El restaurante bien argentino que fascina a los chinos en Shanghái

Shanghái.- “Desde que se conoció que el plato preferido de Lionel Messi es la milanesa, acá es lo que más se vende”, cuenta el argentino Javier Ferro, propietario de un restaurante llamado “El Bodegón” en el corazón del barrio francés, en Shanghái.

Lo mismo pasó cuando se conocieron fotos de Messi tomando mate. “Tuvimos que comprar 30 mates para el restaurante. A raíz de la messimanía y del auge de la selección argentina (que se pudo ver durante el amistoso contra Australia, en la ciudad de Beijing, este año), la yerba aumentó de precio en China. Es común ver a la selección argentina tomando mate, y son muy famosos desde que ganaron el Mundial. Por eso, un paquete de medio kilo costaba US$10, pero ahora está en US$15. Se consigue Playadito y Taragui entre otras”, asegura Ferro.

Cuando un comensal busca la “experiencia mate”, en El Bodegón le acercan un instructivo para novatos. “Insistimos en que no lo revuelvan, pero lo hacen igual, y también lo inundan”, comenta, divertido. “Uno de nuestros tragos con más salida es un gin tonic con yerba mate”, agrega.

De hecho, en la embajada argentina de Beijing, una gigantografía de Lionel Messi vestido con la camiseta argentina es lo primero que se ve en el hall de entrada. Consultado el staff de la embajada sobre el por qué de esta imagen, respondieron que “Messi y los jugadores de la selección son excelentes referentes para mostrar una Argentina en positivo”.

La pasión futbolera en El Bodegón no termina con la comida. Al subir las escaleras que conducen al restaurante, llama la atención lo que Ferro llama “el templo”, un nicho en la pared que ya existía cuando se instalaron allí y que aprovecharon para hacer una suerte de homenaje al fútbol. Allí está la imagen de Messi, por supuesto, pero tampoco falta la de Maradona y también está Kempes, a quienes llama “la santa trinidad argentina”. Y las tres copas, “obviamente”, dice.

Entrar al local, que ya tiene 10 años, es un poco como sentirse en casa, ya que la capital económica de China es impactante por sus edificios y su aire occidental, pero tanto la comida como el idioma son muy diferentes (entre otras cosas) en los dos puntos más distantes del planeta. En El Bodegón, Ferro ofrece a los comensales no solo bebidas y platos típicos y “de todos los días” en la mesa familiar de su país de origen, sino que impacta con cientos de detalles que hablan de la historia y los gustos argentinos.

El producto estrella es, sin dudas, el bife de carne argentina “de vacas alimentadas a pasto natural en la pampa argentina”, se lee en el menú, y que puede ser de 200 o 300 gramos, a un punto perfecto. Esto tiene un grado de sofisticación ya que en China la mayor parte de la carne importada llega de Australia. Los bifes de El Bodegón son calificados con 5 estrellas en los sitios especializados en gastronomía.

También hay empanadas, provoleta, milanesa napolitana, pizzas, chorizo, flan, alfajores de maicena con dulce de leche casero. “Un bife, copa de vino, entrada, y un flan, cuesta entre 35 y 40 dólares por persona. No es caro teniendo en cuenta que Shanghái es una de las ciudades más costosas del mundo. Acá el alquiler del local llega a los US$15.000. Igual, hay que decir que los impuestos son muy razonables″, asegura.

En cuanto a la decoración, “todas las cosas que se ven acá vienen de la Argentina, como diarios, banderines, posters, fotos antiguas originales”, agrega Ferro.

El propietario tiene 43 años y padres diplomáticos, por lo que vivió en diferentes países, hasta que finalmente se instaló en Shanghái, luego de visitar allí a su hermano (que hoy vive en otro país), que fue quien le propuso abrir un restaurante. Su idea fue, desde el principio, aprovechar que se podía importar carne argentina para ofrecerla a los comensales chinos. Integraron también algo de comida peruana “porque no solo vivimos en Perú, sino que también al asiático le gusta mucho el pescado y los frutos de mar”, dice.

A pesar de que China ofrece estabilidad, seguridad, crecimiento y optimismo, mi corazón esta allá, en Argentina. Yo acá no me voy a morir. Seguramente voy a volver porque además llegará un momento en que mis padres, que viven en Buenos Aires, necesiten que esté presente”, asegura. Tras varios años de vivir en China, Ferro absorbe algo intrínseco a esta cultura milenaria. Los hijos vuelven a donde están los padres cuando necesitan de su cuidado. “A la gente grande se la respeta y se la obedece”, cierra.

El Bodegón fue uno de los puntos de interés que recorrió LA NACION en un viaje organizado por ICBC en el marco de su Premio al Comercio Exterior, en el que participó este medio como jurado.

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