Néstor Grindetti no duda en ponerle un aplazo a la gestión de Axel Kicillof y, en línea con el discurso de Patricia Bullrich, de la mano de quien se postula en la primaria de Juntos por el Cambio como precandidato a gobernador bonaerense, asegura que “es imposible negociar con el kirchnerismo”.
En una entrevista con LA NACION, el intendente de Lanús en uso de licencia le restó importancia a los duros cruces verbales que Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta sostienen en la pelea por la candidatura presidencial, a los que calificó como “fuegos artificiales”, pero dijo que Jorge Macri “se merece un apoyo muy fuerte” del jefe de Gobierno porteño en su campaña por ganar la ciudad de Buenos Aires.
Para combatir la inseguridad, Grindetti aseguró que propone bajar la edad de imputabilidad y modificar el concepto de reincidencia para que quienes cometan un segundo delito no puedan quedar en libertad, aún a costa de que lo acusen de aplicar una política de mano dura. “La otra alternativa es no hacer nada”, sentencia.
También consideró que “la restitución del Fondo del Conurbano”, como el que tuvo la provincia de Buenos Aires durante la gobernación de Eduardo Duhalde, es uno de los temas importantes a discutir en el próximo período si se quiere sostener la “gobernabilidad” del país.
-¿Por qué el votante de Juntos por el Cambio no debería votarlo a Santilli y darle su voto a usted?
-Lo que puedo hablar es de mí, después que la gente compare. Tengo una experiencia en el Estado: fui ocho años ministro en la Ciudad, donde logramos superávit fiscal los ocho años; eso me dio un conocimiento bastante acabado de lo que es el manejo de fondos públicos. Después, ocho años de intendente de Lanús, lo que me dio también, pese a que soy un bonaerense de nacimiento, un conocimiento mucho más importante de lo que es el conurbano. Por último, la fórmula que hemos conformado con Miguel Fernández, intendente de Trenque Lauquen, nos complementa muy bien: uno es del interior y otro del conurbano. Esa oferta de experiencia es el mejor activo que tenemos para ofrecer a los bonaerenses
-¿Por qué insiste tanto que para garantizar la gobernabilidad de un eventual gobierno nacional de Juntos es imprescindible ganar en la provincia?
-La provincia de Buenos Aires es determinante desde el punto de vista numérico electoral, pero también desde el punto de vista político. Por ejemplo, tiene temas para discutir con la Nación, el más importante es la restitución del Fondo del Conurbano, porque la provincia aporta muchísimo a la torta nacional de recaudación fiscal y retira muy poco. Hoy por hoy, el Gobierno nacional le envía fondos en forma absolutamente discrecional. Nosotros queremos poner en blanco y negro esos fondos para después derramar hacia los municipios. Así que la relación de la provincia para la Nación y del Gobierno nacional para la provincia son realmente muy importantes para la gobernabilidad.
-Habló de la coparticipación. La Ciudad está reclamando fondos que la Nación le quito para financiar a la provincia de Buenos Aires. ¿Qué va a hacer con ese dinero? ¿Lo va a devolver? ¿Lo va a mantener?
-Siempre lo dije, restituir fondos que le corresponden a la provincia no tiene que ir detrimento de ninguna otra provincia y tampoco de la Ciudad. Esto lo tiene que poner la Nación. Acá la que se lleva la gran torta haciendo poco aporte es el Estado Nacional. Entonces, es el que debe restituir eso de sus fondos.
-¿Cuál sería su solución al tema de la inseguridad, en particular en el conurbano?
-Primero, pretendemos que la policía local, que es el vigilante de la esquina, el que conoce al vecino y que hace prevención, dependa del intendente. Después, pretendemos ejercer modificaciones en la ley de imputabilidad de los menores. Creemos que hay que bajar la edad, pero conjuntamente con ello tenemos que construir cárceles que contemplen ese tema. Un chico de 15 años que mata debe ir preso, pero en una situación muy diferente a un narcotraficante de 50 años. Después, lo que está faltando es algo que cuando Patricia Bullrich era ministra (en la Nación) y Cristian Ritondo era ministro de la provincia se trabajó muy bien, que es una mesa de coordinación de análisis del mapa del delito entre fuerzas nacionales, provinciales y municipales. También hay que cambiar el concepto de reincidencia. Hoy, un delincuente que comete un delito y no está condenado si vuelve a cometer otro delito y cae preso sale inmediatamente. Nosotros pretendemos que, aun cuando no esté condenado, si cometió dos delitos, la segunda vez no salga inmediatamente. Acá el derecho lo tienen los vecinos y no los delincuentes, que tienen que estar presos. Tenemos que defender a los vecinos y a las fuerzas de seguridad que trabajan bien.
-Lo van acusar de querer aplicar políticas de mano dura.
-La otra alternativa es no hacer nada y van seguir pasando las cosas que pasan. Creo que el Estado tiene una responsabilidad, que es defender a los vecinos. Obvio que esto es un conjunto de cosas, la Justicia también tiene que accionar, los fiscales también. Tenemos que tener buenos lugares para la detención de los delincuentes, tener alcaidías. Hoy, por ejemplo, están atiborrados de detenidos los calabozos de las comisarías y eso significa que hay policías que tienen quedarse cuidándolos. El concepto general es que vamos a estar del lado de los buenos, del lado de los vecinos que hoy sufren la delincuencia y vamos a estar metiendo presos a los que delincan. No lo veo como mano dura, es ponerse del lado que corresponde.
-Bullrich hace hincapié en bajar el gasto político. ¿Cómo lo haría en la provincia?
-Claramente bajando la cantidad enorme de contratos que tiene el Gobierno. En este gobierno pasaron de 700 a 1800 cargos jerárquicos. Tiene 19 ministerios y eso se puede achicar mucho. Tienen empresas del Estado que son altamente ineficientes y producen un déficit enorme. Hay que ordenar IOMA y el Instituto de Previsión Social, aun cuando conceptualmente tienen que seguir siendo asistidos por el Estado provincial, porque son estructuralmente deficitarios ese déficit se puede bajar mucho.
-Cuándo se habla de gastos en la provincia siempre se menciona a la Legislatura. ¿Tiene pensado tomar alguna medida?
-Le vamos a pedir, dentro de lo que marca la Constitución, una contribución en términos de austeridad. Vamos a ser austeros en el Ejecutivo y le vamos a pedir al Legislativo que también lo sea.
-En el último spot de campaña acusa a Baradel de ser un sindicalista rico. ¿Si llega a gobernador cómo se imagina una negociación con él?
-Ahí es donde aplica el activo muy importante de nuestro espacio que es la convicción y el coraje de Patricia. Vamos a ir por una ley que va declarar esencial el servicio de educación del Estado. Eso va a limitar no el derecho a reclamar ni el derecho de huelga, eso va a seguir vigente, pero si no van a poder hacer paros salvajes. Nosotros vamos por los 190 días de clases y hay que cambiar el estatuto del docente. Eso lo vamos a tener que discutir. Pero Baradel no defiende los intereses de los docentes que quieren ganar mejor, defiende los intereses de un grupúsculo afín a él. Va a ser una pelea de un Estado que se pone del lado de los vecinos y del otro lado va a estar una corporación que quedó vetusta, que la gente sabe de qué se trata; y con el apoyo de la gente vamos a ir avanzando.
-¿Qué nota le pondría a la gestión de Kicillof?
-Un aplazo y diría más por omisión que por acción. Donde voy a recorrer le pregunto a los vecinos si en estos cuatro años vieron al gobernador ocupado en lo que los preocupa y todos me contestan que no. Es un Estado ausente, que no da salud, no da una educación de calidad. Hoy el estado provincial es una mochila de piedras para todo el sector productivo.
-¿Destacaría algo positivo del gobierno provincial?
-Sinceramente, no veo, sino lo diría. El concepto de ausentismo, de no estar, justamente genera una falta de asistencia en todas las áreas.
-¿Por qué casi no se habla nada en la campaña de la gestión del gobernador?
-Para mí es por cómo se conforman las elecciones. La elección provincial se junta con la nacional y, entonces, se discuten temas nacionales. Para bien o para mal es como que se borronea la imagen del gobernador. Por ejemplo, en Lanús, el hospital es provincial. Es un desastre, faltan elementos, no se ha hecho mantenimiento, está muy mal. Ahora, la gente me viene a reclamar a mí, al intendente, es como que el gobernador pierde visibilidad.
-Con Santilli han evitado hacer una campaña virulenta. ¿No cree que los cruces verbales entre Larreta y Bullrich está afectando las chances electorales de Juntos por el Cambio?
-No lo veo así, entiendo a las internas como un terreno donde no se discuten valores o ideales del país sino que se discuten tácticas y en este caso se está discutiendo un estilo de liderazgo. Es cierto que puede haber algunos fuegos artificiales producto de alguna declaración puntal con algún tono alto, pero a mí no me cabe ninguna duda que el 14 (de agosto) vamos a poder estar todos juntos y vamos a poder gobernar con todos los equipos integrados.
-¿Si fuera Jorge Macri, estaría conforme con el apoyo que recibe de Larreta en la campaña?
-La verdad que no la estoy siguiendo tanto a la Ciudad. Creo que Jorge es el candidato ideal porque es Pro puro y uno esperaría… No sé, hoy no puedo calificar si es poco o mucho, pero Jorge se merece un apoyo muy fuerte de parte de Horacio, que también es socio fundador de Pro. Yo esperaría el máximo apoyo porque, además, es su ministro, así que yo esperaría de Horacio y de todo su equipo que estuvieran apoyando a su compañero de gabinete.
-¿Se considera un político de derecha o un halcón, como se los suele tildar en los medios?
-Siempre digo que el tema de derechas e izquierdas es relativo. Siempre hay una derecha mala y una izquierda mala. Ahora, si halcón significa pretender una transformación en la Argentina para que la gente viva mejor y que esa transformación comience rápidamente y que tengamos mucha convicción y fortaleza para llevarla adelante, a pesar de las piedras; bueno, sí, yo soy un halcón.
-¿Se puede dialogar con el kirchnerismo en la oposición?
-Es muy difícil dialogar con el kichnerismo, con los Moyano, con los Baradel. En algún momento, al principio de este gobierno, hice intentos y la verdad que nos jorobaron la vida siempre en Lanús. Creo que es imposible dialogar porque el kirchnerismo es dogmático, arma un relato que, increíblementese lo terminan creyendo; entonces es muy, muy, muy difícil. Yo, que entiendo la política como el diálogo y la búsqueda de consenso, puedo decir con mucha seguridad y firmeza que es imposible negociar con el kirchnerismo.