BOGOTÁ.- El hijo del presidente colombiano Gustavo Petro, Nicolás Petro Burgos, y su exesposa Daysuris Vásquez fueron detenidos y acusados de lavado de activos y enriquecimiento ilícito, informó este sábado la Fiscalía de Colombia.
El joven Petro, un político de la provincia de Atlántico, había aceptado la investigación cuando comenzó en marzo. Hasta entonces había calificado de infundadas las acusaciones de que tomó dinero de los narcotraficantes a cambio de incluirlos en los esfuerzos de paz de su padre.
También fue arrestada su exesposa, quien a principios de año dijo a medios locales que dos personas acusadas de participar en el narcotráfico le habían dado dinero a Nicolás para la campaña de su padre, entre otros presuntos actos de corrupción.
Los detenidos serán puestos a disposición de un juez penal municipal, a quien se le solicitarán órdenes de allanamiento, captura e incautación de elementos materiales probatorios, señaló un comunicado de la Fiscalía. Y agregó que los delitos imputados a Nicolás Petro Burgos y su exesposa ocurrieron desde 2022 hasta la fecha.
El presidente Petro reaccionó ante la detención de su hijo y dijo en su red social que “como persona y padre me duele mucho tanta autodestrucción”, pero prometió que en su calidad de presidente de la república se asegurará “que la fiscalía tenga todas las garantías de mi parte para proceder de acuerdo a la ley”.
“A mi hijo le deseo suerte y fuerza. Que estos sucesos forjen su carácter y pueda reflexionar sobre sus propios errores”, dijo el mandatario. “Como afirmé ante el fiscal general no intervendré ni presionaré sus decisiones; que el derecho guíe libremente el proceso”, agregó.
Han sido capturados por la fiscalía mi hijo Nicolás y su ex esposa DaysComo persona y padre me duele mucho tanta autodestrucción y el que uno de mis hijos pase por la cárcel; como presidente de la República aseguró que la fiscalía tenga todas las garantías de mi parte para…
— Gustavo Petro (@petrogustavo) July 29, 2023
Petro se ha comprometido a hacer acuerdos de paz o de rendición con los rebeldes y las bandas criminales para poner fin al conflicto interno de 60 años de Colombia, que causó la muerte de 450.000 personas. Los esfuerzos han tenido un éxito mixto durante su primer año en el cargo.
Las negociaciones reactivadas con el grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN) han llevado a un alto el fuego que comenzará en agosto, mientras que los esfuerzos para mantener conversaciones con la principal banda criminal, el Clan del Golfo, han fracasado debido a la violencia continua.
Una propuesta de ley para regular las entregas de grupos criminales, otorgando a los participantes sentencias más bajas a cambio de información y trabajo restaurativo, ha recibido duras críticas.
Agencias Reuters y AP