A 10 días de las elecciones primarias abiertas (las PASO), el ministro de Economía y precandidato a presidente de la Nación, Sergio Massa, anticipó que a partir de los salarios de agosto el piso de ingresos a partir del cual se paga Ganancias será de $700.875 en bruto (descontados los aportes a la seguridad social, es un sueldo mensual neto de $581.726). Así, la base subirá un 38,45% respecto de la cifra actual, de $506.230.
Desde la cartera económica se anunció también que, con efecto hacia atrás en el tiempo -desde enero de este año- se incrementarán un 35% los valores de la tabla que, en función del nivel de ingresos, define con qué alícuotas se calcula el impuesto. Eso implica un menor impuesto, respecto del actual, para todas las personas alcanzadas por la carga fiscal. Y, además, determina que deberá haber una devolución de montos ya descontados, que se haría con los salarios de agosto y septiembre.
La medida concreta, es decir, el decreto del Poder Ejecutivo con los detalles de las modificaciones, se conocerá recién después de las PASO, ya en una fecha muy cercana a la de liquidación de sueldos que deberán hacer las empresas. “El 16 de agosto se anuncia”, fue la respuesta que hubo desde Economía cuando LA NACION pidió conocer el texto de la normativa a través de la cual se instrumentarán los cambios.
El anuncio, o anticipo del anuncio, se hace en pleno período de “prohibición de publicidad de actos de gobierno susceptibles de promover la captación de votos”, dispuesta por la ley 19.945. Ese período se inició el 19 de julio, según informa la página oficial argentina.gob.ar. La oportunidad del anuncio hecho en medio de la campaña electoral por Massa, quien en el verano último sostuvo que “la cuestión electoral y ser ministro de Economía es incompatible en la Argentina”, pero que no renunció a su cargo tras definirse su precandidatura, tiene otros condimentos que entremezclan la política y el bolsillo, y que le echan picante al descontento que la carga fiscal genera en muchos asalariados, que tienen motivos incrementados de quejas en estos días.
Presión impositiva creciente
En un escenario en el que la altísima inflación, de 115,6% en 12 meses (de julio de 2022 a junio último), erosiona los ingresos, el efecto de mantener congelado desde mayo el piso para tributar provoca que la carga fiscal comience a ser aplicada en algunos casos dada la suba nominal de los ingresos. Y la consecuencia de no modificar desde enero las variables intervinientes en el cálculo que definen cuánto pagan los que sí pagan, genera que la presión tributaria se vea incrementada, al mismo tiempo que se reduce el poder adquisitivo del dinero que llega a los bolsillos (aun con algunos aumentos nominales), tal como informó LA NACION días atrás.
Por otro lado, con las remuneraciones de junio y de julio hay un impacto de la medida tomada con respecto a la primera cuota del aguinaldo. Concretamente, se dejó a ese concepto al margen de Ganancias para quienes tuvieron salarios brutos de hasta $880.000, lo cual implicó una devolución de montos ya descontados (el impuesto sobre el sueldo anual complementario se va descontando de manera distribuida en todo el año y, por tanto, una parte ya se había cobrado al disponerse la medida). Con los sueldos de agosto ya no estará ese efecto, que disimula el impacto creciente de la imposición y, sin cambios mediante, iba a notarse un efecto fuerte en la suba del tributo. Y todo ello, en los cobros inmediatos anteriores a las elecciones presidenciales de octubre.
Un dato no menor es que es la primera vez, desde que rige el actual mecanismo de definición del piso para pagar Ganancias, que se modificarían los conceptos que hacen al cálculo del impuesto para las personas que quedan alcanzadas.
Son cambios que, tal como vienen insistiendo en señalar varios economistas y tributaristas, se requieren de manera evidente desde hace bastante tiempo. La alta inflación y el consecuente reacomodamiento de los salarios hacen necesario que la actualización del esquema del impuesto se haga, en su totalidad, con mayor frecuencia que la anual establecida por ley. Sin embargo, no hay ninguna disposición para que automáticamente ocurran esos reajustes.
La definición del piso para tributar
¿Por qué el piso para tributar subirá a $700.875? Desde 2018 y según lo establecido por una ley, todas las variables que definen quiénes tributan y cuánto, se actualizan en cada inicio de año. Se aplica, para ese reajuste, un aumento de igual porcentaje que la suba registrada por la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte) entre los meses de octubre previos.
En enero de este año, por caso, el reajuste fue de 78,84%, bastante por debajo de la inflación de 2022, que fue de 94,8% (algo que, de por sí, ya implica mayor presión impositiva). Desde 2021, y también según lo dispuesto por el Congreso, el Poder Ejecutivo tiene facultades para modificar, en meses diferentes a enero, el piso para tributar.
La última vez que ocurrió esa actualización fue en mayo de este año. Entonces, la remuneración más baja para pagar Ganancias subió de $404.062 a $506.230, porque se aplicó un incremento equivalente a la suba que había tenido el Ripte después de octubre de 2022 (el último mes considerado al hacerse la actualización de enero) y hasta febrero de este año. El aumento fue de 25,28%.
La nueva modificación llevará la base a $700.875, porque se está teniendo en cuenta lo ocurrido con el Ripte después de febrero y hasta junio (es el último dato disponible y se conoció esta semana). La suba del indicador salarial y, por tanto, el reajuste de la base para pagar Ganancias es de 38,45%.
A su vez, las llamadas “deducciones incrementadas” que ya tiene el sistema se aplicarán para los empleados con salarios de hasta $808.101. ¿Qué significa eso? Que para quienes estén en el rango salarial de $700,875,01 a $808.101 se descontarán determinados montos del ingreso antes de calcular el impuesto, de forma tal de evitar que haya asalariados que terminen ganando, en mano, menos que otros que, por tener remuneraciones inferiores, quedarán liberados de la carga de Ganancias.
Esa medida, que se dispuso cada vez que se elevó el piso no alcanzó para evitar, de todas maneras, que en los últimos tiempos se generaran distorsiones en el tributo. Porque, al quedar congelados varios meses, para quienes tributan, los valores de la tabla de alícuotas y también los montos de las deducciones personales (que se descuentan del ingreso antes de calcular el impuesto), la carga fiscal se va haciendo más pesada, aun cuando los ingresos tengan igual o, como ocurre muchas veces, menor poder adquisitivo que antes.
Hay algunas cuestiones que no quedan claras a partir del anuncio hecho hoy por Economía. El mecanismo de la suba del piso salarial implicó, las veces en que se dispuso hasta ahora, que dejaran de pagar Ganancias no solo los empleados con salarios inferiores al piso establecido en el mes en cuestión, sino también quienes habían tenido un ingreso promedio mensual, dentro de un período, de hasta la cifra definida como base.
La normativa deberá aclarar si dejarán de tributar quienes en este mes y en los siguientes tengan una remuneración de hasta $700.875, o si la medida alcanzará a todos a quienes tengan un promedio salarial, en lo que va del año, de hasta la mencionada cifra.
Por otra parte, hay incertidumbre respecto de qué ocurrirá con los autónomos, tal como observa el contador Martín Caranta, socio de estudio Lisicki, Litvin & Asociados. En el escrito difundido por Economia (que se presentó como “un documento de Ingresos Públicos” enviado a Massa a manera de propuesta) se señala que la suba de las escalas (se entiende que son los montos de la tabla de alícuota) permitirán que “la totalidad de los trabajadores en relación de dependencia que tributan el impuesto a las ganancias se verán beneficiados”. Pero no se indica nada con respecto a los autónomos, que pagan el impuesto en función del cálculo que surge de la misma tabla.
Tampoco hay precisiones respecto de si se actualizarán los valores de la ganancia no imponible, la deducción especial y las deducciones por hijos y por cónyuge, que son determinantes a la hora de definir la cuantía de Ganancias. Todos esos conceptos están congelados desde enero, cuando, tal como se explicó más arriba, se incrementaron en un 78,84% en relación con los valores de 2022.
Para resolver las incógnitas, según lo dicho desde Economía, habrá que esperar hasta después de las PASO.