El maíz se debate entre el diferimiento de las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) anunciado por el Gobierno cuando se supo el efecto devastador de la sequía que afectó de lleno los rindes de maíces de siembra y cosecha temprana y la masiva venta del grano disponible en plena cosecha de los maíces de segunda o tardíos, incentivada por el nuevo dólar agro que reconoce 340 pesos por dólar.
Al igual que las medidas adoptadas para el trigo, diferimiento en los embarques y más tiempo para el cumplimiento de las DJVE, el Gobierno acertó en la medida, pues de no haber diferido las DJVE los exportadores hubieran tenido que hacer cumplir los contratos de venta forward a los productores.
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De esta forma el primer efecto colateral de la medida implementada por el Gobierno terminó por favorecer a los productores. Los exportadores no solamente quitaron presión a las compras de maíz disponible, en un mercado con falta de oferta por el fracaso de la cosecha de maíces tempranos, sino que también dejaron de exigirles a los productores el cumplimiento de los contratos forward, con muchos agricultores que perdieron toda su producción de maíces tempranos.
La posibilidad de diferir las DJVE les dio a los exportadores la posibilidad de dar oxígeno a los productores para que puedan cumplir con sus ventas forward con maíces cosechados en forma tardía.
Críticas a la intervención
La medida del Gobierno, de diferir el cumplimiento de las DJVE y los embarques de maíz, fue muy criticada por algunas entidades del sector agropecuario. A título personal, como analista de mercados, siempre he apoyado la libertad de los mercados, pero en este caso, si el Gobierno no hubiera diferido las DJVE los productores hubieran tenido que enfrentar la exigencia de los exportadores del cumplimiento de los contratos forward. Y, a su vez, los exportadores deberían haber tenido que cumplir con los embarques en un momento de fuerte caída de la oferta.
Hay que destacar que el diferimiento de las declaraciones juradas, con la consecuente postergación de los embarques, implicó que los exportadores tuvieron que hacerse cargo del costo y de las multas por no haber cumplido con los contratos en tiempo y en forma.
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A diferencia del diferimiento de las DJVE del trigo, aplicable para evitar el desabastecimiento en el mercado interno y para permitir la oferta de harina para industrias panificadoras y productoras de fideos y galletitas en el mercado doméstico, en el caso del maíz el diferimiento de las DJVE fue pensado para quitar presión al mercado de maíz de cosecha temprana, el más afectado por la sequía.
El diferimiento de los embarques podrá ser cubierto con las ventas de maíz disponible de cosecha tardía o de segunda, como esta sucediendo hoy en el mercado.
Dos medidas acertadas por parte del Gobierno, pero con motivos bien distintos, muestran que a veces el intervencionismo estatal es un mal necesario para evitar consecuencias mucho peores, ante los efectos de la peor sequía en la historia.
Mientras tanto, los productores argentinos vendieron cerca de 5 millones de toneladas a partir de la implementación del nuevo dólar agro, que estará vigente hasta el 31 del presente mes.
El autor es presidente de Pablo Adreani y Asociados
