Un grupo de trabajadores de un hospital en Uruguay fue despedido del centro médico tras descubrir, a través de las cámaras de seguridad, que se robaban fundas de botellas de agua que eran para los pacientes internados. Los ladrones escondían los suplementos dentro de tachos de basuras para sacarlas del establecimiento.
Se trata del Hospital público de Montevideo Pasteur, el cual decidió desvincular a dos trabajadores por robar las bolsas de botellas de agua. Además, por el mismo motivo renunció otro funcionario. Los tres, junto a otras dos funcionarias cuya continuidad está en análisis debido a comportamientos parecidos, están vinculados a una empresa tercerizada de limpieza.
El director del hospital, Federico Martiarena, comentó a El País que en primera instancia se decidió solicitarle a la empresa que despidiera a dos funcionarios a quienes se vio por las cámaras de seguridad “hurtando fundas de botellas de agua almacenadas en la cocina”. “Las ponían dentro de los tachos de basura y se las llevaban con un destino que desconocemos”, apuntó. El tercer trabajador en cuestión, que “renunció reconociendo el hecho delictivo”, también se llevaba “fundas abajo del brazo tapadas con una campera”.
“Por otro lado hay dos trabajadoras en una situación distinta que estamos evaluando cuál sería la resultancia. Claramente es una situación distinta porque para empezar no se llevan una funda, sino una botella”, dijo Martiarena, quien entiende que las situaciones “no serían del mismo tenor” y por eso su continuidad está en análisis.
En todos los casos, “no toman el agua ahí, no es que estaban con sed”, porque además “la cocina tiene agua potable” que distribuye OSE especialmente con los valores de sodio y cloro anteriores a la crisis hídrica. “Pero además desde el 25 de mayo el hospital colocó dispensadores de agua potable para todos los trabajadores -no importa su mecanismo de contratación-, para pacientes y familiares de pacientes, cualquiera puede ir y servirse agua y tomar toda la que quisiera”, agregó.
El jerarca señaló que, en cambio, “el agua embotellada es exclusiva para pacientes”, porque las casi 250 camas de internación del hospital suelen estar ocupadas y se le da “una botella por día a cada paciente, considerando que son pacientes enfermos que no pueden tomar agua de la canilla y que además” tienen “escasos recursos económicos”.
En este contexto, para Martiarena “claramente” los involucrados cometieron un robo, porque “uno cuando tiene sed agarra una botella y toma, no la transporta para otros lados ni en grandes volúmenes”.
El sindicato de funcionarios del Hospital Pasteur, en tanto, comprendió tanto el despido de los dos trabajadores así como la renuncia del tercero, pero busca que las dos mujeres cuya situación se analiza puedan mantener su fuente laboral. “Si bien incluso ellas aceptan el error, entendemos que no amerita un despido al ser un bien esencial” y, por la cantidad, “era para consumo personal”, dijo a El País Martín Biasotti, presidente del sindicato.
“Si bien el hospital desde el 25 de mayo dispone de agua para funcionarios y acompañantes, no nos parece que amerite en esta situación un despido, aparte son compañeras de hace muchos años, con un legajo limpio, con una casa a cargo”, agregó.
Por este motivo habrá una nueva reunión entre las autoridades y el sindicato este jueves. “Es una situación muy triste cómo está afectando la falta de agua potable a la sociedad en general. Compañeros que terminan cometiendo un error por la situación que estamos viviendo en Montevideo y área metropolitana. Obviamente cada uno tiene su responsabilidad, pero creo que la situación está empujando a la gente a meter la pata”, consideró Biasotti.