El gobernador de Córdoba y precandidato a presidente por Hacemos por Nuestro País, Juan Schiaretti, encabezó hoy el último acto de su campaña en la ciudad de Buenos Aires, rodeado por su compañero de fórmula, Florencio Randazzo, y los candidatos a diputados Diego Bossio e Hilda “Chiche” Duhalde. Consideró que las elecciones del próximo domingo se enmarcan en un “fin de ciclo” del kirchnerismo y de “la grieta”. La conmoción por el asesinato de Morena Domínguez, de 11 años, en Lanús, se extendía y motivó el adelantamiento de la conferencia de prensa prevista, aunque no llevó a suspender el acto.
En uno de los salones del Hotel NH, a metros de la Plaza de Mayo, ante unas 200 personas, Schiaretti explicó a los presentes por qué considera que se vive un cierre de ciclo político. “Cómo resolvió su candidato el oficialismo expresa el final de ciclo. No es normal que un gobierno ponga de candidato a presidente al ministro de Economía que fracasó. Un año es suficiente para que se note la gestión y la inflación se duplicó. No es normal que siga siendo ministro y, a la vez, candidato, cuando el país es un tembladeral. También estamos asistiendo al fin de ciclo de la grieta”, señaló el gobernador de Córdoba.
“El ingreso de los argentinos es menor que en 2012, tenemos la vergüenza de que el 50% de los niños estén por debajo de la pobreza”, especificó Schiaretti. Puso un ejemplo para graficar su percepción de las consecuencias de la grieta, al afirmar que no avanza una nueva ley de alquileres porque “si llama a sesión el kirchnerismo, Cambiemos no da quorum, y si llama el cambiemos, el kirchnerismo no da quorum”.
El gobernador de Córdoba reivindicó el peronismo de su provincia y levantó aplausos cuando enfatizó que no fue “colonizado por el kirchnerismo”. En esa línea, describió: “Somos el peronismo del abrazo de [Juan Domingo] Perón y [Ricardo] Balbín, no el que construye un enemigo. Somos el peronismo federal, no el que se ocupa de administrar marginalidad en vez de generar trabajo”.
Con una bandera argentina a sus espaldas, una pantalla que mostraba la leyenda “Hacemos por Nuestro País”, una tarima y un atril como escenografía, el precandidato presidencial elogió a sus laderos. Dijo que Randazzo “es el que acabó con la espera eterna del DNI y el pasaporte”, que “todos conocen el dinamismo de la Anses cuando estaba Diego [por Bossio]” y que, “si hay un apellido que es sinónimo de gestión y sentido común, es el apellido Duhalde”.
Schiaretti les pidió a sus militantes “redoblar esfuerzos” y también dejó un mensaje que abre las puertas al diálogo con otras fuerzas políticas después de las elecciones (hace menos de un mes, exploró un acuerdo con Horacio Rodríguez Larreta que no se concretó). “Queremos la cultura del trabajo, ser la expresión de los que se levantan todos los días para ir a trabajar y terminar con la maldita grieta. Queremos un gobierno de unidad nacional porque así la Argentina salió de las crisis”, aseveró. Luego aclaró que el pedido de gobierno de unidad nacional lo verán “después de la primera vuelta”. Y remarcó: “Queremos tener muchos votos en las PASO y aspiramos a pasar a la segunda vuelta. Después, vamos a plantear estas cosas a las fuerzas políticas”.
En la previa del acto, el asesinato en Lanús de una niña de 11 años atacada por motochorros alteró la rutina prestablecida para el cierre de campaña porteño, aunque no derivó en la suspensión del encuentro. La conferencia de prensa se adelantó y también el momento de los discursos. En la conferencia de prensa, Randazzo se refirió al crimen y señaló: “Un país normal plantea que quien delinque, roba o mata, tiene que estar preso. No hay ningún argumento que justifique este tipo de actitudes. Hay varios aspectos en los que el Gobierno no ha trabajado lo suficiente. Hay casos que conmueven más, pero ocurren todos los días”. Sostuvo que “quienes son responsables de la seguridad en la provincia de Buenos Aires son comentadores de programas periodísticos”
En las sillas dispuestas en el salón se ubicaron algunos dirigentes que acompañan a Schiaretti. Entre ellos, dos de los candidatos a parlamentarios del Mercosur: el exgobernador de Corrientes José Antonio “Pocho” Romero Feris, y la directora de la Escuela de Política y Gobierno de la Universidad Católica Argentina, Lourdes Puente. Acompañaron otros dirigentes, como Matilde Menéndez (que fue interventora del PAMI durante parte del menemismo), o el periodista Carlos Camplongo.
Antes del discurso de Schiaretti, hablaron Bossio, Chiche Duhalde y Randazzo. Acodada en el atril, la exsenadora y exdiputada mencionó el caso de Morena Domínguez al incluir a la seguridad como una de las “siete u ocho políticas de Estado” que considera necesarias para el país. La precandidata a diputada recordó el gobierno de su esposo, Eduardo Duhalde, al señalar que “hubo una sola vez un gobierno de unidad”, y concluyó: “Voy al Congreso a prestar servicio. Pasé por todos los cargos. Voy por mi última tarea de servicio a la Patria y voy de la mano de Juan Schiaretti, que ojalá que la gente se dé cuenta de lo que representa”.
Randazzo planteó que “la grieta es un negocio” y que “cuesta tener visibilidad”. Además, envió un dardo hacia las huestes kirchneristas. “Muchos compañeros que han sido transgresores han perdido la vergüenza y obedecen”, sostuvo.
Antes de cerrar su discurso, Schiaretti dijo que la Argentina “tiene que tener la misma inflación que nuestros hermanos”, y enumeró países como Brasil y Uruguay. El cordobés finalizó su acto con un éxito del cuarteto que sonó a todo volumen, reversionado con una letra electoral. El salón se fue vaciando mientras se escuchaba la canción “Beso a beso”, de La Mona Jiménez, con sus estrofas modificadas. “Es el ‘El Gringo’, ejemplo de gestión” y “Schiaretti para toda la Nación” eran algunas de las frases. Afuera, se repartieron volantes de los precandidatos a diputados por la ciudad de Buenos Aires Bossio y Verónica Tenaglia, y se vieron algunos pasacalles.