BRASILIA.- A menos de dos semanas de las elecciones primarias en la Argentina, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró este miércoles que “si la democracia vence, ya estará feliz” con los resultados del 13 de agosto, sin pronunciarse explícitamente por ningún candidato.
En un desayuno con corresponsales de medios extranjeros en el Palacio del Planalto, del que participó LA NACION, el mandatario manifestó su preocupación por la crisis económica en el país, cuyo motivo atribuyó a la deuda con el Fondo Monetario Internacional contraída por la administración del expresidente Mauricio Macri. Además, admitió que Brasil no cuenta con instrumentos para socorrer financieramente al país en lo inmediato.
“Le pido a Dios que la democracia prevalezca (en la Argentina). Que gane la democracia, el candidato que tiene más perspectivas de hablar de inclusión social, de desarrollo. No un candidato que crea que todo lo que es inversión social es gasto”, aseguró Lula, en una crítica hacia las opciones de derecha.
El mandatario de Brasil, de 77 años, ha expresado en el pasado su preocupación por el crecimiento de “alternativas de extrema derecha”, en particular del candidato de la Libertad Avanza, Javier Milei.
El presidente de Brasil formuló con cautela su respuesta sobre el proceso electoral argentino. Primero, había asegurado que prefería “mantenerse en silencio”. Luego, sintetizó: “Si la democracia vence, ya estaré feliz”.
La economía argentina
Lula no escondió su preocupación por la crisis económica en el país. “A veces me preocupa saber que un país tan importante como la Argentina, que ya fue la quinta economía del mundo, llega a una situación económica como la que está hoy”, dijo.
“Todo muy en función de la deuda contraída por el otro gobierno, que la dejó para que el actual la pague. El FMI debería ser paciente, saber de la situación de la sequía, y no permanecer con la espada en la cabeza”, aseguró.
El ministro de Economía de Lula, Fernando Haddad, ha admitido que la crisis de falta de reservas en la Argentina ha llevado a una pérdida de espacio de Brasil como proveedor de importaciones.
Haddad se reunió en el primer semestre con su contraparte, Sergio Massa, para intentar encontrar líneas de crédito que permitan a exportadores brasileños no interrumpir sus ventas a la Argentina. Llegó a ser anunciado un principio de acuerdo, pero todavía no fue implementado ese mecanismo, en parte debido a la falta de garantías de cumplimiento de pagos por parte de la Argentina.
“El diálogo sobre este tema continúa periódicamente a nivel técnico. Brasil está comprometido a ayudar a la Argentina”, confía, no obstante, una fuente del gobierno argentino que sigue de cerca la relación bilateral.
En mayo pasado, en la última visita de Alberto Fernández a Brasilia, Lula bromeó que el presidente argentino volvía a Buenos Aires con apoyo político, “pero sin dinero”.
El presidente de Brasil se mostró impotente para socorrer económicamente a la Argentina.
“Todo lo que podía hacer de esfuerzo, de reuniones, de llamadas, para intentar ayudar, ya lo hice”, aseguró, citando conversaciones con el presidente chino Xi Jinping y con el banco de los Brics, conducido por la expresidenta Dilma Rousseff, alternativa explorada como posible proveedor de garantías para las exportaciones brasileñas a Argentina.
La Argentina negocia con Brasil la compra de 156 vehículos militares blindados Guarani, una operación que según reportó a principios de julio la prensa brasileña se trabó por el veto de la cartera de Hacienda, de Haddad, debido a la falta de garantías de que la Argentina podrá cumplir con el pago, con un valor de aproximadamente dos millones de dólares cada unidad.
La embajada argentina en Brasilia, liderada por Daniel Scioli, niega que la negociación esté caída y asegura que el país está “consolidando la propuesta de contra garantía” para que Iveco, empresa fabricante, pueda formalizar la presentación de la operación ante el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes).
La guerra en Ucrania
En otro tramo de la conversación con periodistas el miércoles, Lula, cuestionado en el pasado por dichos polémicos sobre la guerra de Ucrania, reiteró que “Brasil está buscando un camino” de paz, criticando por igual al presidente ruso, Vladimir Putin, y al ucraniano, Volodomir Zelensky.
“Los dos están enfrascados en `voy a ganar´ y, mientras tanto, las personas están muriendo”, apuntó. “Brasil va a continuar intentando buscar la paz”.
Por último, el presidente de Brasil se mostró expectante por la cúpula de los Brics, que será celebrada en Sudáfrica, entre el 22 y 24 de agosto. Putin, quien corre riesgo de quedar preso si deja Rusia, no participaría de forma presencial.
Lula volvió a defender la creación de una moneda alternativa al dólar para el comercio internacional.
“Los Brics pueden tener un papel excepcional. Yo defiendo la idea de que tengamos una moneda propia para comerciar. ¿Por qué Brasil necesita tener dólares para comerciar con Argentina?”, cuestionó el presidente de Brasil, que se mostró animado por discutir el ingreso de nuevos países al organismo.
Defendió, además, que el banco de los Brics tenga un papel “más generoso que el FMI” proporcionando ayuda financiera. “El banco existe para ayudar a países a salvarlos, y no para ayudar a hundirlos, que es lo que el FMI ha hecho muchas veces”, concluyó.