Dólar a $350: todo lo que se encarece tras la devaluación que convalidó Massa

Fue el sacudón inesperado tras las elecciones, que tendrá consecuencias aceleradas en la vida cotidiana e implicará un nuevo golpe al bolsillo de los argentinos. Porque tras el adverso resultado en las elecciones, el Gobierno convalidó una suba del 22% en el dólar oficial, que pasó de $288 a $350, en una decisión que sumará presión a la acelerada inflación.

Esta suba del dólar post-PASO, que reedita el escenario que protagonizó Mauricio Macri en agosto de 2019, alcanzará a diferentes categorías. La más inmediata será en alimentos, principal rubro del consumo de las familias argentinas y, además, el segmento que más peso tiene dentro de la ponderación del Indec para medir su IPC.

Productos como las paltas, las bananas, el café o el cacao tendrán efecto casi automático: son bienes que llegan casi exclusivamente desde el exterior, y cotizan a precio internacional.

“El café está atado al dólar oficial, porque es 100% importado de orígenes como Brasil, Colombia, Perú y otros países de Centroamérica como Guatemala, El Salvador y Honduras. Así que se encarece desde hoy. Ya estábamos recibiendo comunicados de los proveedores de café con aumentos desde el 10% hasta el 25% en su precio de venta mayorista”, dijo a LA NACION Martín, encargado de una cadena de cafeterías porteña.

“Hasta el viernes, los tostadores de café importaban el grano en verde aproximadamente entre US$10 y US$20, dependiendo de la calidad y el origen, luego lo tuestan y lo distribuyen a las cafeterías con su valor agregado y costos de logística. El costo del kilo de café puesto en cafetería hasta el viernes era de un promedio de $7.000 más IVA, dependiendo de nuevo de la calidad y el origen, y hoy ya es todo impredecible. Hay que prepararse para un costo superior al 20% por parte de los proveedores. Y para los comerciantes, es muy difícil de trasladar a los precios y cartas, de un día para el otro”, agregó.

Pero las consecuencias de este proceso no se agotan en los alimentos importados. Porque en la mayoría de las cadenas de producción, las empresas utilizan insumos, componentes u otros elementos que llegan desde el exterior, y por el aumento del dólar, tendrán un incremento en su precio que implica más costos para las firmas y, en consecuencia, un traslado hacia el precio final.

“Todavía estamos haciendo números”, dicen en las empresas, donde aún analizan el impacto de la suba del oficial y los paralelos en la ecuación de costos. Ante la consulta de este medio, muchas optan por el silencio. “Puede ser un piso de 9% para agosto”, deslizaron a LA NACION desde una de las grandes empresas fabricantes de alimentos que opera en la Argentina. “Aumenta todo lo importado, sumado a que hay productores de bienes nacionales que te quieren cobrar el precio a import parity”, agrega el ejecutivo, quien advierte esta tendencia tanto en insumos alimenticios como en bienes industriales indispensables para la producción.

El escenario de incertidumbre y falta de precios atraviesa segmentos y sectores productivos. A su vez, alimenta dudas y frena operaciones entre diferentes actores de la cadena. El contexto de dudas sobre el costo de reposición, el acceso a divisas o las vacilaciones a la hora de determinar precios lleva a firmas o vendedores a frenar o postergar ventas, al menos hasta que las tendencias macro se consoliden.

La devaluación del dólar oficial tendrá también consecuencias sobre los productos tecnológicos, que ya habían sufrido otro impacto a comienzos de mes, cuando Sergio Massa dispuso aplicar el impuesto PAIS (7,5%) sobre las mercancías importadas (los bienes considerados suntuarios ya pagaban un 30%). El salto devaluatorio de hoy alimenta nuevas remarcaciones.

La primera reacción se dio en los sitios de venta online. Por la mañana, muchas publicaciones en Internet aparecieron pausadas o no habilitadas para la venta, y minutos después, los precios aparecieron con remarcaciones de entre el 20% y el 30%. Además de los productos tecnológicos (electrodomésticos, dispositivos móviles, entre otros), también hubo aumentos en bicicletas, repuestos de autos o productos de cosmética.

“Hoy la reacción inmediata es parálisis. A donde llames hoy, nadie va a vender nada. No hay un precio, y tampoco lo va a haber mañana”, dijo a LA NACION un empresario industrial fabricante de electrónica. “Y nadie sabe qué va a pasar con los precios, porque todos están pensando: ¿solo esto aumenta?, ¿va a seguir subiendo el dólar?, ¿qué pasa con los salarios o los bienes nacionales? Y además, este es el nuevo precio del dólar, pero la pregunta es si puedo con este precio salir a comprar mercadería importada, porque en las últimas dos semanas nadie pudo comprar nada”, abundó.

En la industria automotriz, la incertidumbre es absoluta. “Estamos evaluando el impacto del dólar. Aún no te podría hacer ningún comentario”, es la frase que se reitera en las diferentes terminales, que hace tiempo enfrentan dificultades.

En julio, por caso, no hubo importación de vehículos fabricados en el exterior por falta de dólares, mientras que las firmas también informaron problemas en el acceso a divisas para pagos de insumos y piezas. Y si bien la producción local creció 11,9% interanual el mes pasado, el efecto de la escasez se traslada al precio de los autos 0km, que también presentan hace meses demoras en las entregas.

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