Pocas personas tienen la posibilidad de conocer cómo se cocina una empresa desde adentro. Federico Eisner es uno de ellos. Hace 25 años que trabaja con compañías globales, ayudándolas a reclutar a los mejores perfiles para sus puestos senior, que estarán encargados de la conducción de áreas claves de firmas que emplean a miles de personas. Desde Londres trabaja en Bain Company, una de las mayores consultoras del mundo. Uno de los proyectos que vio escalar fue Mercado Libre, el gigante argentino de e-commerce que revolucionó las finanzas y el comercio en la Argentina y en la región.
Eisner decidió hace cinco años que quería contar la historia de una expansión. Es un proceso distinto al de emprender. “Requiere ponerse una vara de competir contra los mejores”, define como una de las principales diferencias respecto de iniciar un negocio. Mercado Libre era el máximo ejemplo de un crecimiento así, en su opinión. El ejecutivo creó entonces “Escaladores”, un podcast en el que entrevista a las personalidades más importantes de la compañía para dilucidar los secretos que llevaron a la empresa a lo que es hoy.
Algunas definiciones: hace 20 años que forman parte de Mercado Libre, tienen un propósito, un liderazgo muy particular y tomaron decisiones trascendentales las que llevaron a escalar la empresa, que hoy tiene cerca de 44.000 empleados en la región.
– ¿Cuál fue la idea al hacer Escaladores?
– Siempre sentí que tenía un privilegio, que estaba en un mundo donde lo que estaba haciendo es ayudando a grandes líderes a transformar sus compañías. Pero eso lo compartía con pocos. Lo compartía con el equipo de trabajo de Bain, como consultores de estrategia. Lo compartía con el equipo de los clientes. Pero no lo estaba compartiendo con más gente. Y sentía que cada vez tenía más necesidad de eso.
– ¿A qué se refiere con “privilegio”?
– Siento que trabajar con un equipo como, por ejemplo, el de Mercado Libre, implica conocer la cocina, les cuento las costillas, paseo por los pasillos y hablo con todos los líderes. Todos de alguna manera vamos a un restaurante, pero pocos tenemos el acceso a estar en la cocina, a ver la trayectoria de las personas que llegan a ser chefs, ver la dinámica de ese equipo que está cocinando. Yo estuve en ese lado, de ver los sufrimientos, de ver el crecimiento, de ver los desafíos, de discutir con ellos cómo hacer crecer estas compañías. Eso es “Escaladores”, la posibilidad de escuchar a 15 o 16 líderes de Mercado Libre, cada uno de su lado, contando la historia de la empresa.
– ¿Por qué esa historia en particular?
– Está bueno emprender, está bueno arrancar. Pero lo difícil es escalar. No hay historia contemporánea de éxito en el mundo de negocios mayor que la de Mercado Libre. En casi 25 años, pasaron de cero a casi 45.000 personas. Pasaron de valer nada realmente, a ver hoy miles de transacciones por segundo y que millones de pymes crecieran gracias a ellos. El valor social que han creado es enorme y me parece que es una historia que realmente vale la pena contar.
– ¿Cuál es la diferencia entre escalar y aprender? ¿En qué se distinguen ambos procesos?
– Yo creo que el primer punto es que la complejidad cuando sos grande es enorme. La complejidad viene cuando son un montón de personas. Creo que parte de las razones de cómo escalaron es porque de una manera se pusieron una vara de competir contra los mejores. Mercado Libre lo logró. Le vino súper bien que Amazon entró en Brasil y México y salen a competir contra el mejor del mundo. Otro tema es que han mantenido un equipo por 20 años.
– ¿Por qué se quedan?
– Porque tienen un sentido de propósito enorme, que es construir una de las mejores organizaciones del mundo y, en su caso, ayudar a democratizar el comercio y las finanzas. Está súper anclado. Tienen la sensación de que estamos acá para realmente hacer un impacto importante en la región y en las personas y porque, en el fondo, no ganaron todavía, no lograron lo que ellos querían lograr. Casi que, si fuera por ellos, no contarían esta historia. Ellos dicen: “¿Por qué tengo que contar una historia que todavía no termino?”. Están para construir un mundo.
– ¿Qué rol jugó Marcos Galperin, el fundador, en este equipo?
– Cada uno de ellos tiene un rol distinto y creo que lo que hizo Marcos es que puso la dirección y puso el sueño bien alto y puso mucho coraje. Es indispensable. Hubo una sensibilidad enorme para elegir al equipo y mantenerlo unido y que se generen debates. Yo estuve en algunas reuniones con él y con el equipo y me sorprendió eso, cuánto él los deja hablar y cuánto él deja que los debates calientes se den. Escucha mucho. Les da espacio para liderar y hacer crecer cada una de esas áreas. Les da el beneficio de la duda. También les da tranquilidad para poder invertir en el largo plazo. Lo mejor que un líder puede tener es que confíe en vos, que te permitan animarte.
– ¿Qué pasa con la gente que no funciona?
– Yo estuve en una reunión con una persona que yo me di cuenta que no tenía nada que ver con la organización, tenía otros valores. Duró seis meses, puede ser que dure ocho meses, nueve meses, pero no duró y se fue. Y tenía una posición de liderazgo. Entonces creo que ellos aprendieron con estos errores de recruiting [reclutamiento] y ellos lo cuentan en el podcast. Pueden estar 12 meses, 18 meses con la vacante abierta. Si no tienen la persona adecuada, no la toman.
– ¿Qué hace distinto a ese equipo?
– Tienen un ego bajo. Ellos son de trabajar en equipo, se bancan los debates calientes y no son quinteros. Todos piensan como gerentes generales.
– ¿Son amigos?
– Daniel Rabinovich [COO de Mercado Libre] dice que hay dos formas de ir en un barco. O navegamos a vela en velocidad crucero o salimos a correr una regata. Y él dice, cuando yo estoy con amigos el sábado y el domingo, yo lo que quiero es estar navegando a vela en crucero, pasándola bien entre amigos. Yo durante la semana, cuando estoy en MercadoLibre, estoy corriendo una regata y corro para ganar. Cuando están ahí son un equipo. No buscan esa amistad de fin de semana. Una de cada cinco reuniones son tensas. Es duro que alguien te diga que lo que estás haciendo está mal. Pero en el fondo piensan que es bueno que alguien se los esté diciendo. Tienen mucha confianza.