Francia sigue de cerca la búsqueda de Émile, un niño de dos años y medio desaparecido el pasado sábado en una aldea de los Alpes franceses, que los equipos de rescate acordonaron a primera hora del martes para realizar un “barrido” en profundidad y tratar de dar con pistas.
“¿Qué le pasó a Émile?”, se preguntaba este martes el diario regional Nice-Matin, uno de los rotativos que junto a Le Parisien o La Provence llevan en portada una imagen del pequeño de pelo rubio, ojos marrones y que lleva cuna flor amarilla detrás de su oreja izquierda.
El chico acababa de llegar a casa de sus abuelos maternos en Haut-Vernet -ubicada en el sureste francés- para pasar las vacaciones de verano. Dos vecinos lo vieron por última vez cerca de las 17 (hora local) del pasado fin de semana mientras caminaba por una pequeña calle de esta aldea de 25 habitantes.
En las últimas 48 horas, rescatistas y voluntarios peinaron en vano la zona, en un perímetro de 5 kilómetros a la redonda, y ahora las autoridades se centran en la propia aldea, a la que se prohibió el acceso a cualquier persona exterior para que el proceso no sea “contaminado”.
“Al cabo de 48 horas, el niño debería haber sido hallado en este perímetro”, explicó el lunes por la tarde el prefecto de la zona, Marc Chappuis, declaración que dotó de aun de mayor incertidumbre al ya enigmático caso. “Continuamos con las labores de búsqueda, no perdemos la esperanza”, agregó.
Desde primera hora del martes, los investigadores llevaron adelante el “barrido” de dicha aldea con la intención de encontrar aunque sea el más mínimo rastro o pista que conduzca al pequeño, indicó el fiscal Rémy Avon. La justicia abrió una investigación por desaparición preocupante.
Un total de 80 gendarmes y una decena de soldados especializados en la montaña participan actualmente en las labores de búsqueda, junto a varios equipos caninos y un helicóptero de apoyo, informó gendarmería a la agencia AFP. Al momento, no nueva información vinculada con el paradero de Émile.
Con información de Télam