La jueza de la Cámara de Casación Ana María Figueroa, que mañana cumple 75años, fecha límite para seguir en la magistratura, le comunicó a su colegas que seguirá en la Cámara como magistrada, a la expectativa de que el Senado le dé acuerdo, al menos hasta fin de noviembre, aunque “por prudencia” les dijo que no firmará sentencias ni decisiones administrativas, que pueden ser objeto de impugnaciones.
La magistrada espera que el Senado le dé un nuevo acuerdo que le permita seguir en el cargo cinco años mas. Pero el oficialismo viene fracasando en convocar a una sesión para votar el acuerdo porque no cuenta con los votos propios y la oposición está dispuesta a revalidar la continuidad de la jueza, mas cerca del kirchnerismo.
Por eso Figueroa echó mano de la reglamentación que realizó en 2017 el Consejo de la Magistratura para los casos de los jueces que llegan a los 75 años. Ese reglamento firmado por el pleno del Consejo cuando lo presidía el abogado radical Miguel Piedecasas dice que los jueces al cumplir los 75 años, si es que tienen solitado acuerdo al Senado, pueden seguir “provisoriamente” en sus funciones hasta que les den acuerdo, siempre y cuando sea en este año parlamentario. El pedido de acuerdo caduca vencido el año parlamentario.
Aplicado a Figueroa, puede seguir siendo jueza “provisoriamente” hasta noviembre o hasta que le den acuerdo. Y si no lo logra, entonces debe dejar su cargo.
El caso es sensible porque Figueroa tiene a la firma del sentencia del caso Hotesur y Los Sauces contra Cristina Kirchner y del caso del memorándum con Irán. La jueza dijo hoy a sus colegas de la Sala I del tribunal que dejará firmados los votos de sus causas.
Las expresiones de Figueroa se hicieron en la reunión de superintendencia de jueces de Casación donde participaron los presidentes de cada sala: Daniel Petrone, Guillermo Yacobucci, Mariano Borinsky y Gustavo Hornos.
Como Figueroa es presidenta de la Cámara de Casación, decidió por “prudencia” dar un paso al costado, dado que no firmará decisiones administrativas, ante la eventualidad de que sean impugnadas. Por eso es que se decidió que asuma en tanto interinamente el juez Borinsky como presidente de la Casación.
Los jueces le dijeron que entendían que era lo mas prudente que se apartara de la presidencia y de la firma de sentencias desde mañana en adelante. El clima fue bueno en la reunión ante “una situación jurídica compleja”, según describieron en la Cámara.
Hubo sandwiches de miga de pan negro y jamón crudo en la reunión de jueces, pero no hubo despedida de la magistrada, que quedó a la expectativa.