede tercero. Finalmente, superaron por apenas un punto a Unión por la Patria, el frente oficialista que llegaba desgastado por la inflación. Pese a la algarabía de los seguidores y aliados de Bullrich por el triunfo sobre Larreta, ningún jefe del espacio podía disimular el sabor agridulce que les dejó la jornada. Desde el escenario, Bullrich destacó la elección de Milei y le dedicó un guiño.
A partir de ahora deberá caminar por una línea delgada. La reconfiguración del tablero político la pone frente a varias disyuntivas. ¿Cómo hará para atraer a una gran porción del electorado que rechazó a las coaliciones dominantes hasta ahora? ¿Intentará aproximarse a Milei para seducir a un sector de sus seguidores? Daría la sensación de que si radicaliza su discurso para asimilarse al líder de La Libertad Avanza, podría perder adhesiones en el campamento radical o larretista. Todo un desafío. Resta saber qué rol ocupará Macri tras la confirmación del liderazgo de la exministra. “Van a seguir coordinando. Mauricio hará lo que sea necesario para cuidar a su criatura: el Pro”, señala un macrista paladar negro.