Los salarios crecieron apenas por encima de la inflación en junio, al avanzar 6,1% respecto de mayo, pero siguieron corriéndola desde atrás a los precios en el primer semestre del año, ya que acumularon un alza de 47,2%, mientras que los precios se incrementaron 50,7% en igual período. También perdieron en la medición interanual, donde subieron 108,7%, al tiempo que los precios avanzaron 115,6%.
A diferencia de lo que venía sucediendo en los meses anteriores, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en su Índice de salarios, esta vez los que más crecieron fueron los del sector informal, con 7,5%; mientras que los del sector privado registrado aumentaron 5,7% y los del sector público se incrementaron 6%. De todos modos, los informales siguen muy rezagados en la medición interanual y en el acumulado del año, donde avanzan solo 41% y 82,4%, respectivamente.
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En la comparación, se ve claramente que tanto el sector privado registrado como el público, si bien pierden contra la inflación, muestran cifras más cercanas, por lo cual, siguen siendo los sectores más pobres (informales) los más rezagados. Así, en el acumulado anual los privados aumentaron 47,3% y los públicos, 50,2%, mientras que en los últimos 12 meses ambos se incrementaron 110% y 121,4%, respectivamente.
El economista Jorge Colina, director del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), analizó que en el primer semestre del año, la línea de pobreza, estimada con la evolución de la canasta básica total, creció 52%, mientras que el índice de salarios registrados aumentó 47%, es decir por debajo de ese límite. “Además, los salarios no registrados crecieron aún menos, con un 41%. Entonces, se ve que el salario no registrado, que es el principal ingreso de los pobres, va 11 puntos porcentuales por detrás de la línea de pobreza, lo que hace presagiar que en el segundo semestre de 2023 el número de pobres estará por encima del 40% de la población”, señaló el especialista.
Claudio Caprarulo, economista y director de la Consultora Analytica, puso la lupa sobre los salarios registrados, que, como se dijo, adelantan a los informales, pero igualmente pierden poder adquisitivo con el paso de los meses. “En junio, el salario registrado volvió a quedar levemente por debajo de la inflación. Producto de los aumentos reales que tuvo en marzo y mayo, cerró el primer semestre apenas por debajo del alza de precios, pero esta dinámica va a ser difícil de sostener en la segunda mitad del año debido a la aceleración de la inflación. Para evitar una nueva caída en los ingresos de las familias, las paritarias deberían acomodarse al nuevo escenario económico”, opinó.
Por su parte, el economista Lautaro Moschet, de la Fundación Libertad y Progreso, comentó que el dato de salarios vuelve a mostrar una pérdida del poder adquisitivo de las familias argentinas, que se viene dando de manera sostenida en los últimos años. “Desde diciembre de 2019, el nivel general perdió 5,2% en términos reales. Eso significa menos consumo, menos ahorro y una baja significativa en el nivel de bienestar”, precisó.
Las proyecciones para lo que queda del año no son las mejores. En este sentido, Moschet estimó: “La inflación seguirá aumentando en la medida en la que no haya medidas drásticas respecto a la política monetaria y la desconfianza en nuestra moneda es cada vez mayor, algo que se ve reflejado en el tipo de cambio. En consecuencia, la capacidad de compra seguirá cayendo. Para peor, la falta de inversiones que generan los controles de capital provoca una caída en la productividad, afectando negativamente tanto al nivel de actividad, así como también a los salarios reales”.
