Matías Videla no es el único argentino que en el último tiempo se convirtió en el CEO de una multinacional. En un mundo que a partir de la invasión de Ucrania tuvo que aprender a convivir con la inflación, los ejecutivos argentinos empezaron a ser vistos con otros ojos no solo por su creatividad y mayor capacidad de adaptación sino también por el know-how que tienen a la hora de manejarse en negocios golpeados por los aumentos en los precios.
Por esta razón, no es una casualidad que la demanda en el exterior de managers argentinos se hizo sentir con especial fuerza en el comercio minorista, un negocio en el que el factor precio juega un papel fundamental. Así se entiende que Martín Tolcachir haya sido promovido hace un año para hacerse cargo de la operación de la cadena de supermercados DIA en Madrid. O que el grupo chileno Falabella, por un lado haya decidido irse del país, pero a la hora de elegir un director general se haya inclinado por un ejecutivo argentino como Gastón Bottazzini. Del mundo del retail también proviene Horacio Barbeito, que durante 27 años trabajó en las filiales de Walmart en la Argentina, Chile y Canadá, y ahora está al frente del proyecto para relanzar a nivel global a la marca de indumentaria Old Navy, del grupo estadounidense Gap.
“El ejecutivo argentino tiene una ventaja competitiva frente a los de otras nacionalidades porque está muy curtido. En el mercado local la piel se va engrosando porque los managers se van a acostumbrando a trabajar en escenarios de cambios drásticos y cuando salen la exterior puede exhibir una cualidad muy buscada que es la antifragilidad. El concepto lo acuñó el filósofo Nicholas Nassim Taleb y va más allá de la resiliencia, que es la capacidad para volver a una situación anterior. La antifragilidad es la capacidad para aprender de cada crisis y salir fortalecidos”, sostiene Alejandro Melamed, director de la consultora en recursos humanos Humanize Consulting.
“En líneas generales, los ejecutivos argentinos combinan talento y pasión por la innovación. Están acostumbrados a encontrar soluciones creativas y a pensar fuera de lo común para superar obstáculos en un país con recursos limitados. Esta mentalidad emprendedora y disruptiva les permite generar ideas innovadoras y aportar una visión fresca a las empresas extranjeras, lo que es altamente valorado en el mercado laboral global. Su habilidad para establecer relaciones interpersonales sólidas y su carácter apasionado también contribuyen a forjar lazos comerciales duraderos con socios internacionales, lo que les otorga una ventaja distintiva y deseada en el ámbito ejecutivo a nivel mundial”, explicó Juan Pablo de Mendonça, gerente de Capital Humano de Grupo Gestión.
El ejecutivo del Grupo Gestión además destaca que la Argentina tiene la particularidad de ser un mercado en el que más de la mitad de las compañías revisan salarios dentro de los tres meses, por el impacto de la inflación. “Eso da una gimnasia que es muy valorada en otros mercados”, sostuvo el especialista.